La vida es un tiempo de
siembra y cultivo. Cada segundo vivido tendrá su cosecha y su recogida. Con el
tiempo recogeremos lo que hemos sembrado y cultivado. Y esa será nuestro tesoro
y nuestra herencia, y lo que llevaremos con nosotros.
No tanto lo que hemos
cosechado referido a lo material, sino la intención y bondad de nuestros actos,
que serán los que marcarán nuestra riqueza y nuestra salvación. De tal forma
que, todo aquello que perdonemos en este mundo, sobre todo a aquellos que nos
han ofendido, será la medida de nuestra salvación.
Diríamos que el perdón es la acción más importante que
podemos realizar en este tiempo de salvación, porque seremos perdonados en la
medida que también nosotros perdonemos. Y eso significa que, de perdonar, hemos
amado. Porque sin amor no perdonas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.