Domingo de
esperanza, de gozo y alegría. Se ha cumplido la profecía, Jesús, el Señor, el
Hijo de Dios Vivo ¡ha Resucitado! Y eso significa, nada más y nada menos que, todos
aquellos que crean en Él también resucitarán. ¡Alabado y Glorificado sea el
Señor!
¡Jesús Vive, ha
Resucitado! La muerte ha sido vencida y simplemente es un paso hacia la otra
vida, la verdadera, la eterna junto al Señor. Y este mundo es el camino hacia
el reino de Dios. Creamos en su Palabra porque Él es el Hijo de Dios Vivo.
¿No es eso lo que vive en tu corazón: el deseo de amar y ser amado eternamente? Pues esa es la oferta de amor misericordioso que Jesús, el Hijo de Dios Vivo, te ofrece, te regala y te da. La Resurrección del Señor nos llena de esperanza y de nueva vida. Todo cobra sentido y nuestros corazones palpitan de gozo y felicidad. La cruz, que nos entristece y desdibuja el sentido de la vida, es ahora, en Xto. Jesús, nuestra esperanza y salvación.