Al
final todo se concreta en el amor. La Ley es el amor y, del amor, salen todos
los compromisos, las actitudes y obras. Porque, todo lo que se haga por y con
amor será bendecido, incluso si sale mal, por el Señor. Porque, lo que Dios
mira es la intención del corazón.
Cada
día, cada instante de nuestra vida es una invitación al Banquete del gozo,
plenitud y eternidad que nos hace nuestro Padre Dios. Sin embargo, nosotros,
erre que erre, cambiamos esta vida, más perra que feliz, por la Gloria de la
eternidad.
Todo
lo que se haga por amor tiene su recompensa, hasta un vaso de agua, dice el
Señor. Y eso es lo único y verdaderamente importante. Amar es siempre rentable,
si queremos mirarlo desde ese lado, porque da paz, da serenidad, alegría y
gozo.
Y esperanza y fe en que nosotros y nuestros asuntos están en su divina providencia, convencidos de que llegara lo mejor para nosotros aún en el caso de que no lo entendamos así.
ResponderEliminarLos silencios de Dios, se hacen angustiosos a las súplicas de los hombres, pero el Señor siempre responde atraves de todo lo que nos rodea, y cuando es el momento, a nosotros sólo nos queda decir: "hágase Tu voluntad"
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