No es cuestión de ponerse a
ahorrar. Y cuando digo ahorrar me refiero a escatimar dar y darse y a tratar de
evadirse de compromisos y de tu trabajo. Ese trabajo para el que estás dotado o
sabes desempeñar bien.
Tu generosidad, tu
disponibilidad, tu compromiso marcará la medida de tu solidaridad y de tu
compartir. Y si esa medida es grande y generosa, así serás también medida tu
vida y tu peregrinar. De modo que a más medida más recibirás.
La felicidad que al final de
tu vida recibirás estará en proporción con esa felicidad en la que tú te has
esforzado en dar. Tu corazón lo lleva registrado y no habrá posibilidad de
aparentar o engañar. En él está todo bien reflejado.
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