Nos damos cuenta que la
muerte de Jesús en la Cruz nos une y nos alienta a dar lo mejor de cada uno. Es
sorprendente darnos cuenta que el triunfo de Jesús se encuentra dentro de
nosotros mismos. Está en nuestros corazones y dependerá de que el mundo sea
cada vez mejor en la medida que tú y yo aportemos más amor.
Jesús siente compasión y no
se queda ahí. Actúa y devuelve a la vida a ese joven. Único hijo de aquella
mujer viuda, de la que Jesús siente compasión. Devuelve la vida también a esa
pobre viuda, pues con su hijo renacen para ella la esperanza de un mundo mejor
y más feliz.
La pregunta es, ¿qué aportas tú al mundo en que vives?
¿Te esfuerzas en compartir tus buenos frutos y en crear espacios de paz, de
serenidad, de gozo y felicidad para todos los que te rodean y participan en tu
vida? ¿Aportas tus esperanzas y buenos deseos de felicidad para que también los
demás los tengan?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.