Nuestro Señor sabe de que pasta estamos
hecho. No en vano, su Padre nos ha
creado, y le ha transmitido todo de nosotros, desde nuestras cualidades a
nuestras debilidades, faltas y pecados. De ahí que necesitemos su Espíritu para
recordar y entender sus enseñanzas.
Experimento, Señor, que en mi debilidad Tú te
haces más presente. Quizás sea que yo advierto de una manera más consciente tu
presencia cuando experimento mi vulnerabilidad. Dame la sabiduría de saber que
en mis debilidades tu fortaleza me sostiene.
Y como lo sabe, nos lo envía una vez que Él a
ascendido a los Cielos. Sabe que sin el Espíritu Santo seremos presa del mundo,
demonio y nuestra propia carne. Sabe y conoce, dicho coloquialmente, de que
pata cojeamos, y sabe que abiertos a la acción del Espíritu Santo podemos
sostenernos firmes en la Voluntad de su Padre. Por eso, nos lo recuerda y nos
revela que Él, el Espíritu, nos recordará todo lo que hemos aprendido y sabemos
y nos irá revelando, asistiendo y enseñando el Camino, la Verdad y la Vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.