¿Somos nosotros
conscientes también de la resurrección de Xto. Jesús? ¿Nos damos cuenta de que
realmente está con nosotros, y nos acompaña en el camino de nuestra vida hasta
el final? Porque, cuando decimos que Xto. ha resucitado, decimos que está con
nosotros.
Señor, soy consciente, al menos eso quiero pensar,
todo lo he recibido de Ti. Dame un corazón agradecido, limpio, capaz de amar
con misericordia, tal como Tú, Dios mío, me amas. Señor, que sea cada día más
manso y humilde como Tú. Amén.
Y eso significa que vive,
que está presente en nuestra vida y que, cada eucaristía, lo tomamos como
alimento, según Él nos ha dicho. Y que
todas nuestras buenas obras son don que nos vienen de Dios. Si bien, es verdad,
que a darnos libertad, dependerá de nosotros el hacer, según nos ilumina el
Espíritu Santo, su Voluntad.
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