El
error y el problema está en nosotros. Pensamos que solo podemos arreglar
nuestra vida y que no necesitamos ayuda. O, a lo sumo la buscamos dentro de
este mundo. La solución es el Señor. Solo Él puede centrar nuestra vida y darle
verdadero sentido.
Señor,
Dios mío, dame paz, sabiduría y fortaleza para saber discernir y ver – detrás
de las apariencias, a tus hijo como los ves Tú. Para poder amarlos como los
amas Tú y estar al servicio de los más necesitados y pobres. Amén.
Es evidente que quien ama cumple. Y cumple con misericordia, porque, el cumplimiento no determina el amor sino no va acompañado de compromiso, verdad y una justicia misericordiosa. No está nuestra salvación en el mero cumplimiento, sino en el amor. Y, lo dicho, quien ama cumple.
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