El
amor no es cosa de ahora sí y después no. Eso se llama gusto, satisfacción,
placer o lo que quieras decir. Amar no es un sentimiento sino un compromiso. Un
compromiso como el que Dios ha querido tener con nosotros. De ahí su Infinita
Misericordia.
Sólo
Tú, Señor, das sentido a mi vida. ¿De qué me vale ganar este mundo si al final
de mi vida, que sé que llegará, todo se pierde y sólo quedas Tú, Señor. Mejor
vivir en tu Voluntad llenando mi vida en correspondencia a tu Amor y
Misericordia como Tú lo haces conmigo.
Tu amor tiene que estar por encima de tus intereses, tus apegos y tus pasiones. Amar significa darse, anteponer al ser amado ante que uno mismo. En esa actitud, ¿cómo se puede entender que se pueda decir: ya no te quiero? Posiblemente, nunca haya habido amor.
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