Cuando
aceptas lo que el otro te dice, sea lo que sea, has humedecido el fuego de tu
corazón con el agua del conformismo, de la comodidad, de la mentira y del
desamor. Has permitido que tu corazón deje de arder en ese amor pleno y
misericordioso.
Ayúdame,
Señor, a abrir la puerta de mi corazón y a dejar entrar el Espíritu de la
Verdad, para que lo llene de ese amor ardiente que arde en el fuego de la
verdad, la justicia y la fraternidad. Transforma mi vida y modélame según tu
Voluntad. Amén.
Sostenerte en la verdad y en el amor misericordioso van a exigirte el esfuerzo de cada día contra todo aquello que vive en la comodidad, el descompromiso, la mentira e injusticia. Y en constante enfrentamiento contra todo lo que supone ir en contra de la Voluntad de Dios. Es decir contra los que quieren matar el verdadero amor.
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