Tu vida tiene cosas buenas y
también malas. Eres sal que da gusto y sabor cuando te esfuerzas en cribar todo
lo malo para que se quede dentro de ti y sea destruido y que sólo salga lo
bueno. Aquello que contagia y da sabor y gusto por vivir haciendo el bien. Esa
es la sal que tienes que convertir dentro de ti en sal buena y que sirva para
salar.
Pero, también tienes un
corazón ardiendo en llamas, y esa luz debes de sostenerla encendida sin dejar
que se apague por la oscuridades de este mundo, que trata de ahogarte en las
tinieblas del vicio, de la lujuria, de la vanidad, de la ambición y del pecado.
Una farsa que promete mucho, pero que pronto desaparece dejándote vacío.
Ahora, no quieras ser más fuerte que nadie ni de
apuntarte éxitos o buenas obras. Todo es para Gloria de Dios, porque todo lo
hace Él y a Él le pertenece. Ponte en sus Manos y déjate llevar por el impulso
del Espíritu Santo, que te llevará por el camino de la Verdad asistiéndote para
que seas sal y luz para los demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.