miércoles, 30 de noviembre de 2016

Ocurre que puedes encontrarte rodeado de personas, pero sentirte sólo. Experimentar compañía no es estar rodeado de muchos otros, sino de muchos tú que se relacionan contigo. Porque sin ti queda desdibujado el yo. La persona humana necesita al tú para sentirse persona.

Y del tú y el yo nace el amor. Sin el amor no se produce la relación. De tal forma que la persona humana es un animal racional en relación. Una relación que nace de su propia necesidad de buscar el bien de los otros y de experimentarse también deseo del bien del otro. Es la expresión del mutuo amor.

Por eso el hombre está llamado a vivir en comunidad. Una comunidad, origen de su creación, porque Dios es comunidad de Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo, y ser reflejo, creado a su imagen y semejanza, de Dios es amar como el Padre y el Hijo se aman. Y fruto de ese Amor, el Espíritu Santo.

martes, 29 de noviembre de 2016

Por eso, aquellos que se cierran a escuchar la verdad de otros, creyéndose ellos en la verdad, dejan al descubierto su necedad y poca inteligencia. Porque es sabio quien se sabe pequeño y necesitado de escuchar y ver las pequeñas verdades de los otros. Pues así, incluso, descubre su propia sabiduría con respecto a los demás.
                             
Por eso, la verdad solamente llegará a aquellos que saben abajarse y humillarse ante el conocimiento de los otros. Incluso de los pequeños, que por estar más necesitado del saber se abren más fácilmente a las verdades. Y esa es la razón por la que el Evangelio llega y se descubre a los que humildemente se abren esperanzados en encontrar esperanzas de salvación.

Y así es, porque son los pequeños, los privados de libertad, los marginados y necesitados los que necesitan ser curados y también los más propensos a abrirse a la Palabra de Dios. Tratemos, pues, de ser humildes, pequeños y pobres de espíritu y abrirnos a la Palabra de Dios.

lunes, 28 de noviembre de 2016

Aquel centurión se mueve por amor. Por amor a su siervo busca a Jesús, pues, piensa que Él le puede curar. Su amor le lleva a confiar en Jesús. Y es que cuando tenemos necesidades buscamos respuestas a esas necesidades. Y sólo Uno puede responder a la necesidad de la vida.

No cabe duda que la necesidad de la vida te lleva al encuentro del Señor, porque, Él es el Camino, la Verdad y la Vida. Pero ese encuentro tiene que estar movido por el amor. El amor que experimentas por alguien que te empuja a buscar a Jesús para que te lo resuelva.

Cuidemos el huerto de nuestro corazón y llénemelos de tierra buena para que dé los frutos que el Señor espera. Una tierra buena abonada con el agua que da la fe y sostiene la llama del amor. Ese amor que movió al Centurión a buscar al Señor.

domingo, 27 de noviembre de 2016

Con el tiempo, la vida se convierte en rutina y, quizás por mimetismo, terminamos todos haciendo lo mismo. Celebramos sin vivir lo que celebramos y sólo pensamos y deseamos pasarlo bien y disfrutar, sin darnos cuenta que las cosas de este mundo son caducas y con ellas disfrutamos un rato, pero nada más.

Y con tiempo, muchos se cansan de esta vida y aparecen depresiones, locuras y disparates. La conciencia de ver el final de nuestra vida mundana nos asusta y, quizás, nos desquicia. Perdemos el rumbo y nos resignamos en el mejor de los casos a seguir viviendo hasta que Dios quiera.

Nos dormimos e igual no llegamos a despertar. Porque el mundo no es eterno y tiene sus días contados, pero nos ha dormido tanto que perdemos el norte de nuestra vida. Y un día será el final. La pregunta es esta, ¿cómo o dónde estaremos ese día? Ese día puede ser la hora de tu muerte o cuando el Señor, si a ti te ha tocado ese momento, decida cumplir su Palabra de su segunda venida.



Nota: Ayer estuve enfermo. Sufrí, el vierne por la noche, lo que llamamos por aquí, un corte de digestión, algo que me sentó mal y estuve todo el sábado en cama y decaído. Eso explica que este espacio de "un pensamiento por la noche" y "frases y pensamientos del día" no se haya, ni reflexionado ni, en consecuencia, publicado. Pero hoy, por la Gracia de Dios, vuelve a salir, y a compartirse con todos aquellos que lo deseen y les pueda ayudar.

viernes, 25 de noviembre de 2016

¿Es posible qué con tanto avance técnico no descubramos la necesidad de prepararnos para el tiempo final de nuestra vida? Porque, sin darnos cuenta pasa el tiempo y no advertimos que también se aproxima con él el día de nuestra hora.

Si advertimos que cuando brotan las hojas verdes se aproxima el cambio de tiempo, ¿cómo es qué no nos damos cuenta que nuestra vida se acaba y llegará también el final de esta vida y el comienzo de la otra, la nueva y verdadera? Algo debe ocurrirnos en nuestros ojos, los del alma, que no vemos nuestra propia realidad.

¿No nos hemos parado a pensar que todas las cosas de este mundo pasarán? Todo es caduco. Sin embargo las palabras del Señor son eternas, no pasarán. Quizás no te lo crees, pero los acontecimientos que observas en el mundo te pueden ayudar a discernir sobre eso.

jueves, 24 de noviembre de 2016

Leemos muchas cosas profetizadas sobre lo que ocurrirá al final, y eso nos puede asustar, pero lo cristianos debemos confiar en las Palabras del Señor: Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación. Y eso es lo importante y lo que se nos debe quedar en la cabeza: “Nuestra liberación”.
                   
De esta forma mantenemos siempre viva nuestra esperanza, porque todo lo dicho por el Señor ha tenido fiel cumplimiento. Lo último, su Resurrección. Y esto que nos ha dicho se cumplirá. Su Palabra es Palabra de Vida Eterna.

A pesar de  la cruz que se hace presente en nuestra vida y de los nubarrones que aparecen en el horizonte, Tú, Señor, nos sostiene y nos da esperanza para continuar perseverando en el camino. ¿A dónde, si no, iremos, Señor? Sólo Tú eres el único y verdadero Camino, Verdad y Vida.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

La vida de un cristiano fiel a su compromiso de Bautismo es vida de cruz. Es cruz porque como Jesús su vida descubre la verdad y la justicia, y siembra la paz, y el mundo piensa de forma contraria. Busca la mentira y el éxito para ser más que los otros y ganar el mundo.
                  
Ser seguidor de Jesús exige vivir en la verdad, y el mundo en el que vivimos vive en la mentira y el engaño, hasta el punto de matar por ser yo más que tú. Y cuando se desea ser más que el otro, se envidia, de odia y se mata. Así ocurrió con Caín que mata a su hermano Abel.

Tratemos de vivir injertados en el Espíritu Santo para poder vencer al mundo y vivir en la verdad aceptando la cruz que nos toque vivir en nuestra vida. Una cruz que nos llevará a la única y verdadera Cruz, la Cruz liberadora del Redentor, nuestro Señor Jesús.

martes, 22 de noviembre de 2016

Buscamos el éxito, pero un éxito caduco, porque el que queremos no lo encontramos en este mundo, y menos por los caminos que nos ofrece el mundo en que vivimos. Lo efímero no es exitoso realmente, sino aparente y limitado. Lo que procede es buscar y apostar por lo pleno, lo que perdura eternamente.

Porque, lograda la plenitud, quedaremos satisfechos para la eternidad, y eso es lo que vive y anhelamos en nuestro corazón. Lo caduco no puede satisfacer nuestras ansias de gozo y felicidad. Por lo tanto, tratemos de perseverar en la Palabra de Dios, porque ella es Eterna y nos conduce a la plenitud gozosa.

Conviene no desesperar sino, pacientemente y perseverando, confiar en la Palabra de Dios y seguir sus mandatos e indicaciones según su santa Iglesia, que Él, el Señor, nos ha dejado constituida bajo el primado de Pedro y sus sucesores sin interrupción hasta hoy.

lunes, 21 de noviembre de 2016

Hoy, Jesús lo deja claro en el Evangelio. Observa y descubre que muchos dan grandes sumas de las que hacen ostentación y ruido para ser vistos. Pero su valor, aun siendo grande económicamente, no lo es delante de Dios, pues esas limosnas no dan dolor, ya que les sobra, y sí honores.

Jesús, por el contrario, enaltece y alaba la actitud de la viuda, que siendo pobre, da de lo que tiene, aún quedándose con poco o nada. El valor de la caridad no está tanto en la cuantía sino en el desprendimiento. Es generoso aquel que es desprendido y su corazón está liberado del egoísmo de poseer.

Porque quienes están sometidos a tener, tanto material como espiritual, se apoderan de los bienes y de la espiritualidad e intenta someter a los demás. Porque el dar implica no pedir cuenta, sino ofrecer disponibilidad y servicio. En nosotros se puede entender bien, pues nos ha sido dado todo, incluso la salvación sin ninguna condición.

domingo, 20 de noviembre de 2016

En la vida podemos sostener tres actitudes ante el misterio trascendente de la Revelación de la Palabra de Dios. Quizás podamos encontrarnos en una de ellas y sería bueno meditarlas ante los comportamientos que presentamos en nuestra propia vida. Porque, sin darnos cuenta, la vida se va rápidamente.

No cabe ninguna duda que, incluso a pesar de que muchos no lo saben o no muestran interés por saberlo, todos buscamos la felicidad y la eternidad. Nuestra preocupación por la salud así lo descubre. Pero, ante la proclamación de la Palabra, la primera actitud es la de mostrarnos indiferente y hasta reírnos. Solemos decir que nadie ha resucitado para decírnoslo.

La segunda, la de los soldados y pueblo en general que burlándose le incitaban a salvarse a sí mismo. Quizás nosotros mantenemos la misma postura. Muy cercana está también la tercera, la de aquel ladrón malo que le provocaba para que usara su poder y, salvándose, también les salvara a él. Quizás, la del buen ladrón, reconociendo sus errores y abandonándose en las Manos de Jesús sea la actitud buena.

sábado, 19 de noviembre de 2016

Si los seres vivientes aceptan la muerte resignados, el hombre es el único ser viviente que su rebela contra la muerte y anhela sostener la vida. Sus avances, a través de los siglos, le han permitido alargarla y hasta rejuvenecerla y sus anhelos es lograr la eternidad.
                                                  
El hombre aspira a ser feliz y eterno. Dentro de sí mismo vive esa ilusión. Por eso, la Palabra de Jesús de Nazaret no le puede pasar desapercibida porque le habla de eso y le ofrece la Vida Eterna. Claro, para eso hace falta vencer a la muerte y resucitar. Y Jesús Resucitó.

Su autoridad la confirma su Palabra, pues sus obras lo demuestran. El cura a los enfermos y devuelve la vida a los muertos. Si dudamos de su Palabra, sus obras no dejan lugar a dudas. Jesús es el Señor de la Vida y la Eternidad. Él es el Camino, la Verdad y la Vida.

viernes, 18 de noviembre de 2016

Hoy nos ocurre algo parecido a lo que el Evangelio nos narra hoy. El templo, la casa de oración que los cristianos tenemos para celebrar la Eucaristía y buscar espacios de oración, se hace a veces incómoda. Sobre todo en celebraciones puntuales y Eucarísticas. Sin darnos cuenta hablamos más de la cuenta.

Y sucede que la convertimos en lugar de encuentro y reunión entre nosotros. Sin darnos cuenta dejamos al Señor en un segundo plano y nos fijamos más en vernos y saludarnos. Es posible que esa no sea nuestra intención, pero debemos aprovechar el Evangelio de hoy para revisarnos en ese aspecto.

Tomar conciencia que el templo es un lugar y espacio donde nos encontramos con el Señor. Es verdad que el Señor está en nosotros, y somos templo del Espíritu Santo, pero también está bajo las especies de pan y vino en el Sagrario. Es un lugar santo que debemos respetar. Y sobre todo en los momentos de la consagración Eucarística.

jueves, 17 de noviembre de 2016

Nuestra actitud es beligerante y dispuesta a no obedecer. No nos fiamos ni somos dóciles a la Palabra del Señor. Podemos decir que sí, pero nuestras obras y hechos descubren lo contrario. Somos la Jerusalén que continúa rechazando al Señor.

Hacemos nuestro dios a nuestra razón. Razonamos muchos y, por supuesto, nos equivocamos mucho. Porque no somos perfectos y nuestras deducciones son imperfectas. Y le discutimos al Papa, que, por la Palabra, está asistido por el Espíritu Santo. Y ponemos nuestras palabras y razonamientos en boca de quienes no tienen autoridad.

Porque toda autoridad viene del Señor. Él tiene Palabra de Vida Eterna y Él ha dejado al servicio de su Iglesia a los que ha querido elegir. Porque su única y verdadera misión es salvar a todos los pobres, pequeños y humildes que, aún en pecado, quieren ser perdonados.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Nos olvidamos pronto de dónde venimos. Los malos momentos se nos olvidan enseguida cuando aparecen los buenos. Ya no recordamos quiénes éramos o de dónde venimos. Y cuando prosperamos pensamos que se debe a nuestras cualidades y talentos. Nos endiosamos y nos creemos fuertes y suficientes.

En ese contexto, la idea de Dios Padre se emborrona y se nos olvida. No necesitamos ningún Dios, porque nos hemos puesto nosotros como nuestro propio dios. Y nuestras cualidades, merecidas, las utilizamos para enriquecernos y disfrutar de la vida. Porque nos lo merecemos.

Pero, llegará el momento de que tengamos que rendir cuentas y de describir cómo y dónde hemos gastado y empleado nuestros talentos o cualidades. Porque se nos han dado para que las utilicemos para el servicio y beneficio de los que, sobre todo, las necesitan. Por lo tanto, miremos que hacemos con nuestros talentos recibidos.

martes, 15 de noviembre de 2016

El Evangelio de hoy nos habla de Zaqueo. Un hombre que sentía curiosidad por conocer a Jesús. Podíamos decir que le seguía oculto, quizás por miedo a no ser admitido o por vergüenza. Pero, enterado que pasaba por Jericó se puso por obra aprovechar la ocasión.

Advirtiendo que la gente le impedía poder verlo, pues era bajo de estatura, no reparó en subirse a una higuera por donde suponía iba a pasar Jesús. Su obsesión era verle y estaba decidido a superar todos los obstáculos que se lo impedían.

Lo que nunca esperó fue la acogida con la que le sorprendió Jesús. Mirándole le invitó a bajarse y auto invitándose le propuso comer en su casa. Le encantó esa deferencia que tuvo con él y se sintió importante, perdonado y valorado por Jesús. Experimentó el gozo y la alegría que el encuentro con Jesús tiene siempre como resultado.

lunes, 14 de noviembre de 2016

Hay muchas clases de luces, pero ninguna te alumbra el verdadero camino que conduce a la paz y el gozo eterno. Sólo hay una Luz que te lleva a la alegría de la Vida Eterna. Es esa Luz que Bartimeo supo, siendo invidente, descubrir en la oscuridad de su propia vida.

Quizás, muchos de nosotros que vemos la luz del sol no llegamos a ver la verdadera Luz que vio, siendo ciego, Bartimeo. Pidamos la capacidad de poder verla, porque, no porque podamos ver con nuestros ojos podemos verla. Es una luz que hay que ver con los ojos de la fe. Y eso le pertenece darlo a Dios.

Abramos los ojos de nuestro corazón y aguantemos nuestra mirada fija en el Señor. Él nos abrirá los ojos de la fe y nos dará la luz que nos ilumine para ver. Ver realmente el camino que nos conduce a la verdadera salvación. Precisamente la que Él nos da.

domingo, 13 de noviembre de 2016

La vida que nace, aparentemente nueva y joven, se vuelve con el tiempo vieja. Para  conservarla y perpetuarla necesitamos rejuvenecerla. Todavía el hombre no logra conservarla eternamente, e, irremediablemente, se pudre y se hace vieja hasta morir. La cuestión y preocupación del hombre es revivirla.

Y hasta ahora no hay manera, ni se cree que se pueda. Sin embargo, Jesús de Nazaret ha resistido a la muerte y ha Resucitado. Y nos promete la vida. Su Vida, destruida, fue reconstruida en tres días. Y así nos promete que a nosotros también nos pasará eso. Pero, para ello necesitamos creérnoslo y buatizarnos. Por el Bautismo nacemos a una Vida Nueva.

Tú, Señor, tienes Palabra de Vida Eterna. Porque con tu Vida nos lo has demostrado. Todo en Ti se ha cumplido y lo último ha sido tu triunfo sobre la muerte, tu Resurrección.  Sí, Señor, creemos en Ti y te esperamos confiados que si perseveramos en Ti, como nos has dicho, salvaremos nuestras almas.

sábado, 12 de noviembre de 2016

Cuando se persigue una meta se necesita ser tenaz, porque sin ella, a la menor dificultad todo se viene abajo. Remar contra corriente exige tenacidad para luchar y vencer los obstáculos que se presenten en el camino. De no ser tenaz, pronto, a las primeras de cambio, se abandona.

Hoy, en el Evangelio, Jesús nos habla de la necesidad e importancia en ser constantes y perseverantes. Y eso lleva una gran dosis de tenacidad. Ser tenaz es imprescindible para sostener la fe, porque en muchos momentos no llegamos a comprender los acontecimientos de nuestro propio camino.

No estamos a la altura de poder entender todo. Nuestra razón es limitada y querer entender lo que está por encima de nosotros mismos sobrepasa nuestra razón. Sabemos que existimos, pero de dónde hemos venido y a dónde iremos no, por nosotros mismos, podemos entenderlo. Necesitamos fe y fiarnos de la Palabra de Jesús, porque Él nos da testimonio y razones para creerle.

viernes, 11 de noviembre de 2016

El hombre y la mujer saben que la vida tiene un final. Y conocen que ese final no es lo último. Todos saben y han oído que hay otra vida. Quizás muchos no quieran oírlo y se subscriben a ésta, a la que ven y en la que viven. Pero,  a pesar de esconderse llegará el momento final y la otra vida.

Será bueno, pues, tenerlo en cuenta y, más que tenerlo en cuenta, prepararse para ese momento. Porque es en esa hora cuando nos jugamos todo. Y de no estar preparado, será tarde hacerlo en esos momentos finales. Pero, ¿qué nos jugamos? Esa es la cuestión.

Quizás ocurre que no nos lo preguntamos seriamente, o no lo queremos ver. Nos jugamos lo que realmente buscamos y queremos, la verdadera vida, la felicidad y la eternidad. Porque eso es lo que nos gustaría alcanzar, pero según nuestras formas de entender y hacer. No hacemos caso a Quien nos la ofrece y al camino que no pone para conseguirla. Será nuestra responsabilidad.

jueves, 10 de noviembre de 2016

Dentro de cada hombre vive el germen de la bondad. ¿A quién no le gusta hacer el bien? Será difícil hacer lo contrario, y si se hace sienta mal, y aunque manifieste aparente alegría está mintiendo, porque el mal nunca puede dar verdadera alegría. Pues viene del demonio y el demonio está siempre enrabietado y triste.

Por eso quiere amargar la vida a los demás. ¿Son los amargados personas alegres? Diremos que no, porque la realidad nos lo manifiesta claramente El mal no puede generar alegría, porque el hombre busca siempre estar alegre y contento. Diríamos que la esencia del ser humano es la alegría, porque eso es ser feliz.

Y cuando nos esforzamos en ser felices estamos haciendo presente el Reino de Dios en este mundo. Porque donde está Dios está la alegría, la felicidad y la paz. Él ha venido a traernos la paz y a darnos vida en plenitud. Y, por eso, estamos alegres, porque, aunque todavía el camino nos presenta dolor y sufrimiento, el Reino de Dios está presente ya.

miércoles, 9 de noviembre de 2016

El diálogo merece atención, porque si no escuchamos atentamente no podemos responder ni entender lo que nos dice el otro. Orar es hablar con Dios. Y ese hablar necesita atención y escucha para poder entender y responder con compromiso. Pero, también necesita silencio. Silencio exterior e interior.

Los templos, también llamados iglesias, son lugares santos donde los creyentes acudimos a orar. Es decir, a hablar con Dios. Pero ese diálogo necesita silencio y respeto. No podemos hablar con varias personas a la vez, y el ruido o movimientos nos distraen y nos impiden o molestan nuestras oraciones.

Tratemos de tomar conciencia de estas actitudes que convierten a nuestras iglesias en lugares y encuentros superficiales y que, sin darnos quizás cuenta, marginamos a Dios con nuestras habladurías y chismorreos. Está bien encontrarnos, saludarnos, pero, después de hablar con Dios, hablemos en la calle, al calor de un café si es posible, de nuestras inquietudes y problemas.

martes, 8 de noviembre de 2016

La rutina de nuestra vida es peligrosa, porque, sin darnos cuenta, vamos haciendo normal lo que no lo es. Y así, parece normal aquello, aunque no lo sea, que hacen todo, hasta el punto que ya hablar y no guardar silencio es como algo permitido y de derecho.

Se rompe el silencio y, en algunos momentos, se hace difícil escuchar y concentrarse en escuchar y hablar con el Señor. Además tanto movimiento y trasiego de un lado para otro distrae y no te deja prestar atención, interior y exterior, a tu propia oración y diálogo con el Señor.

Es conveniente revisar nuestras actitudes y hacer el esfuerzo de, cuando entramos en el templo, guardar silencio y recogimiento, tanto exterior como interior. Porque para escuchar y hablar con el Señor necesitamos serenidad, paz y silencio, tanto interiormente como exteriormente.

lunes, 7 de noviembre de 2016

Todas tus acciones pueden ser motivos de escándalos o al contrario, ser buenas y cargadas de amor y buen ejemplo. Eso supone reflexionar a diario la Palabra de Dios, para no desviarte ni alejarte hasta el punto que puedas escandalizar.
               
Y si eres motivo de escándalo busca arrepentirte y aceptar la reprimenda que puedas recibir. Porque nuestra suerte es saber que siempre que busquemos arrepentimiento seremos perdonados. Tantas veces como dolor y vergüenza manifestemos por el pecado cometido.

Somos consciente que necesitamos tener fe, pero también descubrimos que nuestra fe es poca, pues se nota en como actuamos en nuestra vida. Por eso, te pedimos, Señor, que aumentes nuestra fe para que nuestros actos sean coherentes y dignos de tus hijos.

domingo, 6 de noviembre de 2016

Nadie sabe qué pasará en el otro mundo. Nadie lo sabe porque quien llega a allí no puede salir para venir aquí a contárnoslo. También nosotros no tenemos capacidad para poder, ni siquiera imaginar, como sería nuestra vida en aquel lugar. El Poder de Dios es Infinito y puede hacer lo que quiera.

Pero, resulta, que lo que Dios quiere es darnos su felicidad y compartirla con nosotros. Nos ha creado para eso y nos lo promete siempre y cuando seamos capaces de cumplir su Voluntad. Es absurdo y disparatado pensar que el otro mundo, el mundo del Cielo es una continuidad de este. Eso sólo Dios lo sabe.

Tengamos fe en el Señor y demos crédito a su Palabra. Porque Él tiene Palabra de Vida Eterna y todo se cumple en Él. Por lo tanto, cumplirá su Palabra de resucitarnos como nos ha prometido siempre y cuando seamos capaces de cumplir su Voluntad.

sábado, 5 de noviembre de 2016

Ocurre que no hacemos lo que habita en nuestro corazón. Tratamos, cuando nos interesa, de engañarlo justificando nuestra actitud. Intentamos distorsionar la realidad y acercarla a nuestros egoísmos e intereses.

Así, primero anteponemos lo que nosotros valoramos como más importante despreciando lo que no nos parece de gran valor. Son nuestras apetencias y egoísmos las que prevalecen.

De esta forma, la vida pone las cosas en su sitio. Todo ocupa su verdadero espacio y su también verdadero valor. La fidelidad se descubre en lo sencillo y en lo pequeño, porque de estar ahí también estará en lo grande.

viernes, 4 de noviembre de 2016

Los que viven para el mundo y con las cosas del mundo se desviven en trabajar para prosperar y ganar riquezas. Y le dan vuelta a sus situaciones, sobre todo cuando corren peligro. Es la astucia de aquellos que rechazan la luz y aceptan la oscuridad del mundo.

Quizás por andar a oscura se preocupan más por ver, a  pesar de que la oscuridad no les deja ver lo que realmente importa. El peligro estriba en que los hijos de la luz permanecen cómodos y no se activan astutamente para buscar la verdadera Luz que les alumbre el verdadero camino.

Eso es lo que Jesús nos advierte en el Evangelio de hoy, “«los hijos de este mundo son más astutos con los de su generación que los hijos de la luz»”. Y es que los cristianos permanecemos dormidos y no nos esforzamos en buscar soluciones para establecer el Reino de Dios en este mundo.

jueves, 3 de noviembre de 2016

No se nos va el disgusto rápido cuando se trata de algo que se ha extraviado y nos cuesta recuperar. Dejamos todo y emprendemos la búsqueda desesperadamente y con el deseo de recuperarlo. Todavía es mucho peor cuando se trata de una persona. Encontrarla es saltar de gozo y alegría.

Un signo de la importancia y preocupación por recuperar o salvar a la persona perdida es el esfuerzo de, dejando todo, emprender el esfuerzo de la búsqueda. Ese gesto y acción descubre la importancia para ti del valor de esa persona. Y ese gesto es del que nos habla hoy Jesús en el Evangelio.

«¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va a buscar la que se perdió hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, la pone contento sobre sus hombros; y llegando a casa, convoca a los amigos y vecinos, y les dice: ‘Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido’». 

miércoles, 2 de noviembre de 2016

No es inteligente dar la espalda a la muerte. Es lo más cierto y seguro que conocemos y deberíamos tenerla presente y prepararnos bien. Aparte de cuidarnos el cuerpo, también importa, y mucho, cuidar el espíritu. Porque tanto el cuerpo como el espíritu van juntos.

El Evangelio de hoy es muy esperanzador. Nos habla de la vida, no de la vida de este mundo, sino de la vida del otro. Del mundo donde viviremos para siempre y en plenitud de gozo y felicidad. Claro, que para eso debemos cuidar, no sólo el cuerpo sino también, y mucho, el espíritu.

Concretamente nos dice: En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar. Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros. ¿No es una buena y  maravillosa esa noticia? Y, lo mejor, lo dice Jesús, que siempre cumple lo que promete.

martes, 1 de noviembre de 2016

Las bienaventuranzas nos marcan el camino para dar plenitud a nuestra vida en su paso por este mundo. Seremos bienaventurados en la medida que seamos capaces de tomar conciencia del sufrimiento del que está a mi lado y también enfrente de mí. Porque si miro para mí, estaré buscando mi felicidad aquí, pero la perderé para la eternidad.

Por eso, la alegría que se deriva del éxito de este mundo no es perdurable, y lo que no perdura no es, ni bueno ni gozoso. La plenitud de la felicidad está directamente relacionada con el tiempo. Si la felicidad no es eterna no es plena. Y lo que no es pleno no sirve.

Así, Pablo estimaba basura las cosas de este mundo que no le servían para llegar a alcanzar la Misericordia de Dios. Vale la pena correr y sacrificarse, pero por algo perdurable, por lo que nos promete el Señor: Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos.