Somos desagradecidos y no
valoramos todo lo que tenemos. Empezando por la vida. Una vida con la que
tenemos la oportunidad de aspirar a la Vida Eterna. Nos lo ha dicho el Señor y
ruega al Padre por nosotros para que tengamos Vida Eterna –Jn 17, 1-12.
Esta humilde reflexión nos
puede ayudar a discernir y ver con mayor claridad la necesidad que tenemos de
escuchar la Palabra de Dios. La necesidad que tenemos de agradecer todo lo que
hemos recibido y la necesidad de volver nuestra mirada hacia El, porque en Él
encontraremos todo lo que andamos buscando.
Gracias, Señor, por el milagro de la vida, de la
amistad, del trabajo, de la familia, del amor y del descanso. Gracias, Señor,
por la salud y por el día y la noche. Gracias, Señor, por descubrir que en Ti
está esa felicidad eterna que buscamos. Ayúdanos a no desviar nuestra mirada y
a sostenerla fija y fiel en Ti.
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