domingo, 28 de febrero de 2021

 

 

 

Es necesario pararse, reflexionar y preguntarse a dónde me dirijo y cuál es mi meta. Porque, de no hacerlo y dejarnos arrastrar por las seducciones y ofertas de este mundo, corremos el peligro de desorientarnos y perdernos. Luego, pararse, descansar y subir a la montaña conviene de vez en cuando.

Porque, desde arriba podemos ver las cosas de otra manera. Y, es verdad, que necesitamos ver el final de nuestro camino. No es la muerte como quizás podamos pensar en algunos momentos, sino todo lo contrario. Es el final de camino de este mundo, pero el comienzo del otro. 

Y meditar y clarificar esa idea y objetivo final – nuestro Tabor – nos fortalecerá para reemprender de nuevo el camino con renovadas esperanzas y fortaleza. Esa es nuestra meta, la Resurrección que Jesús, hoy en el Tabor se la ha mostrado a Pedro, Santiago y Juan.

sábado, 27 de febrero de 2021

 

Vivimos en un mundo donde prima el desamor. Un desamor nacido del egoísmo, del poder, de la suficiencia, del odio y la venganza. Yo más grande que tú y, por eso, porque quiero ser mayor, te someto y te esclavizo. Te declaro la guerra del poder y la fuerza.

El débil, el pequeño y el pobre quedan sometidos al poder del rico, de suficiente y del poderoso. Está a merced de sus decisiones y de su amor. Su vida dependerá de la medida del amor del que se cree más grande y dueño de someter e imponer sus criterios y pensamientos.

Un amor, que deja de ser amor cuando está guiado y determinado por su propio egoísmo. Luego, para amar hay primero que despojarse de todo egoísmo y de nuestras propias apetencia y pensar que lo que quiero para mí, debo también quererlo para el débil, pequeño y pobre. Así, el mundo iría mejor.

viernes, 26 de febrero de 2021

 

Siguiendo nuestras propias intuiciones racionales llegamos a dar más importancia a la ley que al perdón. Y condenamos a aquellos que por sus debilidades o circunstancias no han podido cumplir o estar dentro de la ley y los profetas. E incluso los excluimos y marginamos.

Jesús, el Señor, ante el mismo incumplimiento, acoge, comprende y perdona. Insta a cambiar de vida y no volver a pecar y nos da esperanza para continuar la lucha de ser mejor cada día. Nos llama al perdón y a la misericordia.

Porque, si tenemos posibilidad de salvarnos y alcanzar esa Vida Eterna que Jesús nos promete es porque, antes, previamente, Él nos regala y nos ofrece su Infinita Misericordia, que nos perdona todos nuestros pecados y nos devuelve esa dignidad de ser hijos de Dios

jueves, 25 de febrero de 2021

 

Siempre descubriré y experimentaré que me falta algo. Nunca estaré satisfecho y siempre, sean bienes materiales o espirituales, estaré necesitando algo. Me doy cuenta que no puedo con todo y que tampoco mi poder es poderoso para solucionar todo. Siempre estaré inquieto y necesitado.

Y es ese reconocimiento de mi pequeñez y limitaciones el que me ayudará a reconocerme necesitado y en actitud de pedir. De pedir humildad, sabiduría, para darme cuenta de mi pobreza y pecados y, sobre todo, voluntad para despojarme de todo aquello que me impide ver el Poder de Dios y su Amor Misericordioso.

Por tanto, ¡qué cosa mejor que terminar este humilde pensamiento con una oración de petición! Despójame, Señor, de toda soberbia, de toda vanidad y orgullo de creerme mejor, suficiente y capacitado para dirigir y satisfacer mi vida por y con mis propias fuerzas. Amén.

miércoles, 24 de febrero de 2021

 

Hay muchos signos que, pasando por nuestras mismas narices, somos incapaces de entender y ver lo que nos dicen. La costumbre más habitual es pedir signos y pruebas que nos hagan ver, quizás no la realidad, sino lo que nos gustaría a nosotros ver e interpretar.

Nuestra tozudez ha cambiado poco o nada. La gente en tiempo de Jesús no querían ver sino lo que ellos querían ver. Jesús hizo muchos signos, pero ellos tenían ojos y oídos para lo que solamente deseaban ver. ¿No nos sucede lo mismo hoy a nosotros?

Sin embargo, otros, como los ninivitas si respondieron a la predicación de Jonás. ¿Qué nos sucede a nosotros entonces? ¿Somos una generación perversa? Así nos llama Jesús: Lc 11,29-32 «Esta generación es una generación malvada; pide una señal, y no se le dará otra señal que la señal de Jonás. Porque, así como...

martes, 23 de febrero de 2021


Hay una oración que nos une a todos y nos hace hermanos. Nos pone también en relación a unos con otros de forma entregada, servicial y misericordiosa. Hablamos del Padrenuestro que nos enseñó Jesús.

En un estilo de vida que, como el documento nacional de identidad, que nos identifica y llevamos siempre con nosotros, la oración del Padrenuestro nos acompaña y nos hace presente en cada instante de nuestra vida el reflejo de Dios que camina con nosotros.

Pidamos al Señor que nos revista de su Gracia para que en cada instante de nuestro camino seamos capaces de reflejarle en todos los actos y momentos de nuestra vida. Y lo hagamos siguiendo la vivencia al ritmo de esa hermosa oración que nos relaciona con nuestro Padre Dios. Amén.