Los hay que imponen sus criterios por la fuerza y por su poder, bien sea heredado o puesto por otros. Tenemos muchos ejemplos, a pesar de que muchos son títeres gobernados por otros. También, y son los más peligrosos, aquellos que se imponen con malicia y segunda intenciones.

Y esta clase de líderes hacen mucho daño, porque sus influencias condicionan el actuar de muchos otros. Hay que tener mucho cuidado y saber discernir y elegir a los líderes buenos, los que construyen y ayudan al bien de todos.

Hay un líder que predica con el Ejemplo y también con la Palabra. No sólo nos señala el buen camino, sino que Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Y su prueba más palpable y que no deja duda es que entregó su Vida por todos nosotros.