lunes, 28 de febrero de 2022

Cumplir no significa que seamos buenas personas. O, dichos de otra forma, que seamos buenos cristianos. La Ley no nos justifica, sino la buena intención que vive y sale de lo más profundo de nuestro corazón. Y la primera exigencia del amor es el olvido de uno mismo.

Porque, cuando vives sin pensar en ti sino en dar prioridad al bien del otro, estás dando coherencia a tu cumplimiento en sintonía con tus actos.  Es, entonces, cuando estás en disposición y en disponibilidad de despojarte de todo aquello que te impide seguir y vivir en la Voluntad de Dios.

Claro, eso no lo puedes conseguir por tus propias fuerzas ni medios. Necesitas la Gracia y la acción del Espíritu Santo – que has recibido en tu bautismo – para poder salir victorioso y vencer ese pecado que te inclina a hacer el mal y a resistirte en poner en tu vida como primera opción a Jesús.

domingo, 27 de febrero de 2022

 

Es evidente que nuestros fallos están siempre presentes. Si decimos que somos pecadores es porque lo somos, no porque parezca que eso es presumir. Somos pecadores y, en consecuencia, pecamos. Eso significa que fallamos y que lo que decimos no siempre coincide con los que hacemos.

Sin embargo, la intención y el esfuerzo de rectificar, corregirnos y levantarnos de las caídas es lo verdaderamente importante. Para eso, sabiendo de nuestras debilidades, Jesús, el Señor, nos dejó el sacramento de la reconciliación para levantarnos y emprender el camino.

Sabemos que de una mala intención no puede salir nada bueno. El árbol malo dará frutos malos; el bueno dará frutos buenos. La deducción es que sabemos que tenemos que purificarnos, abrirnos a la Gracia del Dios y, en y por su Nombre, dar frutos buenos

sábado, 26 de febrero de 2022

Un niño es un ser débil, pequeño, inocente y necesitado de ayuda. Depende de otros y sin una familia – padre y madre – se siente perdido y abandonado. Por eso, su corazón es un corazón abierto a la escucha, a la Palabra de un Dios que le atiende, le da cariño, ternura y amor.

El niño está necesitado de protección y de acogida. Necesita consuelo y seguridad y busca a un Padre que le acoja y le dé lo que necesita. Por eso, mientras no tengamos un corazón como el de un niño, difícilmente seremos capaces de abrirnos a la Palabra de Padre Dios.

Un corazón pequeño, humilde, pobre, capaz de abrirse a la escucha atenta de la Palabra de Dios. Es lo que nos dice Jesús: «Dejad que los niños vengan a mí, no se lo impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de Dios. Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él».

viernes, 25 de febrero de 2022

 

Amar es el mandato que nos viene de Dios. No le amamos a Él si no amamos a los que están a nuestro lado, y también lejos, incluso aunque sean nuestros enemigos. Luego, ¿cómo es posible que unidos en santo matrimonio podamos desear, después de un tiempo de convivencia, separarnos?

Se supone que nos hemos conocido y nos hemos enamorados, y que, cuando vengan momentos de desacuerdos, de conflictos podamos superarlos desde el amor. Porque, el amor no caduca, sino pasa crisis y dificultades, pero siempre está vigente.

¿Nos olvidamos que Dios nos ama con un corazón paciente y misericordioso, y que no nos merecemos ese amor? Incluso, le faltamos, le fallamos, le mentimos, le damos la espalda…etc. y Él sigue amándonos misericordiosamente. ¿No nos damos cuenta que así debemos también amar nosotros en nuestros matrimonios?

jueves, 24 de febrero de 2022

 

Un acto, por pequeño que sea esconde su grandiosidad o su valor en su buena intención que se genera en lo más profundo de su corazón y en la intensidad y medida de su amor, ofrecido desinteresada, voluntaria y gratuitamente.

Simplemente, un vaso de agua, algo tan pequeño y sin apariencia de ningún valor, puede darte la recompensa – lo dice Jesús – de vida eterna. Todas tus acciones tienen repercusión y consecuencias, que serán buena o malas según tú decidas realizarlas con recta intención o no.

Lo verdaderamente grave será, de ser mala acción y, en consecuencia, mal testimonio, el escándalo que pueda ocasionar a los pequeños e inocentes que pueden escandalizarse de tales malos testimonios y acciones. Tu responsabilidad será grande.