martes, 31 de octubre de 2017

Las emociones nos traicionan. Hoy vemos una cosa de una forma, pero, mañana la sentimos de otra. La conversión no puede ser producto de una emoción, porque se derrumbaría en cualquier momento. La conversión es el resultado de nuestra propia maduración y camino, y eso se va gestando según se camina.

Jesús nos dice: « ¿A qué es semejante el Reino de Dios? ¿A qué lo compararé? Es semejante a un grano de mostaza, que tomó un hombre y lo puso en su jardín, y creció hasta hacerse árbol, y las aves del cielo anidaron en sus ramas». Ese crecimiento lleva su tiempo y descubre nuestra actitud y fe, porque la fe se demuestra caminando.

La consigna está en no desfallecer ni desanimarse. El camino puede hacerse largo y fatigado, pero nuestra esperanza está puesta en el Señor. El nos ha prometido venir y lo cumplirá, porque el Señor siempre cumple su Palabra. La prueba, la Resurrección de su Hijo, el Señor, entregado a una muerte de Cruz para nuestra salvación.

lunes, 30 de octubre de 2017

Sucede que nos encontramos tan suficientes para solucionar los problemas de nuestra vida que lo que se nos atraganta y no podemos, lo aceptamos como algo nuestro. Terminamos sometiéndonos a lo que nos supera y no nos resistimos a lo que nos tuerce nuestra vida.

En lo más profundo de nosotros mismos no queremos ser así, ni tampoco actuar como experimentamos que nos inclina nuestra propia humanidad. Queremos hacer las cosas bien, pero nuestras propias fuerzas flaquean y se muestran débiles ante la adversidad. Hacemos lo que no queremos y nos sentimos mal.
                     
Todo depende de nuestra elección. Somos libres para tomar el camino que queramos, pero sólo hay uno que nos puede salvar. Y ese es el bueno. No está en la Ley, sino en el Amor. El Amor de Dios es el que nos salva y es al que debemos agarrarnos. Sólo Él nos conoce y sabe lo que realmente necesitamos para enderezarnos.

domingo, 29 de octubre de 2017

Saber no es sinónimo de entender y aplicar, pues hay quienes saben, pero no entienden como aplicar esa sabiduría. Incluso, no son capaces de discernir el bien del mal. Su sabiduría mundana está sometida al egoísmo y la pasión, y pierden el sentido de la verdad y la justicia.

Tampoco entiende de amor y misericordia. Para el sabio de este mundo la ley es lo importante, y quien no la cumple queda marginado y excluido. Sin embargo, no ocurre así cuando son ellos los incumplidores. Buscan excusa que les justifiquen. Viven, más que en la verdad en la hipocresía.

El verdadero sabio es aquel que, humillándose, sabe que no sabe y que cada día busca en el acontecer de su propia vida y en relación con los demás el bien y la verdad. Sabiendo siempre que la única Verdad le viene de arriba, pues todo lo creado le pertenece. Ponerse en sus Manos es la máxima sabiduría a la que puede aspirar el ser humano.

sábado, 28 de octubre de 2017

En vano se cansan los albañiles si el arquitecto no construye la casa. Necesitamos orar y eso no es cuestión de un tiempo, de unos días o unos momentos, sino sistemáticamente de todos los días. La oración nos da confianza y conocimiento para pedir lo que verdaderamente necesitamos.

Santa Teresa decía que la oración es hablar en alta voz con el Señor de todas nuestras cosas. Es decir, de nuestros problemas, de nuestra situación, de lo que no entendemos y de muchas cosas más. El Señor nos escucha, está presente en nosotros y nos conoce bien.

El Señor sabe lo que realmente necesitamos para llegar a Él, y conoce nuestro corazón. Quiere ayudarnos y necesita que le hablemos y le digamos lo que necesitamos. Es decir, quiere nuestra libertad y nuestros deseos de arrepentimiento de nuestros pecados. Entonces, Él nos irá guiando por el buen camino.

viernes, 27 de octubre de 2017

Cuando reflexionaba sobre la suficiencia de nuestro saber y predecir, pensé en aquel hombre que, por la obtención de una gran cosecha, tenía su vida resuelta. Entonces, se preguntó qué hacer el resto de su vida, y se le ocurrió construir grandes almacenes para así guardar toda su cosecha y darse la buena vida banqueteándose de fiesta en fiesta –Lc 12, 18-.

De alguna manera muchos de nosotros pensamos lo mismo. Ahora que soy joven viviré mi vida y cuando sea mayor trataré de mirar por mi vida y levantar mi mirada al cielo. Me pongo de ejemplo, porque confieso que en algún momento de mi vida pensé así. Luego, me identifico con el hombre de la parábola. Y es que no estamos muy lejos de su pensamiento.

Nos ocurre también lo del Evangelio de hoy. Conocemos el tiempo respecto a la lluvia o tempestades, y nos interesamos en ello, pero, ¿y del tiempo de nuestra vida? ¿Acaso, tratamos de pensar cómo lo gastamos? ¿O hacia dónde caminamos? ¿Pensamos qué nos puede pasar al instante siguiente de nuestra vida? ¿Es qué somos dueño de ella? ¿No estaremos comportándonos como verdaderos necio como nos señala Jesús en la parábola? ¿O es qué ignoramos lo que está bien o mal?

jueves, 26 de octubre de 2017

Cuando apuntamos alto y deseamos realizar grandes proyectos vivimos y pasamos momentos de angustias. Toda aventura supone riesgo y dolor, y mucha responsabilidad. Cuando nos atrevemos a algo concreto y queremos hacerlo bien experimentamos miedos, tensión y mucha preocupación. Quisiéramos ver a todos ardiendo en entusiasmo y amor.

Sin embargo, sucede que deseamos que arda el corazón de los otros, pero, ¿y los nuestros? Posiblemente, nos preocupemos tanto por cosas y proyectos y no recatemos en que lo verdaderamente importante es que nuestro corazón arda de entusiasmo y amor de Dios. Eso es lo importante y en lo que debemos de apoyar nuestra perseverancia y constancia.

Esa debe ser nuestra consigna, la de caminar en aras de hacer las cosas bien y lo mejor posible, cumpliendo con nuestro deber y responsabilidad y, sobre todo, con nuestro compromiso de bautismo. En él hemos sido configurados en sacerdote, profeta y rey, y fiel a él debemos de realizar nuestra labor. Para ello contamos con la asistencia y la fuerza del Espíritu Santo.

miércoles, 25 de octubre de 2017

Sucede en nuestro mundo que lo que ocupan puestos de responsabilidad son aquellos que se ganan la confianza de sus jefes y poseen las cualidades que estos les piden. Hay una primera etapa en la que hay que ganarse la confianza del jefe, y eso se hace cumpliendo sus órdenes y siéndole fiel. Cuando el dueño confía en su empleado, deposita en él su confianza.

Sin embargo, puede también ocurrir lo contrario, que el empleado no se gane la confianza del dueño y este le sorprenda haciendo no lo que le había mandado. Entonces le apartará y le despedirá. Por supuesto, el empleado sorprendido cumpliendo las órdenes mandadas será dichoso y bien considerado. No así con el que es sorprendido incumpliendo lo mandado.

El Evangelio de hoy nos viene a decir eso, la de estar vigilantes y preparado haciendo lo que debemos hacer. Cumpliendo el mandamiento del amor, tal y como el Señor lo cumple con nosotros. Porque, Él ha depositado toda su confianza en nosotros y nos ha dado libertad para que amasemos como Él nos ama. Estemos preparados porque vendrá sin avisarnos, y seremos dichosos de ser sorprendidos amando como Él nos ama.

martes, 24 de octubre de 2017

Cuando tu vida empieza a complicarse y las cosas no salen como tú habías pensado, tu energía y tu ímpetu se desmoronan y la resignación empieza a nacer dentro de tu corazón. De cualquier forma, adviertes que la mitad de tu vida, en el mejor caso, es agradable y goza de cierta felicidad. Pero, en la otra, aparepensamce la tristeza y la amargura.

Entonces es el momento de la elección. Estás ante una disyuntiva fundamental, tomar el camino de la vida, o resignarte a vivir esperando el momento de tu muerte. En el primer caso todo es diferente, y, a pesar de que hayan días oscuro y tormentas, la esperanza de un final feliz y gozo eterno te mantiene firme y con deseos de seguir remando.

Pero, en el segundo caso, caminas hacia la muerte. Una muerte con la que pierdes todo lo que tienes. Luego, piensas que tus esfuerzo de nada han valido, ni tampoco tus sufrimientos y tristezas. Quizás empieces a pensar en lo absurdo que es vivir sin esperanza. Una esperanza que sólo en Dios tiene sentido y que Él mismo te ha revelado. Él es el Camino, la Verdad y la Vida.

lunes, 23 de octubre de 2017

Los enfrentamientos nacen por la codicia y la ambición. Las herencias, el poder, el ser yo más que tú, la envidia y muchas cosas más terminan enfrentando a los hombres y destruyéndolos. No cabe duda que, serenos y en paz, reflexionamos un poco y le vemos el verdadero sentido a la vida. De nada vale afanarnos por tanto cuando no necesitamos tanto.

La historia se repite una y otra vez Se hacen fortuna con trabajo o ilegalmente, pero, tanto de una u otra forma el resultado es el mismo. ¿Quiénes heredan esas fortunas? ¿Para qué tanto enfrentamientos o ilegalidades? ¿Para quienes serán?

Jesús nos lo pone hoy muy claro en el Evangelio. La vida, nuestra vida, no depende de los bienes ni de las riquezas. Ni siquiera de tu poder. La vida se te escapa en cualquier momento porque no te pertenece. ¿Y luego qué? Preocúpate de lo principal, de atesorar tesoros en el Cielo que son incorruptibles y eternos.

domingo, 22 de octubre de 2017

El hombre experimenta la tentación de evadir sus obligaciones y compromisos. Sobre todo cuando se trata de dinero. La máxima es pagar menos y obtener los mayores beneficios. Estas situaciones dan lugar a enfrentamientos y luchas que terminan en conflictos agresivos y hasta en guerras. La situación que buscan consiste en poner a Jesús en situación de emitir un veredicto.

Buscan desacreditarle y ponerle en contra del pueblo o del Cesar. Saben que su bien preparada trama le pone en un verdadero aprieto, pero no esperan ni se imaginan la respuesta de Jesús. Posiblemente no saben quién es ni de dónde le viene su sabiduría. Sólo piensan que su Palabra les hace daño y les está dejando sin autoridad.

Por eso, urden un buen plan y lo preparan con cautela y audacia. Primero lo ponen en gran estima y destacan su sabiduría y su veracidad. Le manifiesta su admiración porque defiende los caminos de Dios con verdadera franqueza sin miramientos ni respetos humanos, pero no conocen su respuesta: «Pues lo del César devolvédselo al César, y lo de Dios a Dios».

sábado, 21 de octubre de 2017

La experiencia nos dice que es difícil tener varios amigos de verdad. Amigos que estén dispuestos a dar la cara por ti. Y la vida nos enseña que tener dos amigos de verdad se hace harto difícil. El Evangelio de hoy es de gran regocijo, porque Jesús se declara como el mejor amigo que puedas tener.

Y te dice que quien quiera ser su amigo y da la cara por Él, tendrá su amistad y Él lo defenderá delante de los ángeles de Dios. No se puede pedir más, porque tener la defensa del Hijo de Dios es lo más grande y maravilloso que se puede tener. Y Jesús siempre cumple su Palabra.

Por eso, Señor, quiero tener tu amistad y serte fiel. Porque te lo mereces, porque eres el Hijo de Dios, porque has dado tu Vida para salvar la mía, y porque estás dispuesto, ya lo has hecho, a morir en la Cruz para darme a mí la oportunidad de salvar la mía. Gracias Dios mío.

viernes, 20 de octubre de 2017

El hombre necesita formarse para tener la capacidad de discernir y pensar por sí mismo. Porque, el mundo seduce y engaña. Y no es que la seducción sea mala, sino el fin para lo que se usa. Seducir para tratar de llevarte por el buen camino, es gloria. Pero, seducir para arrastrarte por el mal camino y someterte a sus caprichos es malo y te lleva a la muerte.

De esa manera muchas personas son arrastradas al precipicio y condenadas a la esclavitud. Muchos, seducidos por alcanzar una vida cómoda, feliz y fácil son introducidos en vicios y dependencias que les esclavizan y les someten. Cuando no, otros son influidos y dominados por ideas que, aparentando darle libertad y felicidad, les esclavizan y someten.

Por eso, el Evangelio de hoy nos habla de la necesidad de tener cuidado y no dejarnos arrastrar por los hipócritas. Se hace necesario discernir y pedir sabiduría para no desviarnos del Camino que lleva a la Vida Eterna. Tengamos mucho cuidado, nos dice, no de los que sólo pueden matar el cuerpo, pues eso no es el final, sino de Aquel que, por rechazarle, puede condenarnos a la muerte eterna.

jueves, 19 de octubre de 2017

Hoy, la Iglesia, molesta mucho y se le prohíbe hablar. Se les aparta de los colegios y se le cerca hasta el punto de alejarla de la sociedad. Sí, cuando se le ha callado su voz, se les reconoce y se les hace honores y hermosos sepulcros. Pero, ¿se escucha su palabra y se pone en práctica?

Indudablemente, se nos pedirá cuenta, sobre todo por todas nuestras acciones que impiden que otros puedan aceptar la Palabra. Porque con nuestros actos levantamos verdaderos muros que alejan e impiden a otros recibir la Palabra.

Tratemos de reflexionar y abrirnos a la Palabra ajustándola a nuestra forma de vivir y esforzándonos en ser cauces para que otros puedan, con nuestro testimonio, aceptarla y llevarlas a sus vidas entregándose a difundirlas por el mundo.

miércoles, 18 de octubre de 2017

La mies es mucha y los obreros son pocos. Y eso hacemos, Señor, rogarte para que envíes obreros a tu mies y el trabajo salga adelante. Somos enviados como ovejas entre lobos, y eso nos da esperanza y nos alienta, porque no sabemos enviados y protegidos bajo tu poder.

Porque, Señor, si fuésemos perdedores, Tú, Señor, no nos enviarías a morir como ovejas al matadero. Pues, a los lobos no podemos vencerles. Somos ovejas de tu rebaño y estamos a merced de los lobos de este mundo. Sólo nos quedas Tú, Señor, y en Ti encontramos la fuerza para superar estos momentos de tempestades y desánimos.

Estos momentos de poda nos duelen, pero experimentamos que nos son necesarios, porque de ellos sacamos la sabiduría, por tu Gracia, Señor, para aprender, padecer y crecer en madurez para dar mejores frutos. Poda, Señor, todos nuestros pecados y egoísmos para, liberados de ellos, podamos proclamar mejor que tu Reino está cerca.

martes, 17 de octubre de 2017

El espíritu de la ley es lo que realmente importa, pero, aun así, por encima de la ley está el amor y la misericordia. Por el Amor de Dios y por su Infinita Misericordia estamos salvados. No nos lo merecemos, pero nos salva la Misericordia de Dios. Y nos salva en la medida que nosotros correspondamos de la misma forma con nuestro prójimo.

Eso es lo que prima en nuestras relaciones. Si bien hay una tradición y costumbres que no está mal cumplirla, no deben ser nunca óbice para enfrentarnos y juzgarnos, separándonos y enfrentándonos. Y eso, lamentablemente, es lo que sucede a menudo.

Escuchemos hoy la voz del Señor que nos habla directamente a nuestro corazón. No se trata de tener limpio lo de afuera, ni de dar brillo a nuestras apariencias. Se trata de presentarnos tal y como somos y cuidar mucho lo de dentro, nuestro corazón. Tratar de que lata al mismo ritmo del Señor es la única y verdadera actitud que debemos cuidar que no desfallezca y se incumpla.

lunes, 16 de octubre de 2017

El hombre es un animal atribulado y sufre sus propias indecisiones. Su libertad para elegir le aflige en muchos momentos y se pierde en un mar de dudas. La fe nace en la duda, pues para salir de ella se necesita apoyarse en la fe. Sin duda nuestra fe sobraría, porque al no existir la duda sobraría la fe.

La incertidumbre y el riesgo exigen fe. Fe en Aquel que su Palabra te da confianza y de la que nace su Poder de vencer a la muerte. Jesús ha Resucitado y Él es la señal que nos salva y que nos basta. No hay más señales pues todo lo necesario está en el signo de la Cruz. Señal redentora y salvadora.

Por eso, será inútil recabar y exigir más señales como si de una apuesta se tratara. Es absurdo exigir pruebas y señales para calmar nuestra incipiente fe y satisfacer nuestra curiosidad. No haría falta la fe si todo fuese tan cierto y seguro. ¿Para qué entonces venir el Señor, proclamar y padecer su Pasión? No tendría sentido si ahora el Señor nos saca de dudas. Te pide tu confianza y tu fe.

domingo, 15 de octubre de 2017

Cuando pensamos en alguna persona conocida y concreta nos la imaginamos de una forma ya preconcebida. Nos sorprendería verla vestida de otra forma a la que nuestra vista se ha acostumbrado. Su imagen está dentro de nuestra retina y no la concebimos de otra forma. Nos extrañaría y hasta nos costaría reconocerla. Para cambiar por unas horas está los carnavales.

Cada cual tiene su propio vestido, pero, quizás ese vestido no nos vale para asistir al Banquete al que Dios nos ha invitado. Posiblemente, necesitaremos otra clase de vestido. Se trata del vestido de la humildad, de la misericordia, del arrepentimiento. No nos vale ir vestido con nuestra soberbia, con nuestra suficiencia, con nuestros egoísmos e intereses. Hay que despojarse y revestirse del vestido del amor.

Quizás sea eso lo que nos confunda. No podemos entrar al banquete con nuestras propias ideas. Ideas contaminadas por nuestra naturaleza humana, débil y pecadora. Ideas de vivir según nuestras propias convicciones e intereses. Se trata de vaciarnos de todas ellas y, dejadas en la puerta, disponernos a ser revestido de la Vida de la Gracia según la Palabra de Dios.

sábado, 14 de octubre de 2017

El amor es el móvil que nos empuja a respetarnos, a tratarnos con respecto, a ponernos en un mismo plano de igualdad y a ser verdaderos y justo y crear espacios de paz y convivencia fraterna. Sería absurdo pensar un mundo sin amor. Pero, para que el amor sea el centro y rey de nuestra vida tendremos que clarificar bien qué es.

Porque, amar no son sentimientos, ni afectos, ni caricias, ni intereses, ni beneficios, ni gustos, ni nada que me haga la vida más bonita, porque el amor, ya de por sí, da sentido a la vida y la hace bella. Amar no son pasiones ni satisfacciones, porque amar no es egoísmo. El amor es un compromiso por el que yo me comprometo contigo y con otros a hacer un mundo mejor, de justicia, de verdad y de paz.

Amar es descubrir que Dios me quiere con un amor total y comprometido. No me quiere por mis actos, ni por ningún interés, pues nada le puedo dar. Todo le pertenece. No me quiere porque me porte bien ni porque hago su Voluntad. Me quiere por amor y por eso está comprometido. Me quiere sin condiciones y me anima a que yo quiera también de esa manera. Tal y como Él me quiere.

viernes, 13 de octubre de 2017

Resistirse a la verdad nos lleva a cometer muchos disparates. Hoy, el Evangelio nos habla de uno muy grande. Grave error confundir a Jesús con quien viene de parte del Maligno, pues sería contradictorio que el mismo Maligno expulsara a los suyos. Todo reino dividido está condenado a desaparecer. Por lo tanto, disparatado ese razonamiento.

Lo razonable es que si Jesús tiene poder para expulsar demonios es porque ha llegado el Reino de Dios y el demonio ha sido vencido. No obstante, no podemos fiarnos de nuestras fuerzas y debemos cuidarnos de permanecer en el Señor, pues el Maligno tiene poderes para seducirnos, tentarnos y vencernos.

Se trata de perseverar y permanecer en el Señor, porque, aun expulsado el demonio, si nos quedamos solos volverá de nuevo y se adueñará de nuevo de nosotros. Este mundo es una continua lucha, pero no una lucha por nuestra cuenta, sino injertados en el Espíritu Santo, que nos asiste y nos fortalece para salir victorioso del combate de cada día.

jueves, 12 de octubre de 2017

Cuando tratamos de evangelizar, significamos que se trata de vivir la Palabra de Dios en nuestro medio y circunstancias y, con la vivencia y testimonio, transmitirla y darla a conocer. Porque, no se conoce lo que se dice y transmite por palabra, sino fundamentalmente con la vida.

Por lo tanto, en mi humilde opinión, la dicha de un creyente cristiano empieza por vivir en la Voluntad de Dios. Es lo que descubre y transmite hoy nuestro Señor Jesús: «Dichosos más bien los que oyen la Palabra de Dios y la guardan». Y todo método o estrategia debe estar apoyada en esta premisa. Sólo aquel que escuchan la Palabra para hacerla vida, son los dichosos y bienaventurados.

La Palabra de Dios, ha dicho el Papa, no puede conservarse en naftalina. Y yo añado, porque no se trata de conservarla guardada para que no se estropee, sino que es para vivirla y hacerla vida a impulso del Espíritu Santo, que nos la propone y la ilumina impulsándola en nuestros corazones disponibles y abiertos a su acogida.

miércoles, 11 de octubre de 2017

Necesitamos discernir y darnos cuenta que sólo escuchando la Palabra del Señor y, puestos y disponibles en sus Manos, nuestras obras serán válidas y buenas para transformar en mundo. Porque es l Señor quien en última instancia lo transforma, aunque para ello se valga de nosotros.

Por lo tanto, lo primero es estar con y en el Señor. Abrirnos a su Voluntad y estar, por la libertad que el mismo nos ha dado, disponible para escucharle y cumplir su Voluntad. Solos no podremos, pero en Él lo realizaremos y triunfaremos. Eso fue lo que hizo María, su Madre. Pura sumisión y obediencia a su Palabra.

Y también otra María, la hermana de Marta,  aprovecho la presencia de Jesús para escucharle atentamente y escoger la mejor parte. Escucharle y, por y con su Gracia, actuar en su Nombre. Es esa la mejor opción y la verdadera oración, la de descubrir que Dios es nuestro Padre, nos ofrece su Reino y nos abre sus brazos a nuestras necesidades, perdonándonos tal y como nosotros también perdonamos. Y dándonos fuerzas para salir y vencer las tentaciones.

martes, 10 de octubre de 2017

El hombre, desde siempre, ha buscado la felicidad. Ese objetivo es el punto y encuentro de todos sus esfuerzos y trabajos. El hombre persigue y quiere ser feliz, y para ello no escatima ningún esfuerzo y hasta arriesga en muchos casos su vida. Pero, su obsesión es buscarla en el mundo. No sabe o no quiere saber otro lugar donde buscarla.

Y el resultado es que se pierde y hasta se destruye. Todo lo que el mundo le ofrece no termina por darle esa felicidad que él desea, porque, tan pronto como la recibe, tan pronto desaparece. No termina por quedarse, por permanecer y ser eterna.

Esa es la condición que él pone, la eternidad. Porque una felicidad temporal puede encontrarla en el mundo, pero una plena y eterna se le antoja que le va a ser imposible. Tendrá que mirar para otro lado y hoy, el Evangelio nos da una muy buena pista, María, la hermana de Marta, ha dado con la clave.

lunes, 9 de octubre de 2017

El hombre no podrá escapar a esos interrogantes que la vida le plantea. Es posible que los desvíe, o los esconda en el cajón del olvido. Pero, tarde o temprano aparecerán en su vida. Porque, el hombre ha sido creado para volver a su Creador, y sólo a Él rendirá cuentas. Y todo girará a como ha gastado su tiempo en cuanto al compromiso de amor.

La vida es un tiempo hermoso para gastar el amor que hemos recibido. Porque, por amor y para amar hemos sido creados. Quizás a muchos no les sea fácil amar. Cada cual tiene sus circunstancias que le vienen añadidas de sus antepasados. Heredamos lo que nuestros padres nos han dejado. Y el pecado que nos transmiten nos hace muy difícil la vida.

Por lo tanto, de ti y de mí depende que nuestros hijos reciban mejor herencia. Una herencia más limpia y pura. Una herencia llena de la Gracia de Dios que les alumbre el camino a seguir y les descubra la meta a la que deben aspirar. Un camino donde la búsqueda del amor, primero a Dios y, en Él, a los hermanos sea el hilo que sostenga toda su vida.

domingo, 8 de octubre de 2017

Dios te ha puesto en esta viña del mundo. Ha cavado un lagar y ha edificado una torre. Eres tú, que con esos talentos y cualidades recibidas deberás producir frutos para entregárselos al Señor cuando vuelva en busca de ellos. Tú eres su viña y de ti espera esos frutos.

Es posible que tú, también yo, no lo veamos así, y que experimentemos la necesidad de revelarnos y de apropiarnos de esa viña para hacerla rendir según nuestros intereses. Eso nos obligará a rechazar a los siervos del dueño y a matar al hijo enviado. Y eso lo hacemos cada instante que tomamos un camino o atajo contrario a los mandatos de Dios.

Podemos ser muy bien esos a los que el Señor se refiere. Y conocemos por sus Palabras lo que significa estar en esa situación. Seremos desposeídos de esas viñas y les serán entregadas a otros. Perderemos todo lo que tenemos y hasta nuestra propia vida. ¿Nos vamos a quedar sin reaccionar?

sábado, 7 de octubre de 2017

María vivía en esa esperanza de salvación que todo hombre experimenta. Pero, María, creía profundamente y estaba abierta a la acción de Dios. En esa actitud, Dios la eligió para que fuese su Madre, y María, creyó y acepto el reto de ser su esclava y vivir en su Voluntad.

La pregunta es muy simple: ¿Aceptamos también nosotros la llamada del Señor que comienza en nuestro Bautismo? ¿Creemos que Jesús nos llama y que, en Él, podemos experimentar nuestra salvación? Salvación que consiste en liberarnos de las esclavitudes que nos somete el pecado en este mundo

Porque no somos libres. Tenemos muchos apegos, dependencias, sometimientos, y responsabilidades que nos obligan a veces a actuar contra la verdad. Y muchas flaquezas que nos impiden ser como realmente queremos ser. Experimentar eso es tomar conciencia de que sólo en el Señor podemos alcanzar la verdadera libertad.

viernes, 6 de octubre de 2017

Sin lugar a duda, la vida nos ha sido dada para vivirla, pero vivirla en verdad, justicia y solidaridad. Eso quiere decir que, la vida no es absolutamente nuestra, sino que se nos ha regalado para que, con ella, hagamos y construyamos un mundo mejor.

Eso significa que debemos de pensar, no sólo en nosotros, sino también en los demás. Todo los talentos y cualidades que hemos recibidos, no lo han sido para utilizarla sólo para nosotros, sino para compartirlas con los demás. Tu vida está para hacer el bien, y de todo el que omitas serás responsable.

Por eso debemos estar muy atentos a descubrir todo lo que hemos recibido. Y eso se hace en el esfuerzo de compartir. Uno descubre que es lo que hace de bueno y lo que puede hacer. Así va desvelando todo aquello que Dios le ha dado para compartirlo con los demás.

jueves, 5 de octubre de 2017

La tierra que el hombre ha recibido de Dios ha ido perdiendo fuerza. Los avances de la ciencia le han permitido someter y controlar mejor la tierra y manejar su fertilidad a su antojo. Así, el hombre ha ido perdiendo su dependencia de Dios y se ha olvidado de Él.

Sin embargo, la vida no está en manos del hombre y su necedad –pecado- le lleva a rebelarse contra Dios. Ha sucedido muchas veces, y el hombre se pierde por su auto-suficiencia y la necesidad de darle gracias por todo lo que ha recibido y recibe cada día.

Hoy, Jesús, en el Evangelio, nos recuerda esa necesidad, porque, sin Dios y su Gracia, el hombre se pierde y se malogra. Su deseo de felicidad y eternidad no está sino en Dios. Creador de todo lo que existe y que el hombre no conoce, sino lo poco que ve. Tratemos de buscar la sabiduría del Cielo, que nos descubrirá el camino para llegar a Él.

miércoles, 4 de octubre de 2017

Sucede que en nuestra vida confundimos el seguimiento con el cumplimiento. Reducimos nuestra fe en unos cumplimientos que nada tienen que ver con nuestra vida. Todo se reduce a cumplir, pero no porque se trata de acercarnos al Señor y desear dejarnos convertir por Él, sino, simplemente un precepto que hay que cumplir.

Quizás, muchas misas dominicales son simples cumplimientos y preceptos, pero no son expresiones de fe y de alabanza a Dios. Quizás, muchas misas dominicales son causa de un precepto que hay que cumplir, pero no tengo conciencia de un Dios que me quiere salvar y me llama a trabajar en su Viña. Posiblemente me atrevería a decir que situados así estamos con el arado en la mano y la mirada hacia atrás.

Y ya conoces la respuesta del Señor ante esta postura o actitud. Sólo le vale la de seguir sin vacilar, sin mirar hacia atrás. Sólo le vale aquellos que confían y son perseverantes. A pesar de sus debilidades y tropiezos, pero siempre adelante, junto al Señor y confiando en su Espíritu y su Gracia.

martes, 3 de octubre de 2017

¿Tenemos nosotros nuestra decisión en la vida firme y decidida? Porque, de ser así, nuestro camino será más firme y decidido. En nuestra decisión ha tomado parte el Espíritu Santo, pues Él no es ajeno a nuestras decisiones y participa con nosotros en ellas fortaleciéndonos y asistiéndonos.

Pero, ¡cuidado!, porque también podemos estar en el lado contrario. Quizás seamos samaritanos que rechazamos su disponibilidad de pernoctar en nuestros corazones. No le acogemos porque va a Jerusalén, ¿nos recuerda algo eso? Quizás también nosotros le rechazamos porque no nos gusta algo de su Iglesia o de sus discípulos.

Podemos estar en esas actitudes y hasta arremeter como Santiago y Juan contra aquellos que rechazan acoger al Señor y no son de los nuestros. ¿Qué nos dice Jesús?  El Evangelio termina diciendo: Pero volviéndose, les reprendió; y se fueron a otro pueblo.

lunes, 2 de octubre de 2017

Es el débil el que genera más amor de los demás. Y experimentamos que cuanto más debilidad, más amor se vuelca hacia esas personas. Los pequeños son el objeto del amor de Dios, y todos los que queremos llegar a Él tendremos que hacernos pequeños.

Pequeños y necesitados de amor. Porque son los pequeños los que necesitan cuidados y mucho amor. Un amor que les limpie sus corazones y le laven de todas las impurezas que los mal intencionados les pueden contagiar. Por eso, recibir la inocencia del niño; recibir sus buenas intenciones nos abre nuestros corazones al amor de Dios.

Y resulta que, cuanto más te abajas y te haces pequeño, más cerca estás del Señor. Porque son los pequeños los primeros y los que se abren al amor de Dios. Son los necesitados y los que buscan protección. Humildes porque son pequeños y necesitan ser liberados por el Poder de Dios.

domingo, 1 de octubre de 2017

El Evangelio de hoy habla de eso. Nos dice que dos hijos desobedecieron al padre. Uno, porque le negó lo que le pedía; el otro, porque aparentó obedecerle, pero luego no lo hizo. Ambos le engañaron, sin embargo, el primero, aun negándole lo que el padre le pidió, tuvo arrepentimiento e hizo la voluntad del padre.

Esa, la actitud del primero, es la verdadera. Porque, incluso habiéndole engañado, hizo lo que el padre le había pedido. Y lo hizo porque comprendió su error y tuvo dolor de corazón. Es decir, arrepentimiento. Es eso lo importante, tener dolor de corazón y arrepentirnos, porque eso nos dará siempre la oportunidad de ser perdonados.

Nuestra naturaleza es débil y propensa a pecar. Y nuestro camino es un combate diario por evitar el pecado. Sin embargo, será difícil no caer, pero siempre tendremos la oportunidad de levantarnos e irnos perfeccionando. Por eso, el Señor nos habla de su Misericordia, y eso es lo que ha venido a buscar. Que seamos misericordiosos como Él lo es con nosotros.