Se trata de creer o no creer. O creer a media y no con plena fe. Experimentas que nada puedes hacer, sino confiar y abandonarte en el Espíritu Santo.
La fe, te das cuenta, es un don de Dios, y tú no puedes adquirirla ni aumentarla. No tienes poder ni sobre el último pelo de tu cabeza y sólo puedes pedirle al Señor que aumente tú fe.
Aumentanos, Señor, la fe, y danos la sabiduría y paciencia de confiar en Ti. No te pedimos que nos des poder para hacer milagros sino para proclamar, con palabras y obras, tu Mensaje para gloria tuya.