No
se trata de hacer lo mismo que Juan el bautista o que San Pablo. Se trata de
descubrir tus talentos y, según tu capacidad, ponerlos al servicio de los
demás, sobre todo de los necesitados. El testimonio de Juan, en ese sentido,
nos puede valer también para nosotros.
Tú
sabes, Señor, mis capacidades. Las he recibido de Ti y quiero, como Tú también
quieres, que las ponga al servicio de los que han recibido menos o carecen de
ellas. Dame, pues, la sabiduría, la fortaleza y la humildad para, como Juan,
ponerlas al servicio de los necesitados.
Todos sabemos que podemos hacer algo. Algo bueno que sirva para ayudar a los necesitados. Y de eso se trata, como hizo Juan, poner tu vida al servicio de los más pobres y necesitados. No vivas pensando solamente en ti, piensa también en los demás. Sobre todo en los que sufren.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.