No
es el camino de riqueza, éxitos, fama y poder el que te lleva al encuentro con
el Señor. Mejor, un camino de pobreza de espíritu, de servicio, de despojo y de
disponibilidad para aquel necesitado de comprensión, acogida y, sobre todo, de
amor misericordioso,
Nos
llena de esperanza, Madre, verte en el Cielo. Tu Asunción es una llama de
esperanza para todos tus hijos, porque, ¿cómo no, una Madre, quiere también que
todos sus hijos vayan al cielo? Y tu Asunción es un clamor de esperanza y
alegría para todos nosotros, tus hijos.
El apego a las riquezas, a las pasiones, al descompromiso, a la irresponsabilidad y a todo lo que suponga darte y ser generoso y compasivo misericordiosamente te impedirá encontrarte con el único y verdadero Amor, nuestro Señor Jesús. ¡Despójate de esas riquezas!
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