A veces me pregunto qué sería
de este mundo sin la presencia de Jesús entre nosotros. Sería muy triste y, al
menos a mí, se me haría muy difícil vivir sin la esperanza de la resurrección.
Jesús es esa esperanza y él nos trae ese Vino nuevo que da sentido a nuestra
vida y nos llena de verdadera alegría.
Indudablemente que hay que
experimentarlo. Es necesario encontrarse con Jesús, porque Él es quien dará
nueva energía a tu vida que la llenará de fiesta y alegría. Sí, habrá momentos
de ayuno, de sacrificio y de penurias que nos harán pasar por momentos de
oscuridad, pero la esperanza es que Jesús está siempre con nosotros.
Él es la liberación y la alegría. Quienes descansamos
y confiamos en Él encontramos, aún en esos momentos de lucha y angustia, la
reconfortante paz y serenidad que nos sostiene firmes, con una alegría
contenida y en paz. Porque, Él nos viene a dar el Vino nuevo que nos fortalece
y nos llena de alegría, para transmitir nuestra esperanza y nuestra fe.
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