jueves, 30 de noviembre de 2017

Sucede que, instalados y bien cómodo, no queremos salir de nosotros mismos y cambiar nos supone un gran esfuerzo. Estamos apegados y dependientes de muchas actitudes y hábitos, y nos cuesta decidir y desprendernos de ellas. Necesitamos reconocernos esclavos para salir de ahí.

Cuando uno se siente cómodo no desea ni necesita cambiar. A veces, las comodidades y los placeres de la vida, así como nuestras ambiciones y proyectos son lo suficientemente fuertes para invitarnos a prescindir de Jesús y rechazarle. De ahí la sentencia de “es más difícil que entre un rico en el cielo que un camello pase por el agujero de una aguja.

En estos últimos Evangelios se nos invita a estar expectantes y vigilantes. Necesitamos descubrir que hemos sido creados para ser felices eternamente. Y eso solo lo podemos lograr en Xto. Jesús. Él es el Señor, el Camino, la Verdad y la Vida. Y sin Él no hay  sino tristeza y condena.

miércoles, 29 de noviembre de 2017

Ante este panorama todo se vuelve oscuro y sólo será la fe lo que nos sostiene firme y con paso seguro. La fe en las Palabras del Señor: Pero no perecerá ni un cabello de vuestra cabeza. Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas. Estas Palabras del Señor levantan nuestro ánimo y nos animan a seguir adelante. El Señor cumple siempre su Palabra.
                         
Pero, no sólo ocurrirá eso, porque, el Señor, no se ha ido. Está con nosotros y nos acompaña en todo momento. Así que, estando con Él la adversidad será más llevadera. El Espíritu Santo nos asistirá infundiéndonos fortaleza, sabiduría y capacidad para resistir. Porque, es el Señor quien más interesado está con nuestra respuesta valiente y firme.

Tengamos confianza y fe. Sabemos nuestras debilidades, pero confiados en el Señor e injertados en Él, encontraremos y experimentaremos la fortaleza de superar y soportar todos esos peligros. Así nos llegan noticias desde China y, unidos a ellos, pedimos esa fortaleza y esperanza que alimenta nuestra fe y nos hace fuertes e invencibles.

martes, 28 de noviembre de 2017

El Señor nos quiere tanto que nos da pista. Nos advierte que el camino es adverso. Vendrán días de tormentas, de cataclismos, de terremotos, de guerras, de confusiones, de seducciones y de muchos que tratarán de engañarnos y confundirnos. Y eso lo estamos viviendo. Quizás cada día más.

El mundo parece que camina hacia su propia destrucción. Cada día el odio y la venganza; el egoísmo y la ambición provocan en los hombres enfrentamientos. Y las naciones se predisponen a la lucha y a la destrucción por el poder y las riquezas. Ante todo esto que vamos viviendo y presenciando, el Señor nos tranquiliza y nos dice que no es el final.

Primero tendrá que suceder todo esto, y el Señor llegará repentinamente como un rayo fulgurante, sin avisar y sin saber ni el día ni la hora. Todo esto nos advierte a estar vigilantes y preparados. La parábola de las diez vírgenes de haces días nos descubre todo esto que el Señor nos revela. Estemos preparados porque no sabemos el día ni la hora. Creamos en su Palabra y perseveremos.

lunes, 27 de noviembre de 2017

Una cosa es entregarnos al mundo y otra muy distinta tratar de estar en el mundo y vivir sin pertenecer a él. Porque, lo primero es autoengañarnos y distorsionar la realidad, pues, entregándonos al mundo significará que dejaremos a Dios y nos dedicaremos a gozar de lo que el mundo nos ofrece.

Necesitamos alejarnos de todo aquello que, oliendo a mundo placentero, cómodo, ambicioso, exitoso, de fama y hedonista, nos pervierta y nos aleje del espíritu de fraternidad y amor. Necesitamos fortalecernos en un espíritu que nos lleve a sensibilizarnos en el compartir y desterrar el sufrimiento y la injusticia.

Necesitamos, como aquella viuda pobre, abrir nuestros corazones y disponernos a estar en una actitud de entrega, de servicio y de esfuerzo en compartir fraternalmente nuestras vidas con aquellos que más lo necesitan y quienes menos tienen.

domingo, 26 de noviembre de 2017

Todo rey impone su ley. Ordena y manda, y deja muchas leyes para que sus súbditos las cumplan. Muchas no son siempre justas, o no imparte justicia para todos. Leyes que son buenas para uno, pero malas para otros. Lo justo es que fueran leyes que pensaran en todos y protegieran a todos.

Jesús, el Señor, que, entregado voluntariamente, dio su Vida, crucificado en la Cruz, para salvarnos, nos deja sólo una ley. Nos simplifica la cosa, pero no por eso es fácil cumplirla. Y Él no se excluye, porque ha sido el primero en cumplirla. Nos manda a amarnos los unos a los otros como Él nos ha amado.

Y el signo de ese cumplimiento ha sido su propia Vida. Una Vida entregada a hacer el bien, a enseñarnos el camino de salvación y a amarnos hasta el extremo de entregar su Vida. Ese ha sido su ejemplo y su testimonio. No han sido palabras, sino hechos de vida. Por eso, al final, cuando venga según su promesa nos preguntará sobre cómo hemos gastado nuestro tiempo respecto al amor. De ti dependerá.

sábado, 25 de noviembre de 2017

Imaginar cómo será la otra vida es algo que no está a alcance de nuestra inteligencia. Nunca llegaríamos a comprenderlo. Eso entra en los planes de Dios que son infinitos y a los que no podemos llegar. Podemos, eso sí, tener razones que nos acercan y que nos da la base para confiarnos y creer en Él. Hay testigos de su Resurrección y de que su Palabra siempre ha tenido cumplimiento.

Su proyecto de salvación sobre el pueblo elegido ha ido tomando forma a lo largo de la historia y en Jesús alcanza su plenitud. En Él experimentamos la esperanza de la vida eterna y en Él se cumple esa esperanza que todos sentimos dentro de nosotros. A Él, pues, nos confiamos y en Él creemos.

¿Cómo seremos en su presencia? Como Él nos dice, como ángeles e hijos de Dios que participamos de la resurrección. Nos basta su Palabra y a ella nos abandonamos confiado que como verdadero Padre dará lo mejor para sus hijos. Y eso pasa por darnos la Vida Eterna en plenitud.

viernes, 24 de noviembre de 2017

Lo peor no es que se hable lo imprescindible y sea lugar de encuentro y de paz, lo peor es que se convierta en lugar de chismorreo, de esparcimiento y diversión. Lugar de encuentro convertido en ocio y distracción. Y, cuando no, como ocurrió en tiempo de Jesús, lugar de mercantilización, transacciones comerciales y otras operaciones.

Su misión es una, pero se convierte en otra. Así, el templo era el lugar donde se vendían y compraban los animales utilizados para el sacrificio ofrecido a Dios. Al final, se convirtió en lugar de negocios y cambios. Eso fue lo que obligó a Jesús a expulsar a aquello mercaderes y proclamar su casa, casa de oración.

Hoy, en muchas iglesias, supongo que no todas, hay ambientes que, no siendo igual, si se convierten en lugares de diálogo, de habladurías, de saludos y demás. No sé si es lo adecuado, pero, quizás, se molesta a los de al lado, que aprovechan para hablar con Dios y necesitan silencio. El templo es un lugar de encuentro con Jesús sacramentado, presente y real bajo las especies de pan y vino.

jueves, 23 de noviembre de 2017

Se repiten las historias. También ocurrió lo mismo con aquellos habitantes de Jerusalén. Rechazaron el mensaje que les trajo Jesús. Se mostraron indiferentes y le dieron la espalda. El Evangelio de hoy narra ese pasaje donde Jesús llega a llorar por ella. Hoy, la consecuencia de ese rechazo se hace visible en su propia historia.
                                                   
De la misma forma, nuestro mundo, que por extensión hereda esa buena Noticia, se encuentra inmerso en una gran tragedia. Perdido y de espaldas al Señor, se debate entre la vida y la muerte. El odio, la venganza, el egoísmos y las ambiciones de los hombres les enfrenta y sus murallas se derrumba. El consumo y el hedonismo en el que se vive lo estropean y amenaza su destrucción.

El debate está ahora en la impotencia del hombre por contrarrestar el deterioro del mundo. Un hombre que se ha erigido en salvador del mundo y dueño de él. Un hombre, sometido y prisionero de su propia debilidad y pecados, esclavo de sus pasiones, no sabe qué hacer ante la debacle que se le presenta. El mundo se derrumba. Y sólo levantar su mirada hacia arriba le da esperanza.

miércoles, 22 de noviembre de 2017

El evangelio de hoy –Lc 19, 11-28- habla sobre las cualidades. Nos muestra el encargo de un noble que viaja a un país lejano con la intención de recibir la investidura real y regresar. Antes de marchar reparte diez minas entre diez siervos suyos y les encarga que negocien hasta su vuelta. Y sabemos lo que ocurrió.

Lo importante es que descubramos que también nosotros hemos recibido unos talentos para negociar nuestra vida. Y, descubiertos, preguntarnos si realmente lo estamos negociando. O simplemente estamos viviendo de las rentas y mal gastando el tiempo y los talentos recibidos.

Y, quizás el matiz más importante es descubrir de qué forma los negociamos. Porque, nuestra vocación es comunitaria. Somos seres en relación, es decir, creados para relacionarnos en el amor. Un amor que nos ayuda a crecer como personas y a buscar el bien de los otros. Tú felicidad y la mía pasa porque los otros también sean felices.

martes, 21 de noviembre de 2017

Ante las dificultades que la vida les plantea a los hombres que buscan aparentar, pero vivir según sus proyectos e intereses, muchos se esconden en la apariencia y tratan de decir una cosa y hacer otra. Por eso, cumplir la ley no siempre dice la verdad, porque en ella se esconde también la mentira.

Ante todos estos problemas y apariencias, Jesús, al ser advertido de la presencia de su Madre y hermanos dejó muy claro que quienes pretenden ser sus discípulos, madre y hermanos tendrán que cumplir con la Voluntad de su Padre. Esos, los que lo hacen, serán su madre, sus hermanos y amigos.

Sabía lo que decía, pues su Madre fue la primera criatura que, obedeciendo la Voluntad de Dios, se sometió a su Voluntad. Ella fue la humilde de Nazaret, elegida para ser la Madre del Verbo encarnado, que, humillada ante el Señor puso humildemente su vida en sus Manos.

lunes, 20 de noviembre de 2017

Uno de los frutos del Espíritu Santo es el don del temor a Dios. Un temor basado en la fe de que Dios lo puede todo y que podemos fallarle y quedarnos sin luz en nuestra lámpara. Será bueno estar vigilante y ser prudente, aunque sea por temor. En ese sentido el temor será bueno y hasta necesario.

Pero, nunca tener miedo, porque el miedo nos paraliza y nos deja inmóvil. Hay que tener fe y la fe siempre implica y exige riesgos. Así procedió Bartimeo el ciego. Oyó que pasaba Jesús y gritó por su compasión. Y no tuvo reparo ni miedo, a pesar de que lo mandaban a callar.

También nosotros experimentamos que Jesús pasa, y debemos proceder como Bartimeo. Aprovechar su paso y gritarle que queremos seguirle y que ilumine nuestra vida. Que nos llene de luz y fortaleza para dar ese salto que nos lleve a Él para que abra nuestros ojos y podamos seguirle con firmeza y fortaleza.

domingo, 19 de noviembre de 2017

Las familias se unen y se sirven unas de otras. Esto da lugar al nacimiento de los pueblos. Sin embargo, el egoísmo, la envidia y la ambición los ha también enfrentados. Reconocer que todo lo que tenemos lo hemos recibido, puede ayudarnos a que la convivencia sea más justa y en paz.

Por todo ello, es bueno reflexionar y descubrir que los talentos son necesarios compartirlos, porque eso hace que la vida sea mejor y que todos sean más felices. Nuestra felicidad pasa también porque los demás sean también felices.

La razón del amor nace de la necesidad de descubrir que todo lo que hemos recibido está en función de poder compartirlo fraternalmente, pues lo hemos recibido de un mismo Padre que quiere el bien para todos sus hijos y ha repartidos dones y talentos entre ellos para que los pongan mutuamente al servicio los unos de los otros.

sábado, 18 de noviembre de 2017

Hay un gran problema en nuestra vida, y es que no sabemos discernir lo que es verdaderamente importante de lo que no lo es. Si esto es así, sucede que gastamos nuestro tiempo en conseguir cosas que no son importantes ni significan nada para nuestros más profundos deseos. Así, tomamos lo superfluo y dejamos lo verdaderamente importante.

Y, de esta forma, pasamos nuestro tiempo en el esfuerzo de atesorar cosas en este mundo, tales como bienes, obras de artes, riquezas…etc., que luego se quedan aquí y no son eternas, y dejamos de lado aquello que realmente nos da la vida eterna. Es decir, insistimos en lo caduco y desistimos de lo eterno.

Con este panorama, deducimos que mal gastamos nuestro tiempo y esfuerzo en cosas caducas, y no lo empleamos para insistir en pedir lo que verdaderamente nos interesa y a quién nos interesa. Es el caso que nos plantea el Evangelio de hoy sábado –Lc 18, 1-8- donde se nos anima a insistir y no desfallecer.

viernes, 17 de noviembre de 2017

La vida se pasa rápido y, en el mejor de los casos son pocos los días que puedes decir que eres feliz, porque en estas cosas del mundo no se encuentra la plena felicidad. Ni siquiera en este mundo. Todo es una antesala para llegar a la plenitud, que sólo está y se encuentra en el Señor.

Al final, descubriremos que cambiamos oro por basura, pues todo lo de aquí abajo es caduco. Sólo perdura y vale el amor. El amor vivido como referencia de servicio proyectado en los demás. De modo que quien pierda su vida, la gana. Y quien, aparentemente, la gana aquí abajo, descubrirá que la pierde.

Conviene abrir los ojos y escrutar dentro de nuestro corazón, pues en él está impresa la huella de Dios. Ese Dios que nos busca y nos advierte que sólo en Él está esa vida gozosa y plena de felicidad que todos buscamos, y que, quizás dormidos por el tintineo del mundo equivocamos el camino.

jueves, 16 de noviembre de 2017

Y de igual forma, Jesús no vendrá con estruendo ni con ruidos que llamen la atención, porque Jesús no busca destacar ni sorprender. Jesús busca salvarnos y nos avisa con humildad y con su presencia en nuestro corazón. Se ha quedado dentro de nosotros y nos llama a vivir en el amor.

No pretendamos correr detrás de Él, porque cuando llegue el momento se dejará ver como relámpago fulgurante que brilla de un extremo a otro del Cielo. Ese es el Señor que vendrá a cumplir su Palabra y su Promesa. Pero, primero, padeció mucho y fue rechazado por esta generación.

No sabemos el día ni la hora. Nos lo ha repetido varias veces, y su venida será repentina, sin avisar, como rayo fulgurante, nos dice el Evangelio. Una venida llena de luz y de gloria, pues será para llevarnos con Él a la Vida Eterna. Esperanza que nos mantiene expectante y vigilantes. Vigilantes desde nuestro corazón, donde le encontramos y donde ya gozamos de su presencia.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

Suele ocurrir,  incluso en las mismas familias, que se mueven y se relacionan buscando intereses. Sus amistades están fundamentadas en las conveniencias, favores e intereses. Y les señalan a sus propios hijos con quienes le convienen tener relaciones de amistad. Por eso, cuando este interés decae, el alejamiento y olvido nace repentinamente.

El Evangelio de hoy nos cuenta esa escena que muy bien retrata, no sólo aquella época de Jesús, sino todas las épocas, también la nuestra. De los nueves leprosos curados, sólo uno toma conciencia del regalo de su curación y vuelve para agradecerlo. Los otros nueves, curados, se han olvidado de quien los ha curado.

Igual nos puede estar ocurriendo a nosotros. Se nos ha dado la vida y la opción de salvarnos para la eternidad y hacemos mutis por el foro sin tomar conciencia de lo que realmente estamos haciendo. Nos olvidamos de quien nos ha salvado y no le reconocemos ni le damos gracias. Quedamos sometidos a las seducciones de este mundo y nos perdemos.

martes, 14 de noviembre de 2017

Es lógico y de sentido común que el empleado sirva al patrón, y cuando haya cumplido con su deber no espere a que se lo agradezcan, pues ha hecho lo que se le había mandado y para lo que se le había contratado. Su paga está incluida en su contrato.

Sin embargo, no sucede eso en muchos casos. Hay obreros que esperan más y se molestan si su labor no es correspondida con alguna recompensa o reconocimiento. Recibimos lo acordado, pero estimamos que merecemos más y pedimos más por nuestra labor y compromiso.

Algo así debe ocurrirnos a nosotros, pues habiendo recibido todo gratuitamente, queremos que se nos gratifique más por nuestras buenas obras. Supongo que si leemos el Evangelio de hoy –Lc 17, 7-1o- nos quedará todo bien claro. Nuestra recompensa está ya pagada y, simplemente, nos espera cuando hayamos cumplido con nuestra misión.

lunes, 13 de noviembre de 2017

En el Evangelio de hoy, Jesús dirige unas palabras muy duras a todos aquellos que son motivo de escándalo para otros, de forma especial para los niños: «Es imposible que no vengan escándalos; pero, ¡ay de aquel por quien vienen! Más le vale que le pongan al cuello una piedra de molino y sea arrojado al mar, que escandalizar a uno de estos pequeños. Cuidaos de vosotros mismos.»

No se puede decir más claro, ni tampoco más duro. Debemos revisar bien nuestra vida y cuidar de lo que hacemos, porque podemos estar escandalizando a otros con nuestro mal ejemplo. Es posible que no nos demos cuenta, pero, no podemos justificarnos si nos quedamos tan tranquilos.


La reflexión, la oración y el discernimiento nos pueden ayudar a revisarnos y a esforzarnos en madurar y crecer en nuestros propios actos. La comunidad o el grupo nos pueden también ayudar a ver nuestros fallos y defectos y a corregirnos para no influir en aquellos que se fijan en nosotros, o que dependen de nosotros.

domingo, 12 de noviembre de 2017

La preparación y la vigilancia es algo inherente a nuestro camino. Caminamos para mejorar y vigilamos para no caer ni tropezar con los obstáculos que se nos presenta en el camino. Por lo tanto, es lógico suponer que necesitamos prepararnos constantemente, y estar vigilantes en esa preparación, porque la vida nos seduce y nos invita a la relajación, que no siendo malo, si puede distraernos y confundirnos.

Si miramos bien y detenidamente el Evangelio de hoy, experimentamos que esas diez vírgenes nos representan a todos de nosotros. La cuestión está en discernir donde te encuentras tú y también, por mi parte, yo. Nadie va a responder por la medida de ese buen aceite que debe llevar tu alcuza. Te corresponde a ti llenarla.

Ahora, ¿llenarla de qué? De ese aceite que te mueve a la confianza y la fe; al bien obrar; a la búsqueda de la verdad y la justicia; al preocuparte por construir, dese tu propia atalaya, un mundo mejor; a estar en disponibilidad y actitud de servicio, de colaboración, de solidaridad; a vivir en el esfuerzo de unidad y de comunidad que nos ayude a mantenernos despiertos y preparados a la hora de la llegada del Señor.

sábado, 11 de noviembre de 2017

Cada situación merece un tratamiento diferente, pero siempre será bueno dar buen destino a todo lo ganado, aún injustamente, para que cuando vengan malos tiempos tener amigos que nos puedan ayudar a salir del atolladero. De cualquier forma, quien se muestra justo y honrado en lo pequeño, también lo será en lo grande.

La dificultad nace cuando queremos arreglarnos y convivir con la riqueza y el poder y con Dios. Uno de los dos quedará abandonado, porque, o bien servimos al dinero, que nos tienta y seduce con el poder y la ambición de este mundo, o, alejado de toda seducción servimos al Señor. Sólo prevalecerá una.

Sabia decisión de la que dependerá nuestra vida. Porque, de quedarnos sometidos a la seducción del dinero, habremos optado por la peor parte, pues será camino de perdición y muerte. La mejor y única será optar por servir al único Dios Eterno que también nos dará la Vida Eterna.

viernes, 10 de noviembre de 2017

La realidad es que a lo que damos verdadera importancia en nuestra vida es al dinero, al poder y a la fama. Buscamos prestigio y honores, y nos preocupamos por nuestra salud hasta el punto que llegamos a decir que lo más importante de nuestra vida es la salud.

Y decimos bien, pero si nos referimos sólo a la salud de este mundo, no estamos muy acertados. Porque, este mundo acaba, y acaba con nuestra salud. Por lo tanto, sabemos que apostamos por algo que va a morir. Sería de mal gusto tanta preocupación para terminar en nada.

Quizás, algo en nuestro interior nos dice que aspiramos a algo más. Debemos buscar algo que sea eterno de acuerdo con nuestras aspiraciones y deseos. Porque, eso es lo que sentimos dentro de nosotros. Estamos llamados a la Vida Eterna, y esa debe ser nuestra primera y última preocupación. Avivar nuestra astucia para aspirar y conseguir ese objetivo eterno.

jueves, 9 de noviembre de 2017

El templo es un lugar para adorar y tener un encuentro con el Señor. Un espacio de oración que conviene cuidar y guardar respeto. Pero, sobre todo, no debemos perder el sentido que tiene, pues a veces lo mercantilizamos también nosotros, porque lo confundimos con un lugar donde hay un Dios al que vamos a pedirle cosas y que nos solucione problemas, pero nada más.

Quizás nos olvidamos de que ese Dios nos quiere salvar y nos pide para ello nuestra colaboración. Él nos ha señalado un camino y, por supuesto, nos dará lo que necesitamos para recorrer ese camino, pero no el camino que nosotros diseñemos a nuestro gusto.

Todo se concreta en dar buenos frutos. Y esos frutos sólo se pueden dar si nos cuidamos de regar nuestra propia tierra con el Agua de la Vida de la Gracia que recogemos con los sacramentos y nos abrimos a la acción del Espíritu Santo. Y es en la Iglesia, injertado al único y verdadero templo, que mora en nuestro interior, nuestro Señor Jesús, donde y con quien podemos cosechar esos buenos frutos que Él espera de nosotros.

miércoles, 8 de noviembre de 2017

Se nos hace duro enfrentarnos a un camino duro y lleno de renuncias. Un camino de servicio y entrega, incluso recibiendo desprecios y hasta burlas. Desde nuestra humanidad y criterios no podemos entenderlo. Sin embargo, Jesús no lo duda y nos apremia con voz firme y segura.

«Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío. Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío.»

A bote pronto esto es imposible, pero proclamado y venido del Señor, es otra cosa. Porque, para Él nada es imposible. No sólo lo proclama sino que lo vive y lo ha demostrado con sus obras. La Resurrección es la prueba fundamental. Y el Amor que nos ha dado también. Luego, en Él también podemos lograrlo nosotros.

martes, 7 de noviembre de 2017


Hay muchas clases de banquetes y fiestas. Durante nuestra vida hemos asistidos a muchos, pero todos tienen un mismo denominador común, terminan y todo sigue igual. La vida vuelve a su ritmo y los problemas continúan de la misma forma. Y, eso en el mejor de los casos, porque otros nos dejan vacíos y, quizás, más cansados. Pero, son caducos y cierto tiempo después volvemos a estar sedientos y con hambre.
                               
Por eso, lo verdaderamente importante es discernir cual es el mejor banquete, y no perder el tiempo con muchos banquetes y fiestas para permanecer siempre en el mismo sitio y más insatisfechos y vacíos. Y eso nos exige estar despierto y atentos para acudir a la llamada del único y verdadero, el que nos da eso que todos buscamos, la Vida Eterna.

Sin lugar a duda, ese Banquete vendrá de la Mano del Señor. Porque, Él es el único que da la Vida Eterna y ha venido a dárnosla. Por eso nos invita, quiere llenar su casa y darnos ese Banquete que todos buscamos incesantemente y que confundidos lo buscamos en las cosas de este mundo. Pongamos esa invitación como lo primero de nuestra vida.

lunes, 6 de noviembre de 2017

Estamos heridos por el pecado y nuestras inclinaciones no son buenas. Nos cuesta tener dominio sobre nosotros y nos dominan nuestras pasiones. No está en nuestro pensamiento darnos gratuitamente y tendríamos mucha dificultad dar nuestro servicio sin nada a cambio. Aunque sea el reconocimiento.

Diríamos que nos gustaría ayudar, pero nos costaría hacerlo gratuitamente. Nuestra razón nos descubriría como ingenuos e inocentes, y nos tomarían por bobo. La sociedad no puede entender cómo se puede servir de manera gratuita. Es algo que necesitamos cambiar, pues el pecado nos nubla la mente.

El amor aparece como auténtico y real cuando te das sin ninguna posibilidad de recibir. Es decir, cuando te das en servicio a los pobres, a los lisiados, a los ciegos…etc. Sabes que no recibirás nada a cambio y, para el mundo eres un tonto, pero para Dios has ganado el Cielo.

domingo, 5 de noviembre de 2017

Se oye y se habla mucho. Hoy, era de la comunicación, hay un peligro grande, y muy grave, con los medios. Medios de comunicación en prensa, televisión y digital. Los medios tienen gran influencia en la opinión social e influye mucho creando estados de opinión. Por otro lado, la gente se deja llevar y se deja manipular, quizás, por comodidad y por desinformación.
                
La rapidez con la que se vive y el poco tiempo del que se dispone ayuda a estar desinformado y ser caldo de cultivo para consumir la información que te llega. Por otro lado, la mala formación añadida, causa también de los mismos problemas y de una educación carente de didáctica que enseñe y prepara para el discernimiento, contribuyen a agravar la manipulación.

Bajo la apariencia de la hipocresía se habla muy bien y se dicen verdades, pero luego éstas no se traducen en realidades concretas en la vida real. Interesa la apariencia, el éxito sea como fuere y el ser reconocido, admirado y hasta seguido bajo la falsedad y la hipocresía. Sin embargo, la verdad terminará por emerger y dejar a cada cual en su sitio, pues quien se ensalce será humillado, y quien se humille será ensalzado.

sábado, 4 de noviembre de 2017

Aquellos fariseos, relata el Evangelio de hoy, estaban atentos a los movimientos de Jesús. Buscaban algún detalle, suponemos, que les sirviera para acusarle. Sus miradas llevaban mala intención y buscan ridiculizarle o dejarle en mal lugar. Hay miradas, concluimos, y miradas.

Jesús también observaba y advirtió que se afanaban por ocupar los primeros puestos. Ante este hecho les propuso una parábola: «Cuando seas convidado por alguien a una boda, no te pongas en el primer puesto, no sea que haya sido convidado por él otro más distinguido que tú, y viniendo el que os convidó a ti y a él, te diga: ‘Deja el sitio a éste’, y entonces vayas a ocupar avergonzado el último puesto. 

Al contrario, cuando seas convidado, vete a sentarte en el último puesto, de manera que, cuando venga el que te convidó, te diga: ‘Amigo, sube más arriba’. Y esto será un honor para ti delante de todos los que estén contigo a la mesa. Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado».

viernes, 3 de noviembre de 2017

Sólo nos basta mirar alrededor para darnos cuenta que muchas leyes no están dictadas pensando más en el hombre que en los intereses económicos y personales. En muchas ocasiones se antepones intereses sociales, de poder u otros, que los intereses y derechos del hombre y la mujer. Al parecer la Ley, en muchas ocasiones, no mira para el bien del hombre y la mujer.

Eso ocurría en aquellos tiempos en los que vivió Jesús, pero ocurre también hoy. Los fariseos interpretaban que el descanso del sábado no era compatible con los derechos del hombre a ser curado. Sin embargo, si un animal que, herido o caído en un pozo, debería ser atendido y liberado de ese peligro.

¿No es el hombre más importante que el animal? ¿Acaso el derecho de un animal a ser salvado en sábado está antes que el de ser curado un hombre? Esa fue la pregunta que Jesús hizo a aquellos fariseos que le miraban recelosos ante el hecho de curar a aquel hidrópico. ¿Es lícito curar en sábado, o no? Y ellos no supieron contestarle.

jueves, 2 de noviembre de 2017

Realmente, el mundo nos vuelve necio, y nos hace creer que somos fuertes y poderosos. Nos pinta la vida del color que nos gustaría a nosotros y nos seduce con sus luces, sus falsas promesas y todo tipo de artilugios que nos arrastran a un mundo de colores, de fantasía y de espejismos.
                   
Somos reo de su complot y caemos en su trampa. El Maligno sabe donde está nuestra debilidad y nos ataca con nuestros deseos de pan, de riquezas y de poder. Son las tentaciones que el mismo Jesús sufrió en el desierto. Nos ocurre lo mismo a nosotros en el mundo.

Pero, Jesús las venció y nos marcó el camino a seguir. Él es precisamente el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por Mí. Por eso, estando en el mundo no perteneces al mundo. Tu Referencia, tu Luz, tu Camino es Jesús. Con Él el Maligno está vencido y podrás superar todas las tentaciones. Nuestra meta es la Resurrección.

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Es indudable que el camino bienaventurado no es fácil. Diría que es imposible si lo emprendemos desde nuestra iniciativa personal. Porque, somos seres tocados y heridos por el pecado, y, solos, el Maligno tiene poder para vencernos. Necesitamos ayuda, pero no de cualquiera, sino del Único que puede ayudarnos a vencer.

En esa disyuntiva está la clave. Quienes creen y se fían de la Palabra de Dios, como es el caso del Evangelio de hoy: “Estad alegres y contentos,  porque vuestra recompensa será grande en el cielo”, y aquellos que, desconfiados se dejan llevar por las seducciones de este mundo. Tú y yo tenemos la palabra, el mundo o Dios.

Paralelamente a esto, hay muchos otros que, confundidos por el poder del Maligno, proponen otros caminos disfrazados de dioses falsos o alternativos al único y verdadero. Porque, sólo hay uno, no puede haber varios. Y ese único ha dejado su camino bien señalado. Es el Resucitado y el que ha dejado como continuadora de su misión a la Iglesia, que nos señala a Jesús como Camino, Verdad y Vida.