jueves, 2 de agosto de 2018


Aveces nos empeñamos en llenar la vida de actividades, de buscar los que nos parece más exitoso y, sin darnos cuenta, llenamos nuestra vida de cosas y más cosas que al final no se tendrán en cuenta. Porque, en tu vida no van a mirar tantas misas, ni oraciones ni rosarios o novenas. Simplemente, lo que cuenta son los actos que has hecho con amor.

Eso son los peces que importan, los que han sido pescados con verdadero amor. No si son grandes o pequeños, sino si se han pescado con amor. Esa es la palabra que nos será examinada al final. Se apartarán los que ha sido obra interesada, mirada con cierto egoísmo o lucimiento, y se quedarán sólo los que lleven el estigma del amor.

Por lo tanto, amar es lo que realmente importa y esos son los pecados con los que hemos de llenar nuestras redes personales. Echar nuestras redes llenas de amor para traer peces llenos de amor. Porque, ese es el mandato de nuestro Señor, amar como Él nos ama. ¿Y cómo te ama el Señor? En Él descubrirá como también tú tienes que amar al otro.

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