Jesús viene enviado y eso se
deja patente en esos momentos de su inicio público. No viene porque quiere sino
por Voluntad de su Padre, al que obedece, por encima de todo, a pesar de esos
momentos de dudas en el monte de Getsemaní. Se mantiene firme en la Voluntad
del Padre y cumple la misión que le ha sido encomendada.
Viene a darnos el mensaje de
su Padre. Un mensaje cargado de Amor y de Misericordia. Y no es para algunos
hombres sino para todos los hombres sin distinciones. También es para ti y para
mí a pesar de tus dudas y rechazos. Juan lo manifiesta claramente y se aparta
para dejarle el camino libre.
Ahora, te toca a ti y a mí la elección. Hay dos
caminos en la vida, uno el que te ofrece el mundo, donde no encontrarás más que
dinero, poder, fama, placer y poco más, pero que al final no te hará feliz
sino, quizás, más desgraciado. Y otro, el que te viene a ofrecer Jesús, un
camino de verdad, de justicia, de paz y de amor en plenitud eterna.
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