viernes, 31 de enero de 2020

Resultado de imagen de Mc 4,26-34 por Fano
A pesar de nuestros esfuerzos la semilla crece sola cuando está en su medio y encuentra la tierra apropiada. No depende de nuestros esfuerzos ni de nuestro trabajo, sino de la Gracia de Dios. Nuestro corazón necesita, igual que la semilla, tierra buena y abierta al abono de la Gracia de Dios.

Nuestro corazón ha sido sembrado con una simple semilla, huella de Dios y semejante al Él. Esa semilla, dada las condiciones necesarias, es fecundada por el encuentro con el Señor y germinada por su Gracia dará frutos. Frutos que llevaran en su núcleo el amor.

Y ese amor se hará tan grande que inundará el mundo de buenas obras, de verdad, de justicia y de paz. Por eso, será necesario que cada semilla, sembrada en cada corazón, germine y dé buenos frutos, para que el mundo quede impregnado del amor de Dios. Amén.

jueves, 30 de enero de 2020

Resultado de imagen de Mc 4,21-25 por Fano
Tú eres una parte de esa luz que necesita el mundo destinada a alumbrar el lugar donde habitas o donde te encuentras. Y la alumbras en la medida que tu vida siga el estilo de vida de Jesús. Una vida donde el Amor y la Palabra van unidas en se realizan en la verdad, la justicia y la paz.

Te haces luz cuando te esfuerzas en tratar a los demás con justicia y verdad llenando de paz y fraternidad los lugares por donde te relacionas con los demás. Te haces luz cuando eres capaz de compadecerte con aquellos que sufren, lloran y padecen injusticias y necesitan tu cercanía y tu compasión.

La oscuridad amenaza con cegarnos y perdernos en la indiferencia y la insensibilidad. Por eso, es necesario la luz para, donde hay tinieblas que la luz alumbre el camino de la verdad, justicia y amor. Una luz que viene de arriba y da verdadero sentido a tu vida llenándola de esperanza, justicia y paz. Una luz que se fortalece cuando nace en y desde el amor.

miércoles, 29 de enero de 2020

Resultado de imagen de Mc 4,1-20
Al final de tu trabajo, cada día, recogerás el fruto de lo que has hecho o te ganarás el salario de tu contrato. Sabes que tu conciencia te dirá si lo has hecho bien o has escatimado esfuerzo y no has cumplido con tu deber. Tu conciencia te lo descubrirá a pesar de que nadie te ha visto.

Tu vida será el resumen de esos días de trabajo y de convivencia con los demás. En tu haber se encontrará lo que hayas hecho con justicia, con verdad y con verdadero amor, y en tu debe estarán las injusticias, las mentiras y los desamores. Todo será visto con la misma medida que tú lo hayas dado.

Y esa será tu verdadera recompensa para la eternidad. La cosecha de lo que ahora, en este tiempo, tu vida, hayas sembrado en esa tierra buena que está dentro de ti y que hayas cultivado con buenos deseos e intenciones y con una gran dosis de verdadero amor. La recompensa la felicidad que buscabas eternamente.

martes, 28 de enero de 2020

Resultado de imagen de Mc 3,31-35
En principio y analizada repentinamente nos parece no entender lo que Jesús dice cuando le comunican que su Madre y sus hermanos están ahí afuera. La respuesta de Jesús nos deja un poco extrañados, pero, reflexionada con detenimiento la entendemos y nos satisface.

Es verdad que los vínculos de la sangre nos unen fuertemente, pero, por encima de ellos está la fe en nuestro Padre y en su Hijo. Y esa fe nos une tan fuertemente que nos hermana por encima de razas, diferencias, pueblos y hasta enemigos. Todos quedamos unidos por la fe en el Señor.

De manera que, a pesar de los vínculos de sangre que nos une, estamos más unidos y somos verdaderos hermanos por el hecho de ser todos hijos de Dios y hacer su Voluntad. Por tanto, son mis hermanos aquellos que hacen la Voluntad de Dios, y María, su madre, la primera, pues son de ellas estas palabras: “Hágase en mí tu Voluntad”.

lunes, 27 de enero de 2020

Resultado de imagen de Mc 3,22-30
Quizás nos parece un cuento o algo fantasioso lo que leemos en el Evangelio. Incluso nos parece extraño poder entenderlo o imposible de que suceda. Sin embargo, esa es la realidad que se repite hoy mismo en nuestro mundo. La Buena Noticia que nos propone Jesús es rechazada por muchos.

Y sucede que nos molestan que nos incomoden y nos saquen de nuestras comodidades y de nuestra manera de entender la vida. Estamos instalados y cómodos y, además, nos sentimos bien porque de alguna manera gobernamos en nuestras parroquias o en nuestros grupos parroquiales.

Y se nota por todos los que nos rodean y, ¡que ejemplos damos! Estamos divididos, enfrentados y rechazamos todas las novedades que la Buena Noticia del Evangelio nos propone. Nos oponemos a abrirnos y a que nos saquen de nuestras propias comodidades y gobiernos. Y rechazamos toda novedad.
Resultado de imagen de Mt 4,12-23
Si ni siquiera darnos cuenta vivimos en un mundo que da la espalda a Dios. Nuestro corazón no está limpio del todo, es débil y está contaminado por el pecado de nuestros propios padres, y mientras crecemos, dependiendo de estar o no alejado de Dios, seremos tocados por el pecado y sumergidos en las tinieblas.

El mundo nos tienta y tiene suficiente fuerza para seducirnos y arrastrarnos a las comodidades, a los placeres, a las riquezas, al poder y al olvido de Dios. Porque, en esos caminos te amas a ti mismo olvidándote de los demás, y ese es el pecado mayor, el desamor.

Sin embargo, siempre tenemos la posibilidad de salir del pecado volviendo a Dios. Su Misericordia es Infinita y siempre está abierta a acogernos y perdonarnos. Cuando experimentamos el único y verdadero amor, descubrimos la fuente de la verdadera felicidad, y es entonces cuando quedamos iluminados por la verdadera Luz que salva al mundo.

sábado, 25 de enero de 2020

Resultado de imagen de Mc 16,15-18 por Fano
Otra cosa es que nuestra fe no es una fe desprovista de razones que incitan a creer. Tú crees en aquella persona que lo que dice lo cumple y te da muestras de que actúa en verdad. Lo expresamos diciendo “esa persona da confianza y se puede creer en ella”. Nuestra fe se apoya en Alguien que su Palabra ha tenido pleno cumplimiento.

Por eso, cuando nos bautizamos de manera consciente y consecuente ponemos toda nuestra fe y esperanza en Aquel Dios Trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo que nos da su Espíritu para que, en Él, podamos superar las tentaciones y obstáculos que la vida nos depara y nos ponen a prueba.


Y esa fe, si es verdadera debe darnos la seguridad y la confianza en el Amor de Dios nuestro Padre que nos envía a su Hijo, en el que se complace, y nos anuncia que por la Infinita Misericordia de Dios hemos sido rescatado de la esclavitud del pecado y recuperado nuestra dignidad de ser sus hijos.

viernes, 24 de enero de 2020

Resultado de imagen de Mc 3,13-19 por Fano
Hoy sucede lo mismo, Jesús elige a muchos, no por sus conocimientos ni pos sus valías, sino por sus inquietudes, disposiciones e interés. Es el corazón lo que más le importa y la actitud de disponibilidad. María, su Madre destaca por su sencillez y su humildad y, sobre todo, su fe.

El Señor sólo quiere tu conversión, y eso significa tu entrega y tu disponibilidad a creer en Él y a abrir tu corazón a la acción del Espíritu Santo que, en tu bautismo ha descendido sobre ti, o desciende, si todavía nos estás bautizado, para darte toda la capacidad que necesitas para cumplir con tu misión.

Para cumplir con lo que Dios quiere de ti. Porque, nadie ha contado contigo para traerte a este mundo, y si te han traído es para una misión. Una misión que llevas, como todos, dentro de ti y que debes exteriorizar y contagiar a todos los que te rodean. Simplemente, eso es el amor por el que has sido creado para que también tú ames.

jueves, 23 de enero de 2020

Resultado de imagen de Mc 3,7-12
El Evangelio de hoy habla de que muchos se acercaban a Él, incluso casi lo aplastaban hasta el punto que tuvo que pedir una barca para protegerse. Todos, por lo que se oía de Él le buscaban para ser curados y obtener favores. Me pregunto, ¿no pasa hoy lo mismo?

Si nos acercamos a la Iglesia observamos a mucha gente que no celebra la Eucaristía ni participa en la vida de la parroquia, pero se acerca, al menos los domingos a la misa o visita el templo y enciende una vela o reza un rato y toca las imágenes. Descubrimos que en el fondo de sus corazones hay fe.

Pero, ¿qué clase de fe? ¿Una fe que busca intereses, favores y seguridades? O una fe consciente de que Jesús es el Hijo de Dios, el Mesías enviado y que viene a liberarnos de la esclavitud del pecado y del sufrimiento de la enfermedad y la muerte, aunque tengamos, como sucedió con Él, compartirla y sufrirla.

miércoles, 22 de enero de 2020

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No podemos someter el bien del hombre a unas normas o preceptos que, si bien son necesarias para regular la vida y poner orden, no son anteriores a él. Nunca se puede dejar de atender a una persona que sufre porque la ley lo dice. Esa ley no cumple su finalidad como es buscar el bien del hombre.

Al final, lo verdaderamente importante es el bien que hagas y que puedas hacer. Es decir, de la medida de amor que des a los demás con tu entrega y servicio. Un amor apoyado en la verdad, justicia y en la vida. Un amor que construye un mudo mejor en paz y justicia.

Y una vida que sólo puede dar el que la ha creado, nuestro Padre Dios. Por tanto, una sola cosa es importante, hacer la Voluntad de Dios, nuestro Padre, que nos quiere, que nos ha regalado la vida y que busca nuestra verdadera felicidad

martes, 21 de enero de 2020

Resultado de imagen de (Mc 2,23-28
A veces la vida se nos presenta cómoda y nos tienta cada día con quedarnos quietos, inmóviles y pasivos. Y, aunque nuestra naturaleza humana lo apruebe y se sienta atraída a permanecer así, experimentamos que eso nos perjudica y no está bien.

Hay una lucha cada día en nuestro interior. Está quien tira para hacer lo que le gusta y apetece sin tener en cuenta lo demás, y está quien nos inquieta, nos remuerde y nos dice que debemos vencernos y tratar de amar a los demás.

Y en ese amor está el preocuparnos por hacer el bien y luchar por construir un mundo más justo, más libre y más en función de todos los hombres, de manera más especial de aquellos más débiles y pobres. Se trata de alegrar y aliviar la vida de los más necesitados y de los más hambrientos.

lunes, 20 de enero de 2020

Resultado de imagen de Mc 2,18-22
En todo momento nos sentimos acompañados por Jesús y Él está con nosotros en los momentos buenos y de alegría, pero también en los de sufrimientos y dolor. Por lo tanto, cuando determinamos hacer algo debemos ser consecuentes con nuestra fe y dar razones de coherencia y solidaridad.

No se trata de hacer las cosas por imposición o por aparentar que somos solidarios, sino cuando realmente la situación lo exige. Simplemente, debemos actuar cuando nuestro corazón nos impulsa a solidarizarnos con aquel que sufre o que se alegra sin pensar en simular actitudes que no nacen de buenas intenciones.

Jesús busca nuestra felicidad y esa felicidad pasa por vivir en la verdad, la justicia y el amor fraterno. Experimentamos que cuando vivimos de esa forma y en esas actitudes somos felices, sin descartar que haya momentos que el dolor nos exige sufrir y ayunar con aquellos que lo padecen.

domingo, 19 de enero de 2020

Resultado de imagen de Jn 1,29-34
Juan y Jesús eran primos segundos. Sus madres, María e Isabel, la madre de Juan bautista, eran primas. Por lo tanto, se conocía y, seguramente se habrían visto varias veces en sus vidas. Sin embargo, Juan, cuando llega el momento del bautismo de Jesús expresa que no conoce a Jesús.

Posiblemente, Juan queda sorprendido cuando ve que el Espíritu Santo en forma de paloma desciende sobre Él y oye la voz del Padre que dice ese es mi hijo en el que me complazco. Juan, entonces, por la Gracia de Dios, entiende que Jesús es el Mesías esperado y enviado por Dios.

Es ese Mesía que él mismo predicaba y que anunciaba y al que preparaba el camino bautizando con agua. Ese del que decía que no conocía y que venía detrás de él, pero que estaba delante de él porque existía antes que él.

sábado, 18 de enero de 2020

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Jesús no viene a convencer a nadie sino a liberar al mundo de su pecado. Y en ese mundo estamos todos. Y el pecado del mundo es consecuencia de todos los que en él vivimos. Y todos queremos y deseamos ser liberados, porque nadie quiere vivir en un mundo de pecado.

Pecado de soberbia, de mentira, de injusticia, de odio, de venganza, de esclavitud, de poder, de riqueza, de humillación, de ira, de…etc. Vivimos en un mundo de pecado por el pecado de los hombres. Y todos queremos ser liberados, incluso los poderosos, aunque se resistan a dejarse liberar.

Porque, el poder corrompe y cansa y no da la felicidad. Y queremos ser felices. Una felicidad que se encuentra en la humildad, en la justicia, en la verdad y en la paz. Una felicidad que nos la trae Jesús en el amor y la misericordia, y cuando nos damos cuenta nos sentimos bien, mejor y felices.

viernes, 17 de enero de 2020

Resultado de imagen de Mc 2,1-12
Todos quieren escucharle y todos van tras Él. Jesús atrae y le buscan para escucharle y ser testigos de sus curaciones a los enfermos de todo tipo. La dignidad de las personas está por encima de la Ley. Jesús reconcilia a la personas con su deseo de amar y perdona sus pecados.
              
Tal es la confianza que genera en la gente y unos le llevan un paralítico. Jesús queda admirado por la fe de esa gente y lo primero que busca es el perdón de sus pecados, pero ante la desconfianza de algunos que le tachan de blasfemo, Jesús opta por asociar su curación a su misericordia.

Y ante la admiración de todos los presentes, Jesús no sólo perdona los pecados de aquel paralítico sino que le manda a levantarse, a tomar su camilla y a irse por sus propios pies. El hijo del Hombre tiene poder para perdonar los pecados. Amén.

jueves, 16 de enero de 2020

Resultado de imagen de Mc 1,40-45
Mi vida está llena de lepras, lepras que van minando mi vida y alejándome del Señor. Mis apetencias carnales, la lujuria, mis egoísmos y ambiciones son lepras que están pegadas a mi vida y le obstaculizan para que no vaya por el camino que Jesús nos enseña.

Pero, una de las lepras más peligrosas, Señor, es el endurecimiento de mi corazón. Quizás hablo contigo, pero, el peligro, es que hablo yo sólo y no te dejo hablar ni te escucho, Señor. Y esa lejanía que produce el no escucharte endurece mi corazón, Señor.

Te pido, Señor, que llenes mi vida de espacios de silencio para poder escuchar tu voz y limpiar mi corazón de esas lepras que le atosigan y le endurecen. Dame, Señor, la serenidad, la paz y la paciencia para, en el silencio de mi corazón, encontrar la oportunidad de atentamente escuchar tu voz. Amén.

miércoles, 15 de enero de 2020

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Todo lo que buscas está en Él. Sus primeras palabras: “El Reino de Dios está cerca, convertíos y creed en el Evangelio” es la confesión de que Él es el Reino de Dios y quien cree en Él alcanzará la Vida Eterna en plenitud.

Y eso es lo que Jesús anuncia durante los tres años que estuvo presente en este mundo nuestro. Y, para que continuara su misión dejó a su Iglesia que, en su Nombre, continúa anunciando esa Buena Noticia.

El camino de salvación es un camino de cada día. Un camino de cosas sencillas y corrientes que haces cada día contigo mismo y en tu relación con los demás. No busque al Señor en cosas extraordinarias sino en lo pequeño y sencillo de cada día en tu relación con los demás.

martes, 14 de enero de 2020

Resultado de imagen para Mc 1,21-28 por Fano
Supongo que a nosotros nos ocurre algo parecido. Partiendo de mi misma experiencia experimento esas mismas dudas y tentaciones. Pongo en tela de juicio su identidad divina y hay momentos que me cuesta aceptar su Divinidad de hijo de Dios. Y eso no deja al descubierto sino que necesito la fe.

Las primeras Palabras de Jesús me invitan a eso a convertirme y a creer en el Evangelio. Me alerta que el Reino de Dios está cerca y que ya ha llegado el tiempo. Él, precisamente, es el Reino de Dios y ya está entre nosotros. Por lo tanto, necesito creer en El. Eso es lo primero.

Jesús, no sólo nos habla y nos anuncia el Reino de Dios, sino que también, con sus Obras, nos alivia y nos cura. Expulsa demonios y nos demuestra que ha venido a salvarnos íntegramente porque tiene poder sobre la enfermedad y sobre la muerte. Él es el Reino de Dios que se hace presente.

lunes, 13 de enero de 2020

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Es tiempo de salvación y Jesús, el Reino de Dios, está entre nosotros. Es la hora de la salvación, el tiempo de Gracia y, por los méritos de nuestro Señor Jesús, estamos salvados. Es tiempo de creer y de abrirnos a su Mensaje de salvación.

La conversión que nos proponía Juan se realiza ahora en Jesús. Él es el que nos da el Espíritu de Dios recibido en nuestro bautismo, tal y como lo recibió Él del Padre. Y por su intervención y mediación también nosotros lo recibimos en nuestro bautismo. En Él quedamos limpios de todo pecado.

Al mismo tiempo, Jesús prepara el grupo – embrión – con el que formará la Iglesia para que su misión continúe después de su Ascensión al Cielo. También, nosotros ahora tenemos la misión de continuar esa misión que hemos recibido en nuestro bautismo. Amén.

domingo, 12 de enero de 2020

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Jesús no viene por su cuenta. Si había dudas de quién era, todo queda aclarado y despejado en su Bautismo en el Jordán. Allí el Padre, a quien nadie le ha visto, señala a su Hijo y lo presenta al mundo como el Hijo en el que se complace. Sin lugar a duda, es el Mesías enviado a liberarnos de la esclavitud del pecado.

Y en esta presentación, así como en la preparación del camino a su venida, Juan tiene una misión muy importante y destacada, pero ello le exigirá dar su vida. El anuncio del Reino de Dios exige todo y todo es ponerle en el centro de nuestros corazones e incluso por delante de la vida.

Si en algún momento queremos ser como Juan tendremos que tener muy presente que ello nos exigirá lo mismo que le sucedió a Juan. Seguir a Jesús es ponerle en el centro de nuestra vida y vivir imitándole y a su estilo, incluso si nos peligra nuestra vida. Ello nos descubrirá que tendremos que pedirle fortaleza y valor.

sábado, 11 de enero de 2020

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Lo peor que nos puede pasar es el inmovilismo, o el esperar que todo cambie sin mover nosotros un dedo. El tiempo corre y se nos va y dependerá de nosotros que nos decidamos a dar un paso al frente y buscar la Fuente de la Vida que está en el Señor.

Como aquel leproso que esperó su oportunidad para salir al paso de Jesús y pedirle que lo limpiara, también nosotros debemos estar atentos y vigilantes para salir al encuentro de Jesús y pedirle que nos limpie de nuestras lepras.

Lepras que nos lastran nuestras vidas y nos alejan del verdadero camino de salvación. Lepras, que muchas veces no detectamos en nuestros cuerpos, pero que se apoderan de nuestros corazones expulsando a Dios de él. Digamos, junto con aquel leproso, «Señor, si quieres, puedes limpiarme».

viernes, 10 de enero de 2020

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La gente rodeaba a Jesús y no se alejaba de Él. Jesús estaba entre ellos y muy cercano a ellos, a los enfermos y a los necesitados. Y no les mostraba repulsa, de modo que la gente se admiraba de sus enseñanzas y de su autoridad.

De sus Palabras y Obras se desprendía humildad y servicio. Sus enseñanzas traslucían lo que luego sus hechos mostraban y enseñaban. Nunca habían visto una enseñanza igual ni nadie les había enseñado con esa autoridad y humildad. Siempre se mostraba cercano y en actitud de sencillez y servicio.

Jesús nos enseña que nuestra vida exige y necesita ser coherente con nuestras palabras. Nuestro testimonio no será válido ni nuestra fe contagiará si nuestra vida no va en correspondencia con nuestras obras. Amén.

jueves, 9 de enero de 2020

Resultado de imagen para Mc 6,45-52
Jesús nos prueba en muchos momentos de nuestra vida. Es posible que la mayoría de las veces no le descubramos o, nosotros  no estemos atentos a su presencia. También puede ocurrir que esperamos un Dios de acuerdo con nuestras ideas y nuestra forma de entender la vida.

Confundimos nuestra naturaleza con la de Dios y pensamos que Él también está sujeto a ella. No entra en nuestros cálculos que Jesús pueda caminar sobre las aguas ni hacer los prodigios, como multiplicar los cinco panes y peces para que puedan comer miles de personas.

Sólo se nos ocurre pensar que es un fantasma. No es algo que sucedió sino que sigue sucediendo ahora en este momento. También nosotros dudamos y nos cuesta entender que Jesús está entre nosotros y camina con nosotros. Y que podemos hablar con Él en cada momento a través de la oración. Tengamos confianza.

miércoles, 8 de enero de 2020

Resultado de imagen para Mc 6, 34-44
Jesús ha venido a anunciarnos que nuestro Padre Dios nos quiere recuperar. Y esa recuperación pasa por el amor. Por amor envía a su Hijo para anunciarnos que nos quiere rescatar y liberar del pecado, y, por amor, nos ofrece su Infinita Misericordia para perdonar todos nuestros pecados.

Pero, de la misma manera que nos ama quiere que también nosotros venzamos el pecado y nos amemos. Y, para eso, envía a su Hijo, para que nos enseñe que el amor es el arma más poderosa y con la que podemos vencer al pecado. Él se encargará de demostrárnoslo.

Para y por eso nos ha creado libres dándonos la capacidad para elegir entre el bien y el mal. Nuestra intención es siempre hacer el bien, pues la huella de Dios está impresa en nuestro corazón, pero, podemos rebelarnos y dejarnos vencer por nuestras pasiones y abrazar al mal. Es un lucha que sólo injertado en Jesús, el Hijo, podemos vencer. Para eso ha venido.

martes, 7 de enero de 2020

Resultado de imagen para Mt 4,12-17.23-25
También nos llega a nosotros nuestro momento. Nuestro camino de conversión llega a un momento donde el fruto de esa conversión tiene que verse. Quizás, si no se ve es porque esa conversión está en punto muerto y no crece. Por eso, llega la hora de responder o de quedarnos en el camino.
                      
Y esa debe ser nuestra preocupación y nuestra pregunta de cada día. ¿Estoy haciendo lo que realmente Dios me pide? ¿Estoy en actitud de crecimiento y de compromiso para abrirme a la acción del Espíritu Santo? ¿Soy consciente de que Dios está presente en mi vida y me ayuda?

Esa debe ser mi confianza, abandonarme en el Señor sabiendo que Él está pendiente de mí y quiere mi bien. Para eso me ha creado y, para eso, se ha encarnado en naturaleza humana abajándose de su rango sin perderlo para, estando y caminando a mi lado, guiarme hacia la Casa del Padre.

lunes, 6 de enero de 2020

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Hay muchas estrellas en nuestra vida que nos invitan a salir, a un camino de riesgo y de ventura, pero no respondemos. Preferimos permanecer en la comodidad y la seguridad de una vida acomodada. En esa actitud nos será imposible encontrar al Señor.

Los Magos del Evangelio de hoy nos dan ese ejemplo. Decidieron seguir la estrella que les deslumbró y, a pesar del camino incierto y arriesgado, decidieron seguir adelante sin tener la certeza de lo que iban a encontrar. Y sus esfuerzos se vieron recompensados.

Y fueron informados del camino que deberían tomar de regreso a casa. También no pasa a nosotros. Nuestro camino, a pesar de las dificultades, no lo recorremos solos. El Espíritu Santo que recibimos en nuestro bautismo nos acompaña y nos previene, nos guía y nos asiste. Nos señala el camino de ida y vuelta.

domingo, 5 de enero de 2020

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El prologo del Evangelio de Juan es muy profundo que por mucho que queramos indagar y buscar nunca podemos entenderlo. No nos cabe en la cabeza que Dios es eterno ni que haya creado todo lo que vemos y no vemos. Eso no lo puedes comprender. Sólo la fe nos puede ayudar a confiar en su Palabra.

Si tratas abarcar la grandeza de Dios te perderás y nunca te encontrarás con Él. Su grandeza en inconmensurable y su poder es Infinito. No trates de entenderlo porque no podrás. Simplemente cree en su Palabra. Esa Palabra que se ha encarnado en Naturaleza humana.

Dios se ha hecho hombre para que puedas acercarte a Él, ya que nadie lo ha visto ni lo puede ver, en su Hijo Jesucristo. La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Jesús, el Hijo de Dios, está entre nosotros. Tienes el testimonio de los que lo vieron y el testimonio de su Resurrección. En Él todo es más creíble. 

sábado, 4 de enero de 2020

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Hasta nosotros ha llegado la voz de Juan y también sus señales sobre a quién tenemos que seguir.  Nos indica también quien es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo y que Él es el Mesías que esperábamos. En Él ponemos todas nuestras esperanzas de salvación.

También, la Iglesia, que continúa el anuncio de Juan, sigue a Jesús, su fundador que nombrando a Pedro como cabeza ha dejado que él y los apóstoles siguieran su anuncio de la Buena Noticia de Salvación. Y la misión sigue hasta nuestros días.

Y, ahora, es nuestro tiempo, la hora de nuestra respuesta y compromiso que tiene su comienzo en el momento de nuestro bautismo. También nosotros, como Juan, debemos dar respuesta de nuestra fe en Jesús y contagiar a los demás anunciándola con nuestra vida y nuestras obras

viernes, 3 de enero de 2020

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La fe cristiana no es una fe individualista sino comunitaria, pues el hombre ha sido creado para amar. Y el amor es la consecuencia de la fe en Cristo Jesús, porque, Él se ha hecho hombre para enseñarnos a amar y dándonos ejemplo con su Vida y su Palabra.

Juan tuvo esa misión que cumplió durante su vida. Fue el elegido para preparar el camino del Señor y lo anunció con todas sus fuerzas descubriéndonos que estaba entre nosotros. El Reino de Dios, refiriéndose a Jesús, está entre nosotros. Porque, Jesús es el Reino de Dios.

Él es el Amor del Padre entre nosotros. Él nos enseña a cambiar nuestro egoísmo por amor. Donde hay mentira poner verdad; donde hay injusticia, poner justicia; donde hay odio y venganza, poner amor y paz. Él ha venido a transformar nuestros corazones si nos dejamos, porque nos ha creado libres para dejarnos o no.

jueves, 2 de enero de 2020

Resultado de imagen para Jn 1,19-28 por Fano
Juan el Bautista supo detectar la presencia de Jesús e ir más allá de su sola presencia. Supo que Aquel era el Mesías, el enviado que todos esperaban, y así se los hizo saber a sus discípulos. Pero, supo también cual era su puesto y su misión y donde debía colocarse él.

Juan supo también donde empezaba y terminaba su misión. Y comprendió cuando debía retirarse cumplida su misión. Misión de anunciar y proclamar al que había de venir a bautizar con Espíritu Santo y fuego. Un bautismo que él sólo había iniciado como actitud de conversión.

Y habiendo advertido la presencia del Salvador prometido, Juan se retiró ocupando el lugar para el que había sido designado: «Yo soy voz del que clama en el desierto: Rectificad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías».

miércoles, 1 de enero de 2020

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María, enséñanos a creer como tú has creído en el Dios. Como tú has perseverado guardando todas las cosas en tu corazón y meditándolas confiada en que la Palabra de Dios tiene cumplimiento. Y así todo lo que te fue anunciado se fe cumpliendo.

Y hoy también sigue cumpliéndose todo el Plan de Salvación en muchos hombres y mujeres que creen en Dios y en la Palabra revelada en y por su Hijo Jesús. El Espíritu Santo nos guía y nos acompaña en ese camino de salvación hasta la nueva y definitiva llegada del Señor Jesús Resucitado.

No bajemos la guardia y perseveremos confiados, como María, en la Palabra de Dios y que todo lo prometido tendrá cumplimiento. El Señor nos prepara una morada en el Casa del Padre – Jn 14, 2 - y vendrá a buscarnos para llevarnos con Él hacia ella. ¡Alabado y Glorificado sea el Señor! Amén.