Cuidado con nuestro enfebrecido apasionamiento que termina desnortándonos
y confundiéndonos y perdiéndonos en el Camino. El mundo nos ofrece muchos caminos,
pero ninguno te da la plenitud eterna que buscas.
Es posible que tú o yo no nos demos cuenta, pero a base de
caídas y tropiezos experimentas que sólo uno te dice la Verdad. Porque Él es la
Verdad y su Palabra y Vida dan crédito de Él.
Y ese sólo puede ser Aquel que de Él mismo ha dicho que es
la Verdad, el Camino y la Vida.