Sin lugar a duda que todo el
mundo quiere ser feliz. Está muy claro que no hemos sido creados para sufrir,
pues eso no tiene sentido. Pero, también está claro que en esta vida hay
sufrimientos y tristezas. Luego, ¿qué hacemos? ¿Tratar de evitarlos?
Esa es la lucha, tratar de
evitarlos, pero, la experiencia nos dice que no podremos evitarlo. La muerte es
una realidad cierta y, aunque no queramos, llega. Y con ella vienen sufrimientos,
tristezas y penas. Ahora, nuestra esperanza no está en este mundo y eso nos
llena de alegría.
Eso significa que hay otra vida. Una vida que,
superada esta, podemos alcanzar la felicidad. Una felicidad que no está en este
mundo, pero que sí, por y a través de este mundo, podemos alcanzarla. Para eso
ha venido Jesús, el Hijo de Dios. Él ha vencido todas las dificultades, hasta
la misma muerte.
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