La buena lógica nos dice que aquello que es caduco, aunque se necesita, no debe ser la prioridad de nuestra vida, pues, siendo el alma la llamada a la eternidad debe tener toda la prioridad necesaria para conservarla y no correr el peligro de perderla. Por tanto, lo espiritual está primero.

Es lo que Jesús nos dice cuando, ante la prueba trampa de aquellos fariseos, quieren enfrentarlo con los romanos. Sabiendo su mala intención les propone una moneda y les dice: « ¿De quién es esta imagen y la inscripción?». Dícenle: «Del César». Entonces les dice: «Pues lo del César devolvédselo al César, y lo de Dios a Dios».

Es decir, tenemos necesidades materiales y con ellas tenemos que cumplir. Es necesario contribuir solidariamente para satisfacer esas necesidades de todo tipo, pero, ante todo eso, nuestra prioridad es Adorar a nuestro Padre Dios. Porque en Él está nuestra Felicidad y la Vida Eterna.