Ese es el camino, nos lo ha dicho el mismo
Jesús: Seguirle a Él nos traerá muchas tribulaciones porque la cruz es nuestra
compañía. Una cruz que será diferente para cada uno, pero que a todos nos
costará aceptar. Los que han alcanzado la santidad nos ayudan con su ejemplo.
Sin darme apenas cuenta, Señor, mi vida se
llena de ruidos y de ambiciones que no me llevan a ningún sitio. Sin embargo,
Dios mío, no me doy cuenta y el ruido me envuelve y me derrota. Haz, Señor,
silencio en mi vida para que pueda escuchar tu sonido. Amén.
Nos señalan el camino a seguir. No nos van a
quitar la cruz que nos corresponden a cada uno, según su circunstancias o
época, pero nos enseñarán con su ejemplo a sobrellevarla y a poner toda nuestra
esperanza en Jesús Resucitado. En Él encontraremos la fortaleza y sentido para
soportar nuestras cruces y vivir en la fe y esperanza de, cuando nos toque,
alcanzar la resurrección en y por Él.
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