Jesús, el Señor, no se retracta de lo que ha dicho, mantiene
su Palabra y nos ofrece su Carne y su Sangre como comida y bebida de salvación. Pero, nos hace una pregunta, fuerza nuestra
elección: ¿Queremos nosotros también marcharnos?
Pedro, la roca elegida donde se fundamenta la Iglesia,
responde a esa pregunta de Jesús: ¿A dónde iremos Señor? Tú tienes Palabra de
Vida Eterna. Es necesario creer primero para luego entender. Es la prueba que
nos pide el Señor, la fe.
Y es que el único que
da sentido a nuestra vida es Jesús. ¿Qué podemos esperar del mundo si no es el
camino y la oportunidad de alcanzar, a través de vivir en la Palabra y el Amor
que Jesús nos da y enseña, la Misericordia de nuestro Padre Dios?
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