lunes, 31 de enero de 2022


La experiencia de nuestra vida nos va descubriendo la verdadera realidad de la misma. La cruces aparecen en el camino: rupturas, envidias, egoísmos, riquezas, poder, éxitos, enfermedades…etc. Y el Maligno se siente cómodo en echar más leña al fuego.

Jesús, el Señor, sabe de nuestra debilidad y de nuestra derrota ante el demonio. Acude a nuestro rescate, pero, primero, te pregunta si tú realmente quieres vencer esa batalla. Tendrás que elegir, mundo o amor de Dios. Ambos son incompatibles. No puedes servir a dos señores.

Es evidente que, seguir a Jesús es un camino de cruz, pero, un camino que lleva a la salvación, a la verdad, a la plena felicidad. Porque, precisamente, en la cruz se esconde nuestra máxima aspiración. Lo experimentas cuando realmente has tenido una experiencia de verdadero amor. ¿No lo has notado?

domingo, 30 de enero de 2022

 

No entra en nuestra cabeza un Mesías débil, humilde, manso. Menos un hijo de un carpintero y una joven sencilla y humilde. Un joven de entre muchos que crece como uno cualquiera sin llama la atención. ¿Cómo puede ser ese el Mesías?

Es evidente que la fe  va a jugar un papel determinante. Necesitamos creer en su Palabra. Jesús lo dice de forma clara al leer ese pasaje del Profeta Isaías: «El Espíritu del Señor está sobre Mí, porque me ha ungido para anunciar… -Lc 4,16-30 -». Y concluye: «Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy».

Su Vida da testimonio de su Palabra y lo que dice, no sólo lo señalan los Profetas, sino que tiene verdadero cumplimiento. Él es el verdadero Camino, Verdad y Vida. Yo, Señor, creo en Ti. Tú eres el Hijo de Dios Vivo. Amén.

sábado, 29 de enero de 2022

 

Todos hemos experimentado en algunos momentos situaciones de apuro hasta vernos con el agua al cuello. Y, es, precisamente en esos momentos, cuando viene a nuestra mente y a nuestro corazón la presencia de Jesús. Queremos que Él esté con nosotros, en nuestra barca y acudir a Él.

Puede parecernos, como a los apóstoles en el Evangelio de hoy, que Jesús esté dormido. Le hablamos, le llamamos, le pedimos y no encontramos respuesta. La barca – nuestra vida – sigue a la deriva. ¡Señor, me hundo! ¿Dónde estás?

No quiero ir hacia la otra orilla sin tu compañía, Señor. Te invito a subir a mi barca, a mi humilde barca, para que navegues conmigo por este mar de mi vida lleno de peligros y tentaciones. Dame la fortaleza y la fe que necesito para sostenerme a tu lado y dejar el timón de mi barca en tus manos.

viernes, 28 de enero de 2022

el grano brota y crece

Dentro de nosotros ha sido sembrada un semilla – Reino de Dios – en la que Dios, nuestro Padre, ha dejado la impronta de su huella su Amor Misericordioso – para que germine, crezca y dé frutos de amor. Nuestra pequeña colaboración es favorecer su crecimiento y madurez para que dé buenos frutos.

Es evidente que la siembra no se advierte ni se ve. Sin embargo, en la medida que germina y crece se va notando sus frutos. De ser muy pequeña, casi imperceptible, se hace grande hasta cotas inalcanzables – la Iglesia universal – donde acuden a cobijarse todas las naciones – aves del cielo -.

Y, en ese mutuo intercambio y relación de amor y misericordia nace el Reino de Dios. Un Reino de verdad, de justicia, amor y paz. Un Reino de que tú, con tu aportación libre y voluntaria, colaboras en y con el Plan de Dios abriéndote a la acción del Espíritu Santo que actúa en lo más profundo de tu corazón.

jueves, 27 de enero de 2022

Sin darnos cuenta percibimos que vivimos en la oscuridad. Dudamos, nos confundimos y no sabemos cuál es el camino que debemos tomar. Necesitamos luz, pero, advertimos que no una luz cualquiera, sino una Luz que nos marque y señale el verdadero camino que, desde lo más profundo de nuestro corazón, buscamos.

Una Luz que alumbre bien alto, que realmente veamos todos y que nos oriente en la verdad, la justicia, el amor y la paz. Una luz que, desde lo más profundo de nuestro corazón, alumbre todo nuestro ser y a todas las naciones.

Estamos llamados a ser luz, luz que refleja a Xto. Jesús – Camino, Verdad y Vida – y a esforzarnos en dar toda nuestra medida de luz, porque, en la medida que te des en alumbrar y ser luz para otros, será también esa la medida que se te aplicará a ti

miércoles, 26 de enero de 2022

 

La semilla está sembrada dentro de tu corazón – Jr 31,33 – y dependerá de ti el cuidarla y bien cultivarla. Tienes el regadío sobrenatural de los Sacramentos que alimentarán y abonarán esa semilla en tu corazón, pero, tuya es la libertad para hacerlo.

Dependes, pues, de la Gracia de Dios, pero, será tu elección desear y buscar – don de la libertad dado gratuitamente – abrirte a esa Gracia, regalada y sin condiciones, para que tu tierra, infectada, contaminada, mal abonada, se convierta en tierra buena y dé esos buenos frutos de amor y misericordia.

Es evidente que, acoger esa buena semilla en tu corazón presenta grandes dificultades nacidas – por el pecado – en lo más profundo de tu corazón. Aceptar y reconocer esa condición pecadora de mala tierra es el primer paso para emprender esa conversión de tierra mala en tierra buena, donde la semilla, por la Gracia de Dios, dará buenos frutos.