María es elegida por su
humildad y sencillez. Y en el momento de decidir ir a la casa de su prima
Isabel descubre en su corazón la humildad que llena su corazón. Siendo la
elegida para la misión más alta a la que una persona puede aspirar, ella se
vuelve humilde y se entrega a servir.
Sabiendo que su prima Isabel la
puede necesitar se dirige a servirla. Es de sentido común que su prima se
sorprenda y exclame cómo es posible que la Madre de su Señor venga a visitarla
en esa actitud de servicio. Y lo dicho, la humildad establece una corriente de
empatía y admiración.
Es la lección que nos deja hoy la Virgen. Ser humilde
es muy importante en nuestras vidas. Tan importante que sin la humildad no
podemos encontrarnos con el Señor. Treinta años después Jesús, su Hijo,
proclamó que había venido a servir no a ser servido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.