Cada día
observamos que el mundo está más corrompido. Hay un deterioro de valores que
hace poco tiempo se respetaban. Hoy parece que la palabra no vale nada, y donde
se dice sí, mañana se dice no, y nadie se duele de haber incumplido su palabra.
Me siento incapaz,
Señor, de hacer que mi corazón lata como Tú quieres y te agrada. Siento el peso
de mis apetencias, deseos e intereses y me cuesta resistirme a ellos. Pero,
también siento el deseo de hacer el bien, de amar y posponer mis intereses al bien
del más necesitado., Y quiero lo último, Señor, pero para ello necesito tu
asistencia y tu ayuda. Es eso lo que te pido, Señor.
Todo ese
cumplimiento se produce porque se ha dado la espalda a Dios. Nada tiene sentido
sino el poder, el dinero y el placer. Se vive para eso, y por eso se enfrentan
las personas, los pueblos, los poderes y no se guarda el respeto debido, la
dignidad o la paz. Todo vale con tal de ser yo más fuerte y mejor que el otro.
Se vive en la mentira, se esconde la verdad y se camina en el desamor. La Buena
Noticia de salvación no se escucha, y los hombres se pierden.
Cuando se vive en la verdad se es libre. Es evidente que la verdad te hace libre al no tener nada que ocultar. Toda tu vida, si está escrita en la verdad, nada ni nadie podrá, salvo en la mentira, acusarte de haber faltado a la verdad. Por lo tanto, no debes tener ningún temor a hablar y defenderte, pues todo queda a la vista.
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