Nunca debemos olvidar que no estamos solos,
ni que esto es cosa solo nuestra. Es obra de Dios, nuestro Padre. Ha enviado a
su Hijo para que, siguiéndole, sepamos el Camino, conozcamos la Verdad y
entendamos que Él es realmente la Vida que buscamos.
Señor, quiero tener referencia de tu
presencia, tanto en mí y como en los demás. Sobre todo con aquellos con los que
me relaciona cada día: mi familia, mis amigos, mi parroquia, mis indigentes,
mis ... Haz que te vea y te sirva en ellos.
Y la realidad es que nos resulta muy difícil,
por no decir imposible, tratar de seguirle nosotros por nuestra propia
iniciativa. Por eso, y para eso, desde la hora de nuestro bautismo – de ahí su
gran importancia sine qua non – hemos recibido al Paráclito para que nos
asista, nos auxilie y nos enseñe ese Camino, esa Verdad y esa Vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.