La fe es nuestra asignatura pendiente. Sin fe
no tendríamos salvación, y con la fe podemos aprobar ese regalo que Dios nos da
de gozo y felicidad eterna. Por tanto, se hace necesario creer en su Palabra y
abrirnos a la acción del Espíritu Santo.
Hay momentos que me pierdo entre las
tinieblas de este mundo. Experimento debilidad, confusión y me desoriento.
Entonces, Tú, Espíritu Santo, eres mi esperanza, mi último recurso y mi
salvación. Orienta mi vida y dirígela por el buen Camino, Verdad y Vida.
Porque, no tendría sentido que el Señor se
quedará. No lo entenderíamos, ni tendríamos algún mérito – entre paréntesis –
respecto a merecernos la salvación en respuesta a nuestra libertad. Tampoco
muchos que le vieron creyeron en Él. La cuestión no es verlo, sino creer en su
Palabra. Gracias a la fe de los apóstoles, hoy también nosotros creemos en Él,
y el Espíritu Santo nos asistirá para que esa fe sea firme, madure y crezca
hasta el extremo de anunciar su Palabra y entregar nuestra vida. Amén.
Es el Espíritu el que se manifiesta, y lo
hará a medida que tu anhelo de búsqueda lo permita. De modo que si no buscas,
si no llamas o pides, ¿qué esperas encontrar?
El sexo es un enorme regalo para vivir en la verdad y con el individuo al que quieres dedicar tu vida. Por lo tanto, su ruptura inquebrantable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.