Discernir
y buscar donde está tu cruz es descubrir que estás dispuesto a seguir a Jesús.
Porque, conocida tu cruz, el camino será determinar si estás dispuesto a
tomarla voluntariamente, cargarla sobre tus hombros y caminar en la Voluntad
del Padre.
Haz
de mi vida, Espíritu Santo, tu vida y guíame por el camino del amor y la
misericordia. Dame paz, sosiego y sabiduría para discernir lo que es bueno y
Voluntad de Dios de aquello que es malo, perturba y mata el alma condenándola
al fuego eterno.
No se trata de palabras ni de promesas. Se trata de vida y de tomar tu cruz, no la de otra, sino la tuya propia y, cargada sobre tus hombros, echar a andar por la vida. ¡Nunca solo, contando siempre con el Espíritu Santo que para eso ha bajado a ti en la hora de tu bautismo.
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Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.