domingo, 6 de octubre de 2024

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

No es cuestión de creerse más que el otro, es cuestión de reconocerte pequeño, necesitado y saber que tienes, quién eres y que necesitas. Y en esa medida, ¿qué puedes dar y recibir? Porque, todo lo recibido te viene de tu Padre Dios que está en el Cielo.

Nada puedo, Espíritu Santo, mientras no te deje abierto y disponible mi corazón para que Tú entres a liberarme de mis miedos, pensamientos de mis pecados pasados, tensiones, egoísmos y todo aquello que perturba mi camino hacia la Casa del Padre. ¡Ven, Espíritu Santo a sanarme y liberarme!

Y cuando reconoces a Dios estás reconociéndote su criatura, pequeño y necesitado de su Amor Misericordioso. De alguna manera estás viéndote como ese niño que fuiste, y que sigues siendo. Siempre necesitado del Amor de tu Padre Dios para poder amar y ser amado como el te ama. Eso te dará la fortaleza, la sabiduría y la paz para poder amar con verdaderos ojos de amor, siendo paciente, humilde, comprensivo, misericordioso, suave y bueno.

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