lunes, 30 de noviembre de 2020

 

Descubrir a Jesús es lo más grande y bueno que puedes encontrar. Eso fue lo que les ocurrió a aquellos primeros discípulos a los que llamó Jesús. La experiencia de su encuentro les llenó de gozo y alegría y de enormes deseos de proclamarla, hasta incluso el extremo de dar sus vidas.

Posiblemente, tú y yo no lo hayamos descubierto todavía. Ese es el reto y la aventura hermosa del camino. Quizás no nos hemos acercado lo suficiente para quedar contagiados de su Gracia y de su Amor. Necesitamos acercarnos más y dejarnos embriagar por su Palabra y su Amor.

Conscientes de nuestras posibilidades y de nuestras flaquezas, pidamos al Señor que nos revista de su Amor y Fortaleza para que, fieles a su Palabra respondamos a su llamada siguiéndoles hasta el extremo de entregar plenamente nuestra vida. Amén.

domingo, 29 de noviembre de 2020


En nuestra vida sucede que nos pasamos mucho tiempo preparándonos. Nos preparamos para la primera comunión; para ir a la universidad; para el trabajo; para el matrimonio y para muchas cosas más. Pero, ¿nos preparamos para seguir y responder a Jesús?                                    

Esa es la cuestión y a los que nos llama hoy Jesús. No advierte de que vigilemos y de que estemos en vela. En vela, porque no sabemos la hora, el día ni el momento y podemos ser sorprendido. Sorprendidos en la distracción y sin los deberes hechos. La vigilia es imprescindible.

Imprescindible vigilar y estar preparado para abrir nuestro corazón a la venida del Señor, que no nos avisará. Eso sí, nos advierte y nos invita a estar vigilantes, atentos y preparado para cuando Él decida presentarse. Por tanto, cada día, cada hora y cada momento es una hermosa oportunidad para esperarle vigilantes.

sábado, 28 de noviembre de 2020

 

El Adviento es el tiempo litúrgico donde nuestras esperanzas se hacen presentes y la vida, pese a la dureza del camino, se llena de gozo y de alegría, porque se anuncia una esperanza de salvación. Una salvación que nos libera de la cárcel del cuerpo que nos oprime.

Se hace necesario tener paciencia y estar en actitud de espera. Una espera vigilante y despierta que nos ayuda a descubrir esa luz de salvación que nos trae la Buena Noticia, la Buena Nueva que todos esperan y, muchos, aunque no lo han descubierto, la llevan dentro de sus corazones.

Se hace necesario esperar la venida del Salvador implorando su Gracia, porque creemos en Ti, Señor, y queremos estar atentos y despiertos en el momento de tu venida para hacerte un lugar en nuestro corazón. Amén.

viernes, 27 de noviembre de 2020


Sin perder de vista la Resurrección de Jesús, que nos da esperanza y fundamenta nuestra fe, sabemos que el mundo desaparecerá, porque lo que tiene principio también tendrá fin. Y tenemos elementos de juicios para discernir qué tiempos vivimos e interpretarlos.           

De la misma forma que vemos signos que nos dicen que el verano o invierno está cerca – brotes en los árboles u hojas que se caen – también observamos tragedias, guerras, cambio climático, epidemias que nos hablan que el mundo se deteriora y que algún día todo desaparecerá.

¿Y qué tengo que hacer? Simplemente esperar – no dormido – despierto y atento a que mi vida esté alumbrada y realizada en la escucha de la Palabra de Dios. Que mis manos no estén vacías, sino llenas de buenas obras realizadas por amor que sostenga mi lámpara encendida y con suficiente aceite.

jueves, 26 de noviembre de 2020

 

No cabe duda que el mundo padece dolores de destrucción. Cada día se oyen lamentos de cambios de clima, de descongelación de los glaciares, de contaminación de las aguas, de residuos que contaminan y envenenan, de un consumo desorbitado y muchas cosas más…

¿Qué sucede? ¿Pueden ser esas señales y signos de que la destrucción y final del mundo está cerca? Sin embargo, el Señor nos dice: «Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación». Por eso, ante la cercanía de la destrucción del mundo – que llegará – Jesús nos da un mensaje de esperanza.

Sin embargo, Jesús nos transmite serenidad, confianza y un mensaje de liberación que nos da sosiego, tranquilidad y serenidad. Pero, sobre todo, esperanza. Una esperanza de liberación y de, a pesar de los acontecimientos apocalípticos, la fe en sentirnos liberados.

miércoles, 25 de noviembre de 2020


Cuando tu vida transparenta un seguimiento a Jesús y, en consecuencia te esfuerzas en vivir en la verdad, los de tu entorno se sienten molestos e interpelados y tratan de ridiculizarte y hacer que vivas como ellos. Porque, tu presencia le está señalando e invitándolos a cambiar. 

En consecuencia, vivir consecuentemente la fe en Jesús te complica tu vida. Sin embargo, experimentas el gozo y la alegría de saberte liberado por él, pues te lo ha prometido y siempre cumple su Palabra.

Por tanto, alegres y gozosos de que Jesús camina con nosotros, nos fortalecemos en la esperanza de que, a pesar de nuestros sufrimientos, salvaremos nuestras almas, que es lo verdaderamente importante y a lo que todos estamos llamados.