Puedes creer o no, pero la
realidad no la podrás cambiar. Dentro de ti ha sido sembrada la semilla del
amor. Lo experimentas cada vez que amas, y cada vez que no lo haces. Tu
conciencia te descubre que has obrado bien o mal, y que Espíritu de Dios te
mueve a actuar bien.
Unidos a ti, María, Madre de Dios y Madre nuestra,
mantenemos nuestra esperanza y aguardamos la Resurrección de nuestro Señor. En
Él ponemos todos nuestros anhelos, objetivos y deseos, porque creemos en su
Palabra y esperamos, en Él, la resurrección.
La única realidad a la que nadie puede negarse es la de hacer el bien. Todos deseamos y queremos hacer el bien, está sembrado dentro de cada persona, ahora, eres libres para actuar según la Voluntad de Dios, o según tu propia voluntad, que no es libre, pues está herida por el pecado. Sólo en la Verdad serás libre, y eso sólo lo conseguirás unido al Señor. Para eso ha venido, ha entregado su Vida y ha Resucitado.
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