jueves, 30 de junio de 2016


No ha sido creado el hombre para hacer el mal, ni siquiera para permitirlo. La prueba es que el hombre, todo hombre y mujer, sienten y experimentan deseos con buenas intenciones y defienden la verdad. Luego, hay una contradicción, ¿por qué hacen el mal?

El mundo se convierte en una lucha bipolar: el bien y el mal. No existen otras confrontaciones. Todo estriba en hacer el bien o el mal. O dicho de otra forma, el amor y el pecado. Porque quien ama busca el bien del amado. Y quien ama el mundo busca el bien del mundo. Sólo lo puede odiar aquel que busca destruirlo y convertirlo en un lugar de luchas y muertes.

Queda claro que el hombre se siente inclinado a actuar mal. Su naturaleza, aunque desea el bien se siente atraída por el mal. A eso se añaden sus egoísmos y soberbias. Dicho de otra forma, sus pecados. Limpiarse de ellos es la esperanza de quedar libre y poder realizar lo que queremos, el bien. Y Jesús ha venido a perdonarnos esos nuestros pecados y a sacarnos de la esclavitud.

miércoles, 29 de junio de 2016



Mientras Jesús le indicaba a Pedro el peligro de Satanás, le dijo que rogaba por él para que no desfallezca y que al regreso confirmara a sus hermanos (Lc 22, 31-32). Jesús aun sabiendo que Pedro lo iba a negar, le confío la dirección de su Iglesia.

También ha hecho eso con cada uno de nosotros. Nos ha llamado y elegido aparte dándonos a cada uno una misión, que nos toca descubrir. Y lo hacemos cuando confiando en Él somos capaces de ponernos en sus Manos y caminar al ritmo de sus impulsos. Porque el Espíritu Santo nos acompaña para eso. 

Quizás decimos que eso no sucede con nosotros. Posiblemente no lo creemos, pero, ¿estamos abiertos a la acción del Espíritu Santo como afirmó Pedro? Señor estoy dispuesta a ir contigo hasta la cárcel y la muerte (Lc 22, 31- 33).

martes, 28 de junio de 2016



Nadie va por la vida desprovisto de seguridad. Afina lo más que puede para ir seguro. Seguros de todo tipo, que nos asedian prometiéndonos el oro y el moro. Todos nos ofrecen soluciones para salvarnos de los temporales y tragedias que se presentan en el mar de nuestras vidas. Sin embargo, nuestra experiencia no nos dice lo mismo y las promesas no quedan claras del todo.

Eso les ocurrió a los discípulos de Jesús. Sorprendidos por la tempestad se vieron impotentes y perdidos. Atemorizados despertaron a Jesús, pues al parecer dormía. Y le rogaron que les salvara, pues temían hundirse con la barca. La actuación de Jesús les dejó con las bocas abiertas y asombradas decían: ¿Quién es este, que hasta los vientos y el mar le obedecen?

¿Pensamos también nosotros que Jesús es el mayor seguro de nuestras vidas? Un seguro, no con fecha de caducidad, sino un seguro de Vida Eterna, porque Jesús es el Señor de la Vida y la muerte, y a que los vientos y el mar obedecen.

lunes, 27 de junio de 2016


La experiencia de aquellos que han pasado ya un tiempo largo y han ido probando todo lo que el mundo les ofrece, no parece muy satisfactoria. Al final siguen en el mismo punto de partida: su corazón está vacío, hueco y necesitado de gozo y paz. Las ofertas mundanas no parecen dar resultado.

El hombre se cansa y se agota. El mundo le llena de: móvil, Internet, el viaje a las Bahamas, el trabajo desenfrenado para ganar más y más dinero, el coche mejor que el del vecino, o el gimnasio para lucir el mejor cuerpo del país.... Es lo que les pasa a muchos actualmente. 

Pero, el hombre no progresa espiritualmente. Sí, avanza tecnológicamente, pero se vacía de sentido y de gozo espiritual que le deja hueco y sin rumbo. Se pierde y se destruye cada vez más. Necesita una respuesta trascendente que dé respuesta, valga la redundancia, a su interrogante de Vida Eterna.

domingo, 26 de junio de 2016



Cuando hay diferencias e intereses diferentes entre los hombres, se producen luchas para conseguir estar por encima unos de los otros. Todos quieren imponer su ley, sus ideas, sus intereses, y en esas luchas se enciende la tensión y nace el odio y la guerra.

Y vencidos unos, los otros se reafirman en el poder. Entonces, en los vencidos, nace el deseo de odio y venganza que les lleva a armarse con armas que matan. Luego, se rompe la paz y nace la guerra, que lleva al hombre a continuos enfrentamientos y luchas. 

Y sólo cuando, quizás vencido y agotado, experimenta que es el amor la única arma que pueda encender la llama del amor, se le hace tarde aplicarla y vivirla. Por eso, busquemos al único y verdadero Amor que sale a nuestro encuentro y, precisamente, por Amor, ha venido a salvarlo. En Él está nuestra esperanza de salvación.

sábado, 25 de junio de 2016



A pesar de que oyes que un hombre es bueno y es de fiar, necesitas tiempo para conocerlo y generar confianza. Siempre las dudas están ahí y te mantienen algo escéptico y distante. Sueles cerrarte y no dejar entrar todo lo que de él te viene. Tu corazón pone el letrero de “por si acaso…”

Por todo eso, la fe de aquel centurión es notable y sorprende. Era romano y de oídas conoce que Jesús tiene poder y hace curaciones. Se molesta y busca a Jesús. Su criado le merece mucho respeto y, prueba de ello, no recata el esfuerzo de buscar solución para salvarle. 

Y, encontrado Jesús, no duda que lo pueda curar y le propone que le cure. Y ante la propuesta de Jesús de acudir a su casa, él le propone que encontrándose indigno de que entre en su casa, que diga una palabra y quedará sano. Nadie podía pensar esa ocurrencia y Jesús quedó sorprendido de la fe de aquel centurión. Hasta tal punto que hoy, durante tantos siglos, seguimos todos los cristianos repitiéndolas en el momento de la consagración: “Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme

viernes, 24 de junio de 2016



El hombre ha sido creado libre. Y libre significa que puede elegir una u otra cosa. Vivimos tiempo de sorpresa y de riesgos. Brexit u otras elecciones son signos de lo que hoy está ocurriendo y el hombre puede cerrar su corazón a la Bondad de Dios y abrirlo a las malas intenciones.

El demonio también está en el mundo y le interesa confundirlo y estropearlo. Quienes le sigan y se dejen influir por él serán herramientas que alentarán el mal. Y eso explica lo que está sucediendo. También el demonio trató de interrumpir el camino de Jesús.

Abrirnos a la acción del Espíritu Santo es la solución a dejarnos llevar y conducir por la Mano de Dios. Así, no será nuestro camino, sino el Camino que Dios quiere que sigamos. Así Dios actuará en nosotros y nosotros en el mundo. Porque sólo su Hijo, Jesús, el Señor, es el verdadero Camino, Verdad y Vida.


Una vida, la experiencia nos lo descubre, se hace no sólo con palabras sino con hechos. Es decir, las obras son las que van a dar sentido a las palabras, ideas y pensamientos. Porque si hay palabras, ideas y pensamientos, pero no hay obras, el resultado es como si no hubiese nada.

Siempre será mejor aquel que, aunque no diga, sus obras hablan por él. Que el otro que diciendo mucho, sus obras le contradice y le silencias sus palabras. El testimonio necesita menos de las palabras que de las obras, porque son las obras las que verdaderamente van a hablar. 

Por lo tanto, concluyendo podemos decir que obras son amores y no buenas razones. La razón, que se hace necesaria tiene que estar acompañada por las obras, porque sin ellas queda desautorizada. Jesús nos lo aclara cuando nos dice: No todo el que me diga: ‘Señor, Señor’, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. 

miércoles, 22 de junio de 2016



Al final de tu vida te das cuenta que lo importante no ha sido atesorar tesoros ni estar por encima de otros, sino ser respetado y querido por todos aquellos que han participado de tu vida. Ese tesoro te será más útil y grato que los que haya atesorado con tus egoísmos y mentiras.

Tampoco lo importante en tu vida es el éxito alcanzado sino el amor entregado a los servicios de los demás, sobre todo pobres y necesitados. Y eso es parte esencial de confirmar tu fe y vivir en el seguimiento del estilo de vida de Jesús de Nazaret. Si falla alguna de estas patas, por decirlo así, nuestra vida queda coja y mediocre. 

Sólo de esa manera, nuestros frutos serán verdaderos frutos. Y no podremos, siguiendo en ese camino firme como rocas, dar frutos malos, porque perseverando en la Gracia del Señor sólo se puede cosechar frutos buenos.

martes, 21 de junio de 2016



Todos sabemos que el esfuerzo es necesario para avanzar. No se camina sin esfuerzo y en la medida que desperdicia tu tiempo estás gastándolo inútilmente. La puerta estrecha exige esfuerzo y dureza en el camino, y hay que exigírselo. Si te quedas, posiblemente terminarás parado y acabarás resignado.

Una manera de encontrar combustible para emprender el camino es la reflexión. Ver el camino andado y las dificultades superadas nos pueden valer para volver a empezar. Pero también, ver los obstáculos que nos hacen retroceder puede servirnos para ver nuestras miserias y pecados. 

Porque sin conocer nuestros fallos, miserias y errores no avanzamos. Necesitamos saber donde están y tratar, conociéndolos, de superarlos, corregirlos y controlarlos. Y, sobre todo, suplicar la Gracia al Espíritu Santo para vencerlos.

lunes, 20 de junio de 2016




Formarse una opinión es lógico y de sentido común. Por los actos conocemos a las personas y tomamos una opinión de ellas. Ahora, la opinión se hace juicio cuando dicta sentencia y absuelve o condena. En uno u otro caso es un juicio que podemos evitar.

Evitamos juzgar cuando dando nuestra opinión lo hacemos con misericordia y perdón. Porque una cosa es juzgar y otra diferente hacerlo con misericordia y abiertos a la comprensión, escucha y perdón. Porque, entonces estás aceptando con amorosa misericordia.

De esa forma estás invitando a no volver a caer, a levantarte y corregir el rumbo de tu vida, que por muy mal que esté siempre encontrará la Misericordia y el Perdón del Señor.


No basta con ingresar en una asociación, ni tampoco pertenecer a la Iglesia y estar bautizado. Sí, somos católicos e hijos de Dios, pero sólo aquellos que cumplen la Voluntad del Padre serán los que conocen a Jesús y saben quien realmente es.

Porque su madre, sus hermanos, sus amigos son los que viven y cumplen la Voluntad de su Padre que está en el Cielo. Y son esos los que han declarado y creen que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios Vivo. Esa es la pregunta que Jesús te y me hace hoy.

Por lo tanto, antes de contestar reflexionemos sobre el rumbo de nuestra vida y la coherencia que tiene lo que hacemos con la Voluntad de Dios. Porque confesarle Mesías nos compromete a vivir en su Palabra y su Voluntad

sábado, 18 de junio de 2016



Será difícil resistirte al dinero y al poder. Así que si los tienes dejarás de servir a la verdad para imponer tu verdad. Por eso, para estar a favor de la verdad y la justicia conviene y es necesario alejarse de otros poderes que, teniéndolos, corrompen y desvirtúan la misma verdad.

Se dice que no se puede estar a media agua. Es decir, no se puede servir al dinero y a Dios, porque dejarás uno para estar con el otro. No se puede estar haciendo vida de rico y querer servir a un pobre. Porque Dios se ha despojado de su naturaleza Divina tomando la naturaleza humana y viviendo como un pobre. 

Vivir como un pobre no es carecer de lo necesario para vivir dignamente, sino compartir con el que necesita; escuchar al que lo pide y comprender al que clama verdad y justicia. Vivir como un pobre es defender la verdad y la justicia, sobre todo del más necesitado y excluido, porque son los que verdaderamente la necesitan.

viernes, 17 de junio de 2016



Detrás de lo que importa está el valor de la durabilidad. Una cosa buena es buena si es rentable y duradera. Rentable en dar gozo y bienestar, y duradera porque todo lo que es fugaz pierde mucho valor. En otras palabras, todo hombre busca el gozo eterno.

Resignarnos es peligroso, porque es como admitir que nuestra única esperanza es vivir unos años en la tierra y luego aceptar la muerte. Porque si algo cierto sabemos es que la muerte llegará, pero, por nuestra fe, creemos que esa muerte es simplemente un paso para la Vida Eterna. 

Y esa es nuestra esperanza. No nos resignamos a morir, porque hemos sido creados para vivir, para Vivir Eternamente en la presencia del Padre. Esa es nuestra fe y lo que nos ha enseñado Jesús, el Hijo de Dios Vivo. Entregó su Vida para rescatar la nuestra de la esclavitud del pecado, y en y por Él alcanzar la Vida Eterna.

jueves, 16 de junio de 2016



Jesús nos recomienda un espíritu filial reconociendo al Padre como nuestro Señor y dándole alabanzas y santificando su Nombre. Jesús nos enseña, con su Vida y ejemplo, sus obras, hacer la Voluntad del Padre y vivirla haciéndola presente en nuestras vidas.

Pero, también, nos enseña que hacer la Voluntad del Padre es, no sólo hacer buenas obras, sino tener misericordia con los hermanos, sobre todo con los enemigos, los más pobres y marginados. Una misericordia que nos lleve a perdonar como también nosotros somos perdonados. 

Jesús, ya en el desierto, al comienzo de su Vida pública, nos ha enseñado y dado ejemplo y testimonio de resistirnos a las tentaciones del demonio. Él fue asistido por el Espíritu Santo, y nosotros también lo tenemos a nuestro lado para dejarnos auxiliar por Él y resistir los embastes del Maligno.

miércoles, 15 de junio de 2016



Todos los hombres y mujeres buscan la verdad, porque la verdad es la fuente del gozo y de la felicidad. Nadie quiere vivir en la mentira, porque el engaño engendra odio y venganza. Todos quieren que la verdad sea la bandera de su vida.

Pero, hay quienes utilizan la mentira disfrazada de verdad para aparentar, vivir en la verdad, escondidos en la mentira. Las apariencias son los disfraces donde los fariseos esconden la mentira disfrazada de verdad. Y así dicen lo que no piensan, y hacen lo que piensan.

Suelen manifestarse esas actitudes en el ámbito del mundo político, matrimonios y compromisos. Se vive como no se piensa y terminas pensando tal y como vives. Y si la verdad no está en tu corazón, proclamaras la mentira, pues de lo que hay en el corazón rezuma por la boca.

martes, 14 de junio de 2016



La prueba del algodón se realiza cuando te enfrentas al perdón al enemigo. No hay otra prueba superior. Si no eres capaz de perdonar, estás matando, porque quien no perdona, mata. El perdón busca encender el amor y la misericordia. Quien llega a amar será capaz también de perdonar.

El mundo anda mal precisamente porque falta mucho perdón. Y sólo se perdona cuando tú experimentas necesidad también de ser perdonado. Porque sólo aquel que ha padecido sed puede comprender a quien la padece y compadecerse ayudándole a saciarla.

Entiendes que la única solución del mundo es el perdón. Quien perdona, ama. Y en la medida que mucho ama, mucho se le perdona. Por lo tanto, la solución es el perdón, porque perdonar supone amar.

lunes, 13 de junio de 2016



El rencor y la venganza están presentes en el corazón del hombre. Muchas situaciones no se arreglan porque el corazón del hombre está contaminado y respira sangre infectada y adulterada. Se hace necesario inyectarle sangre nueva, pura y limpia que viene de arriba, del Corazón de Dios.

Una savia nueva que origina paz y nace de la misericordia. Las situaciones conflictivas no se solucionan con más conflictos, ni imposiciones ni guerras. Sólo la comprensión, la verdad, la justicia y la misericordia son capaces de acabar con la violencia y las confrontaciones.

Ante un mundo violento y que trata de imponer la paz por la fuerza y el poder, Jesús propone una mirada a un mundo lleno de amor, comprensivo, suave, humilde y bueno, capaz de no levantar murallas ni barreras que enfrente a los hombres y alimente las guerras. Un mundo donde la verdad, la justicia y la libertad se su bandera.

domingo, 12 de junio de 2016



Si tuviésemos que juzgarnos a nosotros mismos seguramente nuestro juicio sería benigno y misericordioso, pero no ocurriría lo mismo si fuese otro. Nosotros nos vemos más justos y buenos, y a los demás los vemos más pecadores.
                       
Es el caso del Evangelio de hoy. Para aquel fariseo, Simón, la mujer que entró en su casa era pecadora. Su pensamiento la delataba y la juzgaba. Seguramente con su lengua la había adulterado mucho más que con su cuerpo. Pero no advertía lo que él dejaba de hacer con el tratamiento a su huésped. 

Nuestros ojos se abren para ver al otro y los pecados del otro, pero están cerrados o ciegos para ver nuestros propios pecados. Y mientras no los abramos no veremos el camino de regreso al Perdón y la Misericordia de Dios. Eso fue lo que el hijo pródigo, como la mujer adultera, descubrieron. Y Simón y el hermano mayor del prodigo, no.

sábado, 11 de junio de 2016



Experimentar que, a pesar de todos los obstáculos que la vida nos pone, el mundo es un camino de esperanza donde podemos alcanzar la plenitud, es la opción más ilusionante y valiosa que podemos elegir. Porque, terminado ese camino, empieza el nuevo, el verdadero, el eterno y pleno.

Claro, experimentar eso es tener claro que nuestro destino no está en este mundo. Está fuera de él, y para recorrerlo tenemos nosotros que también hacerlo con nuestro corazón fuera de él, a pesar de estar dentro. Nuestro destino es el Reino de Dios. Un Reino que llegó con la llegada de Jesús de Nazaret.

Él es el Reino de Dios, y nos trae la oferta de Amor del Padre, que nos ofrece su Misericordia y Perdón por los méritos de su Hijo, el Señor Jesús, dándonos la Salvación Eterna en plenitud. En y con Él estamos salvados y este mundo significa sólo el recorrido en el amor que tenemos que salvar. Y lo haremos y conseguiremos viviendo en Él y por la acción del Espíritu Santo.

viernes, 10 de junio de 2016


Pero lo que no se puede ni debe hacerse es comprometerse públicamente ante la comunidad y ante Dios, sacramento del matrimonio, para luego querer romperlo. ¿Entenderíamos que Dios rompiera su compromiso de Amor y Misericordia con nosotros? Razones para ello hay suficientes.

Nosotros, al contraer matrimonio libremente y voluntariamente ante Dios, nos comprometemos a amarnos, marido y mujer, tal y como Dios nos ama. Al menos a intentarlo y, con su Gracia, ir superando todos los obstáculos que nos salen al paso. Que saldrán y no faltarán.

Por lo tanto, no entra dentro de lo lógico separarnos sino luchar para sostener esa unión. Y cuando se hace en verdad y justicia, todo, aunque nunca será fácil, se podrá sostener, porque estamos con el Señor. Es verdad que pueden presentarse circunstancias difíciles de resolver, pero eso lleva un tratamiento personal y muy particular para cada caso.

jueves, 9 de junio de 2016



Hay una diferencia entre la intención y la consumación del hecho para la ley. Aunque ambas tienen pena, difiere mucho el tiempo y el castigo para una u otra. La intención se mide de una manera, y la consumación del hecho de otra. Para los hombres tiene sentido, pero no es lo mismo para Dios.

Jesús nos dice hoy: Habéis oído que se dijo a los antepasados: ‘No matarás; y aquel que mate será reo ante el tribunal’. Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano "imbécil", será reo ante el Sanedrín; y el que le llame "renegado", será reo de la gehenna de fuego (Mt. 5, 20-26).

Para Jesús la intención tiene el mismo valor que el de consumar el acto. De modo que el deseo consciente y querido determina ya la imputación del acto a pesar de no consumarse. Uno traiciona cuando en su corazón la traición es aceptada y pactada, a pesar de no poder ejecutarla.

miércoles, 8 de junio de 2016



El hombre  que busca la verdad y la justicia no teme a la ley, porque toda su vida busca en la normalidad vivir dentro de la ley. Y es que vivir en la verdad es hacer todos tus actos rectamente y justamente. Por eso, no temes ni importa que se pongan leyes, porque tu impulso natural es cumplirla.

Llenar todos tus actos de buenas obras que hablen de rectitud, caballerosidad, justicia y verdad es la razón que debe mover, por ley natural, a todo hombre. Eso es lo que todos queremos y pensamos hacer. Pero las pasiones y egoísmos nos desvían y tratamos de ocultarnos. 

Es lo que hizo Adán y Eva tras sentirse tentados por la ambición de ser tan grandes como Dios. Igual nos ocurre a nosotros en el mundo. Queremos ser grandes y dirigir nuestras vidas, y tememos a la ley verdadera e inventamos nuestra propia ley, que vive en la mentira.

martes, 7 de junio de 2016



No es la Palabra de Dios un programa político, ni tampoco se trata de unas elecciones. Es algo, no sólo superior sino incomparable. Es algo de valor infinito que, por nosotros solos, no podemos alcanzar, ni siquiera imaginar. Se trata de nuestra máxima aspiración, a la que sólo llegamos por la Misericordia de Dios.

Y, porque a algo, a lo que todos aspiramos y que no podemos alcanzar ni merecer se tiene que proclamar a los cuatro vientos, no sólo con la Palabra, sino también con la vida. En ese sentido tenemos que ser sal y luz para el mundo, porque no sería justo privarlo de este Mensaje único de Salvación.

Seremos responsables los creyentes en Jesús si no proclamamos el mensaje. Pero no sólo proclamarlo, sino vivirlo, porque la salvación de muchos dependerá de unos pocos. Y de eso es de lo que se trata, de ser como la sal y la luz para contagiar al mundo de la Palabra de Dios.

lunes, 6 de junio de 2016


No será nada fácil emprender el camino de la felicidad. Sabemos que todos lo deseamos, y también que todos lo buscamos, pero experimentamos que es ardua y difícil encontrarla. Al menos la experiencia nos dice eso. Y si tan costosa se hace encontrarla será porque su valor es grande.

Algo de tan grande valor debe exigir esfuerzos proporcionados a su valor. Y si queremos una felicidad que dure siempre, se supone que exigirá grandes renuncias y sacrificios. Y eso, quizás, aunque todos la buscan, no todos podrán descubrirla, porque sólo estará al alcance de los que estén dispuestos a la renuncia. 

Jesús nos propone hoy un camino de felicidad. Un camino seguro, pero que exige y pasa por desapegos y desprendimientos. Un camino donde los egoísmos son excluidos y sustituidos por la pobreza de espíritu, la mansedumbre, la solidaridad, la verdad y la justicia, el compartir y sufrir con los que lo pasan mal y el soportar dejaciones y persecuciones misericordiosamente.

domingo, 5 de junio de 2016



La máxima aspiración del hombre es vencer la muerte, pero se le resiste hasta el punto que se le escapa de su propia realidad. Aspira a ello, pero admite que le es imposible, porque según ha recibido la vida, también recibirá, un día, la muerte, pues no está en su mano dar la vida.

Sin embargo, hay una propuesta de Vida Eterna, que no sólo es propuesta, sino que también se hace realidad en el testimonio del enviado de Dios, Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios Vivo. Una propuesta que se hace visible a muchos hombres, como es el caso del Evangelio de hoy con el hijo de la viuda de Naím (Lc7,11-17). 

Jesús resucita al hijo de la viuda. También lo hace con la hija de Jairo y con su amigo Lázaro, pero lo más asombroso es que tras ser condenado a muerte y morir crucificado en la cruz, el Padre, el Dios creador del Cielo y la Tierra, le Resucita para su Gloria y salvación de todos los hombres.

sábado, 4 de junio de 2016



Cuando no sigues lo que te dicta o señala tu conciencia, no te sientes a gusto. Sabes que no has elegido bien y, lo peor, es tratar de autoengañarte. Y lo haces cuando distorsionas la realidad y tratas de justificar tu actuación. Entonces te estás traicionando, es decir, haces lo que no quieres hacer.
               
Es todo lo contrario con lo que nos cuenta hoy el Evangelio de Jesús. Se va de la vigilancia de sus padres para ir al templo, donde habla, pregunta y responde a aquellos maestros que se quedan estupefactos por su inteligencia y sus respuestas. Jesús sabía lo que tenía que hacer y lo cumplía según la Voluntad de su Padre. 

Y sus padres, que poco entendían, le busca y se sorprenden, pero, sobre todo su Madre, acepta su respuesta y guarda todo en silencio en su corazón, pues sabe que su Hijo es el Mesías enviado para salvar al mundo.

viernes, 3 de junio de 2016




La vida la valoramos mucho y difícilmente la ofrecemos por salvar la de otro. Es verdad que en momentos heroicos podemos hacerlo, pero darla conscientemente e incondicionalmente, no sólo es difícil, sino que, en este mundo, no se entiende.

Sin embargo, sabemos que muchas personas la han dado valientemente y sin nada a cambio. Pero también sabemos que, la mayoría, son personas que se apoyan en su fe e intentan imitar a Jesucristo. De cualquier forma, quienes lo hacen serán dichosas, porque el que da la vida por otro, salva la suya. 

Jesús de Nazaret, no sólo ha dado su Vida por cada uno de nosotros, sino que la ha entregado para salvar a todos. Es decir, al mundo. Porque su Vida tiene el valor de pagar y saldar todos nuestros pecados, y el mérito de perdonarnos. Por su muerte y Resurrección el Padre Misericordioso nos perdona.

jueves, 2 de junio de 2016


Cuando se habla de una persona, ser recuerda lo bueno que hizo. Se trata de olvidar lo malo y se resalta lo bueno. Porque es lo bueno lo que interesa y lo que permanece. Bien, es verdad, que lo malo está ahí y cuando en la balanza de la vida tiene su peso, puede contrarrestar a lo bueno.

Pero lo que prima siempre es lo bueno. Porque el hombre está hecho para hacer el bien. Eso es lo que significa ser libre, vivir en la verdad, la justicia y el bien. Porque nadie quiere hacer el mal, y cuando lo hace sabe que está actuando contra su propia naturaleza.

Eso es lo que en el Evangelio de hoy nos dice Jesús: No hay mandamientos mayor que el amar a Dios, porque inmediatamente, si tu amor es sincero y en verdad, amarás también a los hombres, pues son también hijos de Dios, y, por tanto, tus hermanos.

miércoles, 1 de junio de 2016



Todos sabemos que llegará un día que esta forma de vivir tendrá un final, o cambiará su estado físico. Lo que experimentamos en nuestro interior es que ese cambio se transforma en una nueva vida que no tiene final. Al menos es eso lo que esperamos que suceda. Es decir, una vida eterna. Y no sólo porque lo sintamos, sino porque nos ha sido prometido.

Y no por uno cualquiera, sino por Aquel que tiene autoridad para prometerlo. Porque Él siendo crucificado en una muerte de cruz, ha Resucitado, y nos ha prometido también a nosotros resucitar con y en Él. Esa es su Palabra, pero también su testimonio.

Y son muchos los que han sido testigos de su Resurrección. Porque a la mañana del tercer día han escuchado la noticia de que el sepulcro estaba vacío. Y luego, que durante cincuenta días hasta su Ascensión a los Cielos se ha aparecido a aquellos que creen en Él.

Hoy, después de 1873 años aproximadamente, la Iglesia continúa su Mensaje de Vida Eterna apoyado en los testimonios de sus apóstoles y discípulos, testigos directos de su Resurrección al compartir con Él muchos momentos ya resucitado. Y, confiados en su Palabra y Promesa, y sintiéndolo desde lo más profundo de nuestro corazón, esperamos su segunda venida para Resucitar en y con Él.