Se
dan honores y gloria unos a otros y, sin embargo no aceptan la verdadera gloria
que viene de lo alto. Estudian las Escrituras y, de ellas esperan al Mesías y
la salvación eterna.
Y, luego, no creen en Jesús, precisamente del que habla las Escrituras y el que da esa Vida Eterna. ¿Recuerdan la parábola – Lc 16, 19-31 - del rico epulón, y las palabras de Abraham a las súplicas de aquel rico?: Tienen a Moisés y los Profetas, que les oigan… Si no oyen…