Jesús
molesta. Su Palabra descubre las injusticias de muchos que explotan y someten a
muchos otros. Molesta a otros instalados en el poder, incluso religioso, que
les incomoda su estatus de privilegios y cómodo. Y, aunque sin argumentos, la
conclusión es matarlo.
Tu
entrega, Señor, es plena y mueres completamente pobre, sin nada y sin, a
excepción de tu Madre, Juan y algunas mujeres, nadie de tus discípulos. Quedas
abandonado, y así debería de ser para, muerto, Resucitar. El triunfo del Amor
sobre el mal se escenifica en la Resurrección, fundamento de nuestra fe.,
Y esa fue la conclusión a la que llegaron los poderosos de su época. Sobre todos, los del poder religioso de su pueblo. Donde nunca fue aceptado ni reconocido. Sus soberbias les pudo y distorsionaron la realidad para inventarse los argumentos que le dieran razón para condenarlo. Y hoy sigue pasando lo mismo. Muchos falsean la realidad y los derechos para imponer los suyos.
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