Posiblemente,
usar los recursos humanos de acuerdo con las primeras inclinaciones de su
naturaleza nos podrá facilitar muchas manera de seducirlos, siempre con buena
intención y con la vedad por delante, para atraerlos a que descubran la Buena
Noticia.
Dios
es Padre, y un Padre que conoce muy bien a sus hijos. Por tanto, ten confianza
en Dios, tu Padre, y acércate a Él. Sabe quien eres y conoce todos tus
defectos, fallos y, también, cualidades. Por tanto, confía en su Infinito Amor
misericordioso.
El
peligro se esconde en nuestros propios afanes. Afanes de riqueza, de poder, de
éxito…etc. Cuando nuestro corazón está lleno de esos afanes, la figura del Amor
de tu Padre Dios se desdibuja y, con el tiempo, llega a borrarse. No podrás ver
la Infinita Misericordia de Dios si tu mirada está dirigida al dinero.
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