Tú también estás
llamado a esa hermosa y maravillosa Viña. Una Viña diferente a todas las demás
donde la prioridad es el amor, la verdad y la misericordia. Una Viña de gozo,
de verdad, de bondad y belleza donde la alegría es eterna. ¡Acepta la
invitación!
María, adornada
por la humildad y la sencillez caminas en el silencio y la obediencia apoyada
en una fe confiada y firme. María, Madre de amor y misericordia, ruega por
todos nosotros tus hijos y acompáñanos a, mirándote, recorrer tu mismo camino
que nos lleva al encuentro con tu Hijo. Amén.
No es cuestión de
ganar más o menos; no es cuestión de dinero, trabajo o beneficios. Se trata de
sabernos amados, queridos, tratados justamente con amor y misericordia. Se
trata de un lugar de paz, de comprensión, de verdad, de bondad, de belleza y de
verdadero amor. No hay otra Viña mejor. Y tú, igual que todos los demás, estás
invitado. ¡No pierdas esa hermosa, gozosa y eterna oportunidad!
¿Acaso pensamos
que la salvación además de dárnosla gratis la vamos a ganar con los brazos
cruzados? ¿No nos damos cuenta de que se nos ha dado una mochila - virtudes -
para ponerlas en rendimiento del bien de los más necesitados? ¿Y qué esperamos
para ponerlas a pleno rendimiento?
¿Nos ayuda eso a descubrir nuestra pobreza y necesidad de misericordia? Pues
bien, nuestro Padre Dios es tan bueno y misericordioso que nos la da gratuita y
sin merecerla.
Pero, sepamos
también que eso no justifica que tenemos que poner todo el esfuerzo necesario
cada día por hacer su Voluntad de acuerdo con nuestra mochila recibida. Y el
tiempo se nos va pronto. Conservar la vida es un milagro cada día.
Y no olvidemos que
todas nuestras negligencias, perezas, desganas y pecados los tendremos que
pagar a pesar de que la Misericordia de nuestro Padre nos perdone.
Retomamos de nuevo
la audiencia del Papa Francisco de los miércoles. Hoy el Papa continúa el ciclo
de catequesis dedicadas al tema del celo apostólico. Y nos habla de la evangelización
del continente americano: la Virgen de Guadalupe y su aparición a Juan Diego. Toda
evangelización, nos dice el Papa, exigirá esfuerzo, sacrificio, retos e
incomprensiones. Así le sucedió a Jesús y nos sucederá a todos los que
proclamemos la verdad y el amor.
Dar a conocer la
Buena Noticia nos complica la vida. Evangelizar exige esfuerzo, sacrificios,
incomprensiones...etc. Así sucedió con Juan Diego tras aparecérsele la Virgen,
nos dice el Papa en la audiencia de hoy.