La
Misericordia que, Tú, mi Señor, me das gratis y, sin límites, me la
das con verdadero amor, me exige, desde lo más profundo de mi corazón,
responder de la misma manera frente a mi prójimo. Y eso motiva y da sentido a
mi ayuno.
Te
doy gracias, Señor, porque sabes como soy y conoces lo más profundo que
hay en mi corazón, aceptas mis miserias y me acoges con tu Infinita
Misericordia abriéndome tus brazos y perdonando todos mis pecados. Gracias,
Señor.
Ser compasivo, como Tú, Señor, me anima a responder con misericordia y a darme en ayuno por los necesitados. Es en esa actitud donde tiene sentido ayunar con la sana intención de darse por y para el bien del necesitado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.