A veces nuestra conciencia
está tan dormida que nos cuesta descubrir nuestras deficiencias, nuestros
egoísmos, y nuestras omisiones. Y es que cuando más alejados del Señor nos
mantenemos, más limpios creemos que estamos.
Hay muchas personas que se
confiesan “buenas personas”. Y todo lo concreta en que no roban, no matan, no
hacen mal a nadie y ayudan en lo que pueden. Luego, están peleados con sus
hijos; no pagan justamente a sus empleados; dedican todo su tiempo a su
bienestar y diversión y no se preocupan por como lo pasan los que están a su
alrededor.
Es posible que, estando leproso, no veamos nuestra
lepra ni la influencia de contagio que tenemos respecto a los que nos rodean.
Es posible que nuestra conciencia esté tan deformada que pensemos que lo que
hacemos es lo correcto y de nadie tenga que aprender. Posiblemente, nuestra
lepra sea tan fuerte que difícilmente, sin la Mano de Dios, podrá curarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.