Si quieres, Señor,
mi vida desde lo más profundo de mi corazón puede cambiar inmediatamente o poco
a poco. Todo según tu Voluntad. Me has dado la libertad de elegir y, sin Ti,
Señor, estoy sujeto al error por el pecado. Líbrame y límpiame, Señor.
Nos has dado la
vida, Señor, y nos ofrece ser felices eternamente. Cada día nos das fuerzas
para ponernos en pie y caminar en tu presencia a pesar de nuestras debilidades.
Gracias, Señor, no dejes nunca que me aparte de Ti.
Todo es posible
para el Señor. Eso es indudable, sin embargo, el Señor tiene otros planes que
yo no puedo entender. Las cosas que hayan pasado en mi vida han pasado porque Él
las ha permitido pero ¿he intervenido yo siendo responsable de las mismas y de
sus consecuencias? Seguro que sí, y el Señor deja que en esas experiencias
aprenda a descubrir su Voluntad y el camino que Él quiere mostrarme. Porque, es
ese camino el que me conviene. Él es precisamente Camino, Verdad y Vida.