viernes, 6 de junio de 2025

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

Nadie puede demostrar que Jesús, el Hijo de Dios, no ha Muerto ni ha Resucitado. Pueden, incluso, negar su existencia y su resurrección, pero no podrán nunca aportar pruebas objetivas que lo demuestre. Sin embargo, yo creo en los que lo han visto, han dado su vida por Él, y lo han transmitido.

Espíritu Santo, dame un corazón de niño con el que pueda yo abrirte plenamente mi corazón y dejar que Tú actúes en él para que yo viva en la Voluntad del Padre. Para que ponga mi inteligencia y voluntad, regalo de mi Padre Dios, al servicio de los demás.

Y no necesito más prueba. Simplemente, trato de amar al Señor, como me interpela hoy en Pedro, con todo mi corazón y mi alma, y vivir de acuerdo con su Palabra. Y digo esto, porque en la experiencia del amor descubre que tu alma se llena de gozo y felicidad. Y un gozo que siempre permanece, porque el amor que se da siempre se queda.

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