miércoles, 30 de junio de 2021

 

La avaricia y el afán de riqueza y poder nos lleva a romper con los valores escritos y sellados en nuestro corazón. Borramos lo que nos hace persona y nos da dignidad de hijos de Dios, es decir, el amor, y nos entregamos a la ganancia de riqueza y bienes que nos dan poder sobre los otros.

Y, primando eso más que el amor y la fraternidad, rechazamos al Señor y lo expulsamos de nuestros corazones. Preferimos seguir sometidos y encadenados al dinero y a la esclavitud del pecado que experimentarnos liberados y salvados de lo caduco y finito.

Y, a pesar de todo, la ceguera que nos impone la ambición de poder y riqueza, nos nubla de tal manera que no nos deja ver la verdad y nos sumerge en la mentira y en la plena oscuridad. De tal forma que, teniendo la promesa de la Vida Eterna, la cambiamos por un plato de lentejas. ¡Es para pensárselo!

martes, 29 de junio de 2021

 

Imaginarme quien eres, Señor, será imposible para mi ojos cegados por la oscuridad de este mundo. Necesitamos el concurso del Espíritu Santo – recibido en nuestro bautismo – para, como Pedro, clamar: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo» 

De ahí la gran importancia de nuestro bautismo, pues en él recibimos al Espíritu Santo, que nos llevará, si le abrimos nuestros corazones, al encuentro con Jesús, el Hijo de Dios Vivo.

Por tanto, caminemos, expectantes, vigilantes y abiertos a la acción del Espíritu Santo y disponibles a que nos revele al Mesías, el Hijo de Dios Vivo. Porque, precisamente, para eso ha bajado a nosotros, pero, nunca nos impondrá su Gracia, sino que nos la ofrece gratuitamente y libremente

lunes, 28 de junio de 2021

 

 

El cumplimiento no se limita a la literalidad de la letra, su espíritu es más profundo y se hunde hasta las entrañas de nuestro corazón. Porque, no se trata solo de matar físicamente, también se mata con la lengua, la critica indiferente y malintencionada  y eso no lo pasamos por alto.

No nos plantea muchos problemas seguir el cumplimiento de lo estrictamente literal y, en consecuencia, no sería tan difícil cumplir. Pero, el perdón nos exige pasar por encima del cumplimiento y ser misericordiosos con aquellos que son vencidos por sus debilidades e incumplimientos.

La comprensión, la paciencia, la generosidad y la misericordia nos descubren que seguir a Jesús es más que unas simples normas y preceptos. El bien del hombre está por encima de todo cumplimiento. Así, la ley del sábado fue un gran obstáculo que muchos no superaron debido a lo literal de su cumplimiento.

domingo, 27 de junio de 2021

 

 

 

Jairo y aquella mujer hemorroisa sintieron esa chispa de fe que prendió sus corazones y se pusieron en movimiento. Buscaron y se agarraron a Aquel que podía dar esperanza y razón a sus vidas.

Quizás, tú, y yo también, buscamos a ese que puede y tiene poder sobre la muerte. Buscamos la Resurrección que experimentamos en nuestro corazón y a quien nos la puede dar. Y ese es Jesús, Señor de la Vida y de la muerte.

Unidos a Jairo y a la hemorroisa, pedimos también nosotros al Señor que nos aumente nuestra fe y nos fortalezca en la esperanza de buscarle y creer en su Palabra, tal y como le dijo a Jairo: «No temas; solamente ten fe».

 

sábado, 26 de junio de 2021

 

Ocurre que nos acordamos de Dios en los momentos que la vida nos sacude de forma grave e inesperada, y, percibimos que nadie nos puede ayudar ni sacar de ese problema. ¿A quién acudir? Esa búsqueda de solucionar nuestro problema nos conduce a encontrarnos con Dios.

El Evangelio de hoy nos lo descubre en la vida y momentos de ese centurión, que movido por el amor y compasión a su criado, pide a Jesús, el Señor, que le sane y desde la distancia, solo con una Palabra suya. Esa confianza y fe llega a admirar al Señor. Precisamente, la repetimos hoy en cada celebración Eucarística.

¿Cómo está mi fe? ¿Insisto y persevero pidiéndole al Señor que me sostenga y aumente mi fe? ¿Persevero en la constancia, lucha y esperanza de confiar que la Misericordia del Señor transformará mi corazón? Amén.

viernes, 25 de junio de 2021

 

Quizás no sabes que Jesús está en este mundo, encarnado en naturaleza humana para acercarse a ti y a todos los hombres y mujeres para, con sus permisos y libre voluntad, regalo del Padre Creador, ofrecerte la salvación de Vida Eterna en plenitud de felicidad y gozo.

Sin embargo, no creas que porque Jesús está presto y atento a tu llamada y deseo de que te limpie y sane, tu salvación va a ser un bálsamo de aceite. No es esa la intención de Jesús, por decirlo de alguna manera, se trata de que, agarrado a su Mano generosa, puedas afrontar y superar los obstáculos que te impiden alcanzar su Misericordia.

Ten por seguro que Jesús, el Señor, quiere limpiarte, pero, ten también por seguro que para eso cuenta con tu permiso y libre voluntad de quererlo y desearlo. Tu disponibilidad es imprescindible, pues para eso, tu Padre Dios te ha creado libre, para que puedas elegir entre la salvación o condenación.