Jesús ha venido a
anunciarnos el Reino de Dios y a darnos la Buena Noticia por la que el Padre
quiere darnos la Vida Eterna. Sus Palabras son claras: Nadie puede
venir a mí, si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo le resucitaré el
último día. No hay confusión.
Está muy claro.
Ahora, ¿cómo puedo lograr que
el Padre me lleve a Jesús, el Mesías enviado? Porque, lo que no debo hacer es
quedarme con los brazos cruzados y esperar. Porque, ¿si no me lleva? Es verdad
que el Padre ha enviado a su Hijo para salvarnos a todos, pero, ¿por qué dice
eso?
Si soy libre para decir ir
hacia Jesús o decidir lo contrario, algo dependerá de mi decisión. Si lo hago
por mi cuenta, el mundo podrá más que yo, pero, si pido el concurso y la ayuda
de mi Padre Dios, todo será diferente. Por tanto, la cuestión es: pedírselo a
mi Padre y mostrarle mi interés con mis testimonios.